Toronto, Canadá.
Henry, un profesor de ascendencia africana, imparte clases de historia a un heterogéneo grupo de alumnos en el salón de una escuela.
«La ciencia nos enseñó que, alguna vez, hace más de siete millones de años atrás, en una época sin memoria, nuestra especie se originó en África. Ese enorme continente semiolvidado del mundo que ahora es considerado como la cuna de la humanidad, fue el escenario de nuestro florecimiento, pero no fue fácil. Los primeros humanos tuvieron que superar diferentes amenazas para sobrevivir y encontrar nuevos hogares, desde animales salvajes, enfermedades, hasta desastres naturales.
Nuestra especie se dispersó en algún punto de la cadena del tiempo y se diversificó. Es por ello por lo que, la geografía de cada región transformó a los antiguos humanos, físicamente. Chicos, sólo les estoy narrando el resumen, porque si les contara la historia completa, nos tomaría tal vez unos meses en terminarla. Sin embargo, voy a resumirla».
Sebastian, un niño de ascendencia japonesa alzó la mano. Era su alumno favorito, el más curioso, el que siempre tenía preguntas y nunca se las guardaba.
-Profesor, ¿entonces porque hay en el mundo personas negras, blancas o chinas? ¿por qué hay tantas razas?
-Es una excelente pregunta Sebas. Lo correcto sería decir ‘asiáticas’ en vez de ‘chinas’, pero entiendo tu punto. La respuesta no es tan sencilla, pero la ciencia nos da pistas: es muy probable que, a lo largo de los milenios, grupos humanos que lograron emigrar a otros continentes tuvieran que adaptarse a las condiciones climáticas y geográficas. Es por ello que, sus rasgos faciales y corporales cambiaron a través de un proceso conocido como mutación. ¿Alguien aquí es fan de los X-Men? Alcen las manos por favor.
De los veinte niños en clase, al menos doce levantaron sus manos.
-¡Muy bien chicos! Si bien los X-Men son superhéroes de historietas, la raíz de sus increíbles poderes se basa en la mutación. ¿Y qué es la mutación? ¿Alguien sabe?
Sebastian volvió a alzar la mano.
-¿Es cuando las personas se transforman en…otra cosa?
-Estas cerca Seb, pero no exactamente. Durante milenios, la humanidad, es decir, las personas han presentado cambios en sus organismos, los cuales fueron variando de generación en generación, de padres a hijos y a los hijos de sus hijos. Estas mutaciones crearon cambios en el cuerpo como el color de piel, las facciones de la cara y también nuestra forma de andar. Son procesos muy lentos, casi imperceptibles pero notorios a largo plazo. Ahora, les voy a decir algo que tal vez no lo sabían, pero a partir de ahora deberán saber que no existen las razas porque ¡oh sorpresa! Según la ciencia: ¡la raza humana es una sola!
Algunos niños cuya edad oscilaba entre los 10 y 11 años reaccionaron sorprendidos. Algunos confundidos.
-Compartimos el mismo ADN, el mismo código genético. Así que todos y cada uno de ustedes estamos hechos de los mismos compuestos químicos: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Los elementos de la vida.
Así que yo, si bien soy negro por el color de mi piel y mis facciones, soy tan humano como ustedes. Sin embargo, chicos les quiero contar algo importante y tal vez personal. Mi abuelo, fue estadounidense y un fiel seguidor de Martin Luther King allá en los años 60 cuando él estaba en sus veintes, y también sufrió muchos insultos por su color de piel. Por lo tanto, la clase de hoy, hablaremos sobre uno de los males endémicos del mundo: el racismo.
-¿Notaron la ausencia de su compañero? ¿Jacob?
Se oyó un murmullo disperso. Una de las niñas afroamericanas alzó la mano intrigada.
-Dime Greta.
-Profesor Henry ¿qué pasó con Jacob?
