Nunca pensé, la primera vez que me le acerqué a saludarlo, que conversar con él, con Marc Minkowski, (hijo de un famoso médico prenatal y nieto de un asimismo famoso siquiatra) fuese tan ameno y me traería a la memoria recuerdos tan particulares que creí que solo estaban destinados para ciertas personas a las que conozco de modo más que familiar.

Si pensar fuera de la caja es una metáfora del pensamiento creativo, el maestro Minkowski, (quien dice que al decidirse por la dirección orquestal, luego de ser fagotista, quiso convertirse en médico para el alma) va más allá, hasta el pensamiento emocional, que acaso es el más esencial en nosotros, pues mal que bien, depende de nuestras emociones la respuesta que damos a los estímulos externos, de eso que llamamos mundo, o lo que producimos con muestra creatividad. Lo más sorprendentes es que supe esto cuando me habló de su amor por los caballos.

Mientras me hablaba, recordé una ocasión en que el cabalista Michael Laitman relataba como una vez, estando sentado junto a su maestro, Baruch Ashlag, en un parque, este, al mirar un grupo de caballos dijo: míralos, son como ángeles. Recordé lo desconcertado yo que estaba con esta comparación la primera vez que la escuché. Y claro, es que culturalmente pintan a un ángel como un ser alado, pero realmente no se trata de eso. Un ángel, aclaró el Dr. Laitman, es una fuerza espiritual, a la que se llama ángel en el lenguaje de la Torá, que está originalmente escrita en hebreo.

Verás, un caballo está unido a la naturaleza completamente, carece de ego, por lo que no cuestiona nada, sigue ciegamente lo que dicta la naturaleza, como los ángeles, que salvo los que se revelaron, no se oponen al Creador. Debes recordar también lo que dicen nuestros sabios: No existe nada aparte del Creador.

Es decir, creí entender, que al interactuar amorosamente con un caballo, se percibe su completa adhesión a la naturaleza, que es decir el Creador. Y eso es lo que acaso decía asimismo el maestro Minkowski...

La Biblia hebrea usa la palabra malaj- מלאך- cuando se refiere a un ángel. La raíz de la palabra es לאך que significa "yendo y viniendo". Ello implica un arduo trabajo, dando lugar a otra palabra hebrea melaja מלאכה, que implica " labor física" y significa "yendo y viniendo". Un ángel es un mensajero que va y viene incansablemente, repartiendo información. El Dios de Israel emplea frecuentemente ángeles como intermediarios que van y vienen entre el cielo y la tierra.

Me recibió en su camerino, una media hora antes de la función de “Die Schöpfung”, de Joseph Haydn, que dirigiría aquella noche. Luego de una breve introducción de saludos, y demás, fuimos al grano y le dije:

La técnica sin la música no es útil. La expresión es siempre necesaria. Esta es quizá mi marca. La gente está educada de tal forma que ven al director como a un metrónomo, y en realidad hay que combinar ambos. A través de la emoción yo encuentro mi camino, pero la gente tiene que ir conmigo tiene que acompañarme, igual que se siguen las indicaciones de un director escénico o un director de cine.

El me respondió al toque: bien, el público, el espectador, no tiene por lo general una educación musical profesional, por lo que su conexión es mediante lo emocional, así parece ser que ha dado con una forma de ayudar al espectador a entender y sentir lo que sucede en escena.

Así es.¿Se dedica más al mundo de la música barroca?

Pues bien, yo estoy dividido entre los proyectos con mi orquesta…

Le musiciens de…

Le musiciens de Louvre… Es que, que escojo a quienes quieren trabajar conmigo porque sienten que eso es lo que desean hacer. La mayoría de ellos viven en Francia, pero hay cerca de diez nacionalidades, inclusive gente de Argentina, Brasil, Portugal, Alemania, etc, etc. Es una gran familia, que se renueva cada década. Y por otra parte, trabajo con grandes orquestas, y eso es distinto a lo que hago con Louvre, pero tengo un catálogo ciertamente barroco, pero no rechazo otras cosas….

Podríamos verlo así en algunas semanas en un concierto de música barroca…

Ciertamente, he dirigido un poco musica contemporánea. Me gusta mucho Phillip Glass, John Adams… Pero por ahora dirijo de Bach a Ravel o Bruchnar que he dirigido mucho.

Y hablando justamente del mundo barroco, la afinación era distinta a la contemporánea, 415 Hz en vez de 44z Hz ó 445 Hz. Se dice que la afinación barroca es más dulce…

Bueno, si consideramos la música de Gluck, hay un todo de diferencia (hacia abajo) que para los cantantes es completamente otro mundo, en el que se puede complacer a las voces y regresar a la dirección natural. Es como restaurar una pintura con los colores y aceites correctos, para, (en el caso de la música) llegar al espíritu del compositor. No es la única forma, también he dirigido muy rara vez, música barroca con instrumentos originales. Lo importante es no agregar más de la cuenta, hay gente que quieren decir demasiado, más que el mismo compositor , y por lo general esto va en contra de la obra musical.

Sabemos que los músicos están, en el mejor de los casos, muy bien interconectados, en una especie de red, de unidad, por la que fluye una especie de “electricidad”que nos transporta a un universo paralelo mediante la interpretación. ¿Cómo explica usted esto, o por ejemplo el efecto Mozart, que influye incluso en las plantas elevando su producción, de tomates por ejemplo? Es algo extraño.

Mire, yo vengo de una familia de científico, de doctores, y no sé que decir exactamente; lo que sé es que esto se logra cuando el compositor consigue con su musica un alcance superior de conexión, eso que nos toca emocionalmente. No creo que sea necesario entenderlo, poder explicarlo, es como cuando se tiene un coup de foudre (amor a primera vista), no importa saber por qué sucede, hay que tomarlo y disfrutarlo.

¿Cómo puede la música hacer un mundo mejor?

Bueno, la música ayuda a la concentración y a la meditación a través del sonido y de la vista, en el caso de la ópera. La música es algo que la humanidad hace desde tiempos inmemorables. Para mis es como la relación que se tiene con los caballos… Verá, poseo caballos y me encanta cabalgar…, de niño pensé que me iba a dedicar al mundo de los caballos, pues, en mi opinión, no hay nada más hermoso que galopar con un caballo por el bosque. Me hace sentir conectado con la naturaleza, siendo uno con ella. Para mí la música es lo mismo. Y un buen ejemplo de la música como catalizador hacia un mundo mejor es el excelente trabajo de Daniel Barenboim con su West-Eastern Divan Orchestra. Lamentablemente, por el momento el proyecto está suspendido. Pero lo bueno es que al involucrar gente joven, la huella quedará en ellos.

Incluso en nuestro actual montaje de “La creación”, podemos ver cuanta gente joven vienen con entusiasmo, pues es tan diferentes para ellos un espectáculo en vivo como este, en vez de simplemente verlo por televisión. Luego ellos harán la diferencia.

¡Muchísimas gracias!