Todo arte contiene increíbles figuras que resaltan por su pasión e inspiran a otros. La danza no es la excepción a esta regla, por lo que hoy he decidido homenajear a la artista que, además de haber sido elegida por su talento como la Mejor Bailarina de Gran Bretaña 2018, posee una versatilidad de interpretación que la convierte en una bailarina de mundo.
Desde hace 20 años, Marianela Núñez es una de las danzarinas clásicas principales del Royal Ballet, ubicado en Londres. Esta argentina, nacida el 23 de marzo de 1982 en Buenos Aires, se ha lucido en los primeros roles de Julieta (Romeo y Julieta), Odette y Odile (Swan Lake), Giselle, (Giselle), Kitri (Don Quijote), entre otros. Vale mencionar que no proviene de una familia vinculada a la danza sino que, a temprana edad, anunció que quería ser ballerina, a pesar de no haber visto nunca un ballet completo.
Cuando tenía tres años, la mujer «de la técnica estándar de oro» se inició en este arte aprendiendo bailes españoles, para luego adentrarse en el clásico en el Estudio de Danzas Adriana Stork de San Martín. A los ocho, fue admitida en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, Buenos Aires , donde se formó bajo la guía de Olga Ferri — quien fue, durante décadas, primera figura del ballet de ese teatro.
A los catorce, fue invitada a formar parte del cuerpo de ballet de la compañía. Se unió al ballet estable del teatro en 1996 y fue seleccionada para formar parte de un tour por Argentina como solista en el Ballet Clásico de la Habana, Cuba. En 1997, Maximiliano Guerra la eligió como su partenaire para bailar juntos en Uruguay, España, Italia y Japón en el Festival Mundial del Ballet en Japón. También fue llamada a participar, como bailarina invitada, en un tour con la Compañía de Ballet del Teatro Colón alrededor de Europa y los Estados Unidos.
Por otro lado, ha aparecido en programas de televisión. En febrero del 2005, la BBC transmitió Daphnis and Chloé y La Fille Mal Gardeé y, en diciembre de 2006, realizó su debut en El corsario con una presentación a beneficio del tsunami en Asia, donde bailó el pas de deux.
Si bien su mayor fuente de trabajo se encuentra en Londres, ha ido varias veces a su ciudad natal para ofrecer galas de ballet gratuitas a los vecinos de la zona, apuntando a la retribución de todo lo que la danza le ha dado. Además, fue declarada ciudadana ilustre de San Martín y es la madrina de la Escuela Municipal de Danzas, reabierta por el municipio luego de un reacondicionamiento en su infraestructura, lo que permitió aumentar la matrícula de alumnos e incentivar el arte en el lugar.
La adaptación de la camaleónica Marianela Núñez a una gran gama de roles, su esencia única y su energía latina, la han hecho merecedora de elogios de la crítica, partícipe en giras internacionales y ganadora de importantes reconocimientos. No obstante, es considerada una de las bailarinas más humildes y, a la vez, refinadas; de hecho, en una ocasión, una niña de 12 años, cuyo sueño también era ser bailarina profesional, le envió una carta y ella le respondió con sus zapatillas firmadas y dedicadas.
Sin duda alguna, Marianela Núñez es una bailarina de mundo, para quien «nada es un sacrificio si hacés lo que amás».