Cada uno celebra las buenas noticias como quiere, así que nueve meses después de la muerte del dictador Francisco Franco nací en la ciudad asturiana de Mieres, en el corazón de una cuenca minera que por aquel entonces surtía a toda España de energía y que hoy se ha convertido en un caminar resignado hacia ninguna parte.
El apoyo constante de unos padres maravillosos me sirvió para licenciarme en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo y descubrir una verdad fundamental: que solo la cultura nos podrá salvar de la barbarie a la que parecemos estar abocados.
Mi pasión por el mundo audiovisual me llevó a cursar estudios sobre la materia que me sirvieron para entrar en el sector de la comunicación y colaborar con diferentes medios regionales y nacionales, y ahí sigo instalado más de una década después, ya que actualmente trabajo en un periódico digital que me permite financiar mis verdaderas pasiones creativas, las mismas que quiero compartir con vosotros.