En un mundo lleno de grunge, hip hop y pop, estas artistas lograron destacarse y dejar una huella profunda en la industria de la música, resonando con una generación en busca de conexión y autenticidad.

Los 90, destacados por los girl groups, hip hop y grunge. Un contraste de bailes expresivos y guitarras alteradas. Los artistas comenzaban a animarse y fusionar géneros, incluso crear otros como el britpop, ska punk o rock industrial. Similarmente a los años 80, la música rock era igual de popular pero, en vez del new wave y el glam metal que alguna vez dominaron las listas, surgieron los ya mencionados grunge, britpop, el rock industrial y el rock alternativo que asumieron como los géneros más populares de la década. Algunas bandas que tuvieron su pico en dicho momento son Nirvana, Pearl Jam y Oasis.

La música grunge (y el estilo homónimo) nace en la zona noroeste de los Estados Unidos, en Washington para ser más específica. En él, se mostraba un sonido más distorsionado y menos pulido. Sus letras normalmente tratan temáticas pesimistas y llenas de enojo y angustia, como el abuso de drogas, la marginación social, la alienación, entre otros.

Al mismo tiempo, hubo un renacimiento del movimiento cantautor que había tenido su pico en los años 70, cuando un grupo de músicos de blues, folk y country ganaron importancia y popularidad. Al contrario del country, un género donde se utilizaban las narraciones en las canciones, estos cantantes escribían canciones desde un punto de vista muy personal e introspectivo. Normalmente se los describe como “sensibles” o “emocionales”. A fines de los años 80, este término comenzó a aplicarse a un grupo de artistas (mayoritariamente estadounidenses) que encontraban éxito principalmente en el Reino Unido y luego en su país natal.

A comienzos de los 90, muchas artistas femeninas comienzan a aparecer con nuevos estilos de música innovadores y, a mediados de esta década, la terminación de cantautor es revivida.

Las músicas alternativas de esta época, como Tori Amos, Fiona Apple, Björk y PJ Harvey, dejaron una marca indeleble en la industria musical y la historia de la música, gracias a sus trabajos importantes y renovadores.

Ellas desafiaban las convenciones musicales y de género establecidas en estos años. Rompieron con los estereotipos de como tenía que presentarse una cantante femenina. En el escenario, demostraron su dolor y pasión; en las letras, temas profundos como la sexualidad, la identidad y la vulnerabilidad, algo poco visto en la música mainstream de la época.

Todas son únicas y reconocidas por su autenticidad; su expresión emocional resonó profundamente con una generación que buscaba una conexión genuina con la música. En un mundo donde había que crear algo para el mercado, para vender y conseguir ganancias, ellas ofrecían algo más poderoso: una intimidad y una reflexión. La gente podía conectar con sus historias honestas y desgarradoras.

Asimismo, todas lograron influir y dejar su marca en la industria musical, aunque no parezca algo explícito. Abrieron nuevas oportunidades para que otros artistas puedan expresarse, fusionar géneros y romper con el statu quo. Artistas como Olivia Rodrigo y Florence + the Machine han manifestado su admiración a Tori Amos, cuyos álbumes Little Earthquakes (1992) y Under the Pink (1994) hablan sobre su experiencia de abusos, su relación con la religión, el feminismo y su propia sexualidad. Su extravagante presencia escénica, tocando el piano de una manera delicada pero imponente, ha sido algo que la destaca de muchas en su momento.

Lo mismo se puede decir sobre Fiona Apple, quien ha sido nombrada como la “voz de una nueva generación de chicas jóvenes fatalistas amantes de Sylvia Plath”, según Spin Magazine en el año 2000. Cantautoras como Phoebe Bridgers y Mitski son algunas de las muchas inspiradas por la cantante neoyorquina. Sus letras poéticas y realistas la hicieron destacarse en un mundo donde las emociones comenzaban a trascender.

La islandesa Björk ha sido una de las artistas destacadas de la época, con muchos músicos como Caroline Polachek o Arca haciéndole menciones. Conocida por su música experimental y vanguardista, la cantante sigue recibiendo aclamación por parte del público y la crítica por sus excéntricos videos y vestuarios, y su música original y peculiar.

Por último, la cantante inglesa PJ Harvey sigue impresionando con sus dotes musicales y su habilidad para crear álbumes poéticos y deslumbrantes, sea de punk, blues o incluso folk. St. Vincent y Lorde son algunas de las inspiradas en ella. Su voz cambiante, sus letras líricas y su catálogo versátil son algunas de las razones por la que sigue siendo una de las artistas británicas más aclamadas de los últimos años. Gracias a sus albumes Stories from the City, Stories from the Sea (2000) y Let England Shake (2011) se ha ganado no uno, sino que dos Premios Mercury, uno de los premios más importantes y prestigiosos del Reino Unido e Irlanda, convirtiéndose en la única artista hasta la fecha en haber hecho esto.

En definitiva, los años 90 fueron testigos de una revolución en la música liderada por las innovadoras artistas como Tori Amos, Fiona Apple, Björk y PJ Harvey. Estas visionarias desafiaron las normas establecidas de la industria, rompieron estereotipos y dejaron una marca en la historia musical. Su autenticidad y expresión emocional resonaron profundamente con una generación en busca de conexión genuina. Abrieron nuevas puertas para la próxima generación de mujeres artísticas cuyas voces quieren ser escuchadas. El arte de apreciar de otra manera: miramos a las artistas con otros ojos, deseamos entenderlas y compartir esa emoción. Su legado está sellado, recordándonos su poder e impacto en los escenarios y en la historia de la música.