La historia del que es considerado uno de los más grandes bailarines del siglo XX –si no, el más– se monta en la ola del streaming con el documental Nuréyev, amparando la llama del legado de este artista entre los amantes de la danza y las nuevas generaciones.
A continuación, una serie de datos que brinda el video, pero cuya enumeración no exime de disfrutar de la pieza completa sino todo lo contrario:
El largometraje que estrenó Netflix ofrece un recorrido por la icónica vida de Rudolf Nuréyev, soviético nacido el 17 de marzo de 1938 en el vagón de quinta clase de un tren en movimiento, siendo tal oscilación, acaso, un presagio de la internacionalidad que ganaría a lo largo de su carrera, un camino rodeado de danza, política y revolución sexual más allá del prejuicio.
Dentro de una Unión Soviética en donde el ballet clásico estaba en riesgo de desaparecer, ya que se asociaba, popularmente, con la aristocracia, la cultura fue reenfocada como una herramienta para dejar en alto, dentro y fuera del territorio nacional, la gestión del régimen. En ese sentido y considerando el enorme e histórico poder del arte para conectar con la población, el talento de diversas figuras del medio se convirtió en un arma propagandística en plena Guerra Fría: «los estadounidenses fabrican lavadoras; nosotros, los rusos, exportamos arte».
Dado tal panorama, Nuréyev, con su fama y éxito, aparentaba tener el potencial para ser la perfecta pieza de ajedrez del ideal comunista, tal y como lo llegaron a ser las transmisiones televisivas del ballet El lago de los cisnes, con sus coreografías grupales y uniformes que, según los estrategas políticos, parecían gritar «comunismo y alineación» por todo lo alto.
Sin embargo, durante un viaje de danza a París se presentó el que sería uno de los momentos más decisivos de su existencia: Nuréyev se enfrentó al dilema de si regresar a su tierra natal, en donde se encontraba su familia, y continuar allá su carrera bajo control gubernamental, o lanzarse al vacío y buscar en el exterior la libertad integral de la que poco probablemente podría gozar en su patria. El resto es, en gran parte, historia. ¿Qué habría sido del bailarín si hubiese cedido y retornado a la Unión Soviética? Y, más aún, ¿cómo sería la danza actualmente sin la huella universal de este hombre de orígenes humildes, que solía escaparse en las noches para ensayar con un conjunto de danzas folclóricas, pues a los ojos de su padre el baile no era para hombres?
Con material de archivo inédito, Nuréyev expone la cercana relación del artista con la bailarina británica Margot Fonteyn, siendo uno de los ejes centrales de la narrativa, pues, así como el documental nos muestra detallada y metafóricamente los pormenores de la carrera del bailarín, también enfatiza en el polémico temperamento y vida personal que poseía.
Desde sus inicios y pasando por su ascenso, la cinta culmina con la época cuando el sida apareció en Francia alrededor de 1982, tiempos en los que Nuréyev, al igual que muchos otros homosexuales, en un inicio ignoró la seriedad de esta enfermedad, para el momento, desconocida en importante medida, y se negó a aceptar que la había contraído. Finalmente, tuvo que asimilar el hecho de que estaba muriendo, pero continuó apareciendo públicamente a pesar de su empeoramiento físico. Recibió el mayor trofeo cultural de Francia, el de Caballero de la Orden de las Artes y Letras. Falleció meses más tarde, a los 54 años, en París. Su tumba, un mosaico que es una de las principales atracciones del cementerio de Sainte-Geneviève-des-Bois.
No me importa si Margot es una dama del Imperio Británico o mayor que yo. Para mí, ella representa la eterna juventud, no es una cualidad musical absoluta en su hermoso cuerpo y el fraseo. Debido a que somos sinceros y dotados, un intenso amor abstracto nace entre nosotros cada vez que bailamos juntos.
(Rudolf Nuréyev)
Son trascendentales los efectos de la revolución que significó la persona y el trabajo de Nuréyev para la danza, la cultura y, a la vez, la relación de estas con la política y la población; no obstante, dentro del contexto digital en el que vivimos, en una plataforma streaming como Netflix, donde predomina cierto tipo de contenido, el documental biográfico Nuréyev resulta otro escenario inmortal para la historia de este artista.