Lo hago dormida (I)
Me dijo que no le gustaba la poesía
porque era así como ornamentada
-en realidad usó otra palabra-
y desde ahí no he vuelto a escribirla.
18 de noviembre
Lo mató debajo de la escalera.
Yo pregunté por qué
ese día debía ser
el día de mi cumpleaños,
“también es mi cumpleaños”,
me dijo, entonces recordé
que ese era mi hermano.
Tengo una vela en la mano.
Estoy viéndolo caer.
Estoy en todos lados.
Le salieron sanguijuelas,
¡No! ¡Es una sanguijuela!,
yo sabía lo que era.
19 de febrero
West Coast en la media
Estoy ardida de escribir
tanto como de amar.
Tirar una tela roja en el pasto
Y hacer el amor
Mientras le recito a las ninfas.
Sábado 21, 2020
Escapé a otra dimensión.
Me protege el carbón,
-un árbol gigante de carbón-.
Llega Marina a buscarme,
yo corro por la yesca
porque quiero estar sola.
Tengo que cumplir mi destino.
Encuentro a José.
-de él nunca escapo-
Estoy muy cariñosa.
Tengo un hermano trans.
Regamos la quinta.
Juego a las muñecas.
El juego se hace real.
Cuento la historia de mis matrimonios,
Me pongo muchos vestidos blancos.
Hueco lleno de ramas que no me dejan ver.
No encuentro la salida.
28 de mayo
Casi que me lleva una ola.
El mar es tan pequeño, tan Dalí
con dos porros y un hormiguero.
Y yo soy tan vos, tan él, tan el amor
que nos dimos a las diez y…
ese cuerpo se está pudriendo,
el pájaro-pez huele la muerte,
él está a mi izquierda y el sol a la derecha.
Detesto la autorreferencia.
No quiero ser yo, tampoco ser otra.
No quiero querer, soy toda oleaje.
Va y viene, más bien se va.
Por ahí hay un puente
y ahora que ya llegué
sé que existe, que lo crucé,
que está a mi espalda.
Hay música, hay arte, hay un niño en el charco.
Hay libertad entrándome toda
por los ojos y las demás ventanas.
Ahora son dos los niños del charco.
¡Tienen armas! ¡Y las meten al agua!
El pescador no pescó nada.
24 de mayo
Me dio la mano presto…
-y volví a hablar como poeta,
pero de los muertos-.
Ya no dudo de que lo deseo,
que los deseo a todos
menos al que ya tengo.
¡Me lo dijo Morfeo!
Vi a sus dos hijas listas
para venir al mundo
subidas en su moto.
Una es muy chiquita
y la otra no me entra
en las dos manos.
Hizo una casa redonda
en un papel blanco.
¿Esa va a ser mía?
Ojalá sea para mí,
pero me despierto
y al otro día de nuevo
le vuelvo a ver los ojos
que son como azulados.
Me está tocando
y yo le doy vida.
Dejamos toda la muerte
a nuestras espaldas,
pero me despierto
y al otro día de nuevo.
25 de Mayo
Una fecha que no recuerdo
Antes de soltarlo me llevaron a la dimensión espejo,
un enrulado, era, no sé, creo, puede ser, sí.
Un enrulado me llevó a la dimensión espejo
y pescamos toda la noche soleada ahí,
era de noche pero con la orbe como blanca,
es que no sé si era blanca, no sé, eso creo.
Seguro que bajo una cueva había una cascada
y que descansé en su agua hasta que dejé de llorar.
Lloré como niña perdida las tres noches,
dije en algún momento: “déjame volver a mi casa”.
A la mujer no le gustó y me pidió: “no llores”.
Para cuando habló ya no había más cascada,
y cuando le solté la mano, tampoco había más nada,
no he podido ver la dimensión espejo desde entonces.