Con el presente culminamos la breve revisión de la música yucateca, que inspirados nativos de esa tierra han aportado.
Sergio Esquivel
Fue compositor e intérprete. Aunque talentoso, no imprimió su sello con la claridad con que sí lo hicieron los que le siguen en este recuento.
Fue uno de esos creadores de participación habitual en los festivales de la canción; en su caso, llegando varias veces a culminar entre los primeros lugares. Como promotor musical logró convertir en institución sus esfuerzos, con un espacio de compositores en la región sureste que lo vio nacer.
Curiosamente, sus letras son bien diferentes entre sí, tanto en su catálogo como comparadas con el resto del cancionero comercial.
“Qué alegre va María” fue ganadora absoluta en el Festival OTI de Brasil de 1973. Esta canción —de inocencia casi infantil, incluso en cierto ademán de la intérprete que veremos— enumera lugares comunes acerca del embarazo de una mujer; y, vamos, probablemente su mérito esté precisamente en eso, pero hecho música. Es un himno sencillo, espontáneo, a la natalidad y a quien la gesta en su seno. Hemos de escucharla con quien la llevó al éxito, Imelda Miller, también yucateca. (Es el video más aceptable que encontré, con defectos que usted va a notar, como el evidente error en la autoría de la pieza).
Guty Cárdenas
Cárdenas poseyó un gran sentido artístico. Además, como en toda alma sensible, la tristeza en forma de melancolía se asoma innumerables veces a su obra. Todo lo aterrizó junto a importantes letristas con los que supo hacer increíbles duplas, aportando Guty la musicalización.
Su vida, brevísima, alcanzó para que hiciera amistad con Ricardo López Méndez, con Tata Nacho y con Nicolás Guillén. Se dice que a corta edad se benefició de las enseñanzas de Ricardo Palmerín, cuyo continuador habría de ser él.
Aquí se trata de un malogrado trovador. Pereció asesinado en una cantina del centro de la ciudad de México, donde, como en tantas ocasiones, por un “quítame estas pajas”, el convivio devino drama. Existen varias narrativas distintas del tema, no hace falta explorarlas, solo anotar su resultado: de manera absurda el mundo de la música perdió a uno de sus mejores exponentes.
La trova yucateca lo ostenta como emblema inmortal.
Aunque su composición más célebre parece ser “Nunca”, prefiero —sin regateo a la belleza de “Nunca”— “Quisiera”; la letra se debe a Ricardo López Méndez. En el video que comparto más abajo la interpretan Rodrigo de la Cadena y Argelia Fragoso.
Ricardo Palmerín
Fue un abanderado indiscutible de la música de su patria chica. Maestro en toda la extensión y aplicaciones de la palabra de la guitarra —no obstante que la aprendió oyendo y viendo, sin academia—, durante el devenir entero de su vida.
Se habla de que la nacionalización del bambuco colombiano se debió a él, así como participó en la mexicanización del bolero cubano.
A diferencia de sus coterráneos, en su caso —como en el de Guty— las letras no son también suyas, sino que son obra feliz de los más destacados poetas de su región.
He aquí que el bardo yucateco Luis Rosado Vega, junto con el gobernador Felipe Carrillo Puerto, trataba con palabras de admiración por su gracia y belleza a Alma Reed, periodista estadounidense que visitaba el Mayab. Fue entonces que el gobernante le encargó hacer verso sus palabras; la música correspondería a nuestro compositor. De esa manera nació un auténtico himno yucateco reconocido por el resto de la nación.
Carrillo, rendido enamorado de Reed, sería depuesto y fusilado. Precisamente 2024 fue declarado por el gobierno de México como “Año de Felipe Carrillo Puerto”. Antes, en 1987, su estado hizo lo propio con Ricardo Palmerín por su siglo natal, al declarar a ese como “Año de Ricardo Palmerín”.
Ahora, Plácido Domingo canta “Peregrina”:
OBITUARIO
IFIGENIA MARTÍNEZ
La economista y militante política mexicana Ifigenia Martínez, quien se encaminaba a sus 100 años, partió en octubre de 2024.
Fue directora en la Universidad Nacional de la Facultad de Economía durante el movimiento estudiantil de 1968.
De sus tiempos en el gobierno se destaca el hecho de haber sido convocada por el intelectual Jaime Torres Bodet para formar parte de su equipo en la Secretaría de Educación Pública. Ifigenia, cuyo vocabulario se caracterizaba por ser notoriamente sencillo, alguna vez dijo que el secretario solía estar malhumorado. La SEP de esos tiempos es recordada por sus incontables logros.
Fue la primera mujer en muchos acontecimientos. Junto a Cuauhtémoc Cárdenas y a Porfirio Muñoz Ledo encabezó a la “Corriente democrática”, que se separó del partido hegemónico, el PRI, en los años 80, dando así uno de los pasos más firmes hacia la transición democrática del país.
El 1 de octubre de 2024, como presidenta del Congreso de la Unión, le entregó a Claudia Sheinbaum la banda que la acreditaba como presidenta. La escena, más bien dramática por las limitaciones físicas de la economista, fue suavizada por la propia Ifigenia con un “¡híjole!” que nunca volverá a oírse en semejantes ceremonias.
MARCELO PÉREZ
El sacerdote mexicano Marcelo Pérez fue asesinado en Chiapas en octubre de 2024.
Pertenecía a la etnia tzotzil y había trabajado en las comunidades zapatistas, etnia y territorio particularmente azotados por el crimen en diversas modalidades. Contra ello alzó su voz el religioso.
Denunció, además, amenazas no solo en su contra sino contra sus hermanos en el ministerio. Quizá por ello fue adscrito a san Cristóbal de las Casas, hasta donde fue por él su agresor mortal.
En su sepelio se vieron desgarradoras muestras de dolor y apego a su pastor por parte del pueblo.
ANTONIO SKÁRMETA
En este mes de octubre de 2024 murió Antonio Skármeta, escritor chileno.
El público mayoritario lo conoció por una o ambas de estas realizaciones: la serie de televisión “El show de los libros” y la película “El cartero”, basada en una historia original suya que tiene a su admirado Pablo Neruda como personaje. En mi caso, lo conocí a través de la lectura de su cuento Uno a uno, y porque ganó el premio del concurso de narrativa “El militarismo en América Latina” organizado por la revista mexicana “Proceso” y la editorial argentina “Nueva imagen”, con un jurado muy selecto entre quienes se contaban Cortázar y García Márquez. En esta hora de la muerte del autor, la revista no mencionó en su nota el premio que le había concedido.
En el ámbito personal –que tantas veces acapara más atención que la obra en sí—, Skármeta fue carismático, al punto de parecer definitivamente bonachón, lo que lo distingue de otros tantos intelectuales de actitudes más bien raras, por decirlo de una manera leve. Citando el título de un libro del recién fallecido, el presidente chileno Gabriel Boric le dio las gracias "por soñar que la nieve ardía en el Chile que te dolió tanto".
El escritor chileno Antonio Skármeta en la inauguración de la primera Feria del Libro de Vitacura; Casas de Lo Matta, 22 de abril de 2015.