De vocación artística, humanista y social, me especialicé en empresas y creo en su valor social. Mi carrera profesional me llevó intuitivamente al trabajo con personas: en sus estrategias de vida, de emprendimiento y en el desarrollo de su propia capacidad y singularidad, sin moldes. Todos y cada uno ellos, que son miles, me han aportado más que el mejor de mis diplomas.
La oportunidad laboral que me brindó Cruz Roja hace años descubrió en mí una vocación: el acompañamiento técnico en aspiraciones de cambio. Queriendo dar rigor a lo innato, me formé y certifiqué como Coach profesional y ahora integro el trabajo sobre el potencial personal en cualquiera de los proyectos que abordo.
Escribo porque me lo pide el cuerpo. Crear y leer relatos ajenos permite comprender que lo que nos ocurre interiormente es propio de ser simplemente humanos. Pero sufrimos por lo que somos y creamos organizaciones ajenas a nuestra propia naturaleza, cuando el origen de todo proyecto debería ser coherente con las personas y el mundo sobre los que va a tener que desarrollarse.