-Lamento decirles chicos que, Jacob no vendrá esta clase ni en la siguiente hasta que se recupere totalmente porque… me temo que fue agredido por una pandilla de neonazis.
Greta se llevó una mano a la boca y sus demás compañeros murmuraron con incredulidad.
-Como todos saben Jacob es un excelente futbolista. Y este domingo ganó el último partido del torneo juvenil con un gol fabuloso a último minuto. Al parecer el arquero del equipo rival, se sintió superado y muy furioso y no encontró otra forma que responder vengándose de él. Según me contaron, Jacob se encontraba sólo, caminando a su casa cuando su rival y su hermano de 16 años, un pandillero racista que pertenece a un grupo de «neonazis» lo acorralaron en un parque, lo insultaron por su color y luego … -Henry suspiró hondo, visiblemente afectado- le dieron una paliza.
Henry vio que Greta soltaba unas lágrimas silenciosas, mientras era consolaba por su amiga. Notó también que Cliff, el mejor amigo de Jacob en la clase, rubio y de piel blanca como el marfil, fruncía el ceño adusto, y cerraba los puños.
-Está en el hospital. Aún no se encuentra bien. Según me dijo su mamá está inconsciente porque recibió muchos golpes.
El silencio que reinaba en el salón parecía perforar los oídos de los chicos. Sin embargo, Cliff intervino.
-Pero… profesor ¿despertará?
-Los doctores son optimistas, es decir, que despertará -sonrió Henry sin mucha alegría-. Sin embargo, su pierna izquierda está dañada y no sabemos si se recuperará. No sabemos si volverá a jugar. Por suerte, el otro chico maleante está detenido y es posible que vaya a una prisión para menores. Les aseguro que será castigado, al igual que sus cómplices.
Cliff tampoco pudo evitar verter algunas lágrimas liberadas por el enojo.
-No es justo.
-Lo sé hijo.
«Regresa a África - Come plátano negro de mierda – Mono - ¿Qué? ¿Caminas en dos patas? ¡Los perros negros caminan en cuatro! - Si te vuelvo a ver caminar de pie, te romperé las piernas y te haré comer tierra». Henry cerró los ojos, respiró hondo.
Henry se quitó los lentes para limpiarlos y mirar por la ventana. Desde allí, la luz del día parecía devolverle el eco silencioso de su pasado. No era un día fácil. En realidad, era un día malo. Pero era el profesor y tenía el deber de pisotear sus viejos traumas a sus treinta y seis años para afrontar este momento. Henry considera que no le fue nada mal después de aquel episodio ya lejano de odio y violencia. Se graduó en historia, tuvo algunas novias, se casó a los treinta y dos con una escritora y se convirtió en uno de los profesores más respetados de la escuela. Pero revivir aquel viejo episodio juvenil, los días en el hospital, su madre besando su frente mientras dormía, todo aquello parecía ya haber sido enterrado en lo profundo del desierto de sus memorias… hasta hoy. Respiró hondo, recompuso la compostura y trajo de vuelta aquel profesor que brindaba confianza y conocimiento.
-Les preguntaba chicos: ¿qué es el racismo? Y bueno, lamentablemente les di la respuesta con el incidente de nuestro compañero. Como pueden ver, el racismo no es nada más que odio. Y el odio no responde a razones, no responde a explicaciones. Es un odio que se enseña, que se aprende y como tal, es un veneno que sólo genera destrucción y tragedias. La violencia es el idioma preferido del odio. Porque este sentimiento negativo, tan absurdo como dañino, no conoce la paz, no conoce la razón, sólo la agresión.
Cliff se acercó al pupitre de Greta, quien no paraba de llorar, y la abrazó. Luego se le unieron Sebastian y otros cinco compañeros para formar un grupo más grande. Henry sonrió orgulloso. En su clase había alumnos negros, blancos, asiáticos y latinos. Creyó visualizar el sueño de utópico de MLK, de Rosa Parks, de Mