Soy Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Monteávila. Me apasiona la cultura y dar a conocer cada una de sus maravillas, pues creo firmemente que el hombre puede ser la mejor versión de sí mismo si se deja llevar por la magia del arte y el poder de la palabra.

¿Cómo redactar una biografía sobre mí misma? ¿Qué elementos resaltar de mi propia historia?

Me presentaré como una fiel amante del arte. Para mí, la cultura y las piezas artísticas son expresiones que no solo permiten comunicar nuestro mundo interior sino también reflejar y denunciar los pormenores de la sociedad. Por cierto, me llamo Anakarina Fajardo D’Alpaos, pero pienso que los seres humanos no somos nuestros nombres ni edades: somos lo que nos apasiona.

A lo largo de mi vida, he participado en actividades y practicado disciplinas que, de una u otra forma, han influido en mi crecimiento personal. En medio de clases de inglés y francés, la natación me enseñó a aprovechar las bondades del entorno para lograr objetivos; el básquetbol, a enfrentar obstáculos en equipo; el teatro, a jugar a ser otra persona contando su historia con mi voz; los quince años de entrega a la danza y mi graduación como bailarina clásica, a que la palabra hablada no es la única forma de comunicar nuestras ideas, emociones y sentimientos.

El término «comunicación» también ha marcado las distintas etapas de mi trayectoria. Desde niña, me ha apasionado la escritura: a los siete años, tenía mi propio cuaderno donde narraba y dibujaba las historias que imaginaba. Este hecho de cargar una especie de «diario», vuelto costumbre, y mi gusto por relatar me llevaron a estudiar Comunicación Social en la Universidad Monteávila – Caracas, Venezuela –, de donde me gradué como licenciada integral con los máximos honores en el 2017, culminando cinco años de carrera que fomentaron mi compromiso hacia el mundo cultural con una tesis dedicada a la instrucción de danza vía plataformas digitales.

Como consecuencia de esta mezcla entre las pasiones de la comunicación y las expresiones artísticas, ese año me convertí en la co-fundadora de El Ágora Cultural, un espacio crítico de cultura, arte y entretenimiento que, teniendo presencia en redes sociales y organizando eventos, promueve el consumo analítico de contenidos relacionados con estos temas, apostando por la formación de la sociedad en el ámbito cultural, en pro del desarrollo humano.

Me mueven las artes y dar a conocer cada una de sus maravillas; me gusta hacer muchas preguntas y sorprenderme con lo cotidiano, cual niña de siete años que, inocente, escribe sobre las fantasías de su imaginación; me inspira nutrir mi persona y contribuir en el enriquecimiento de los demás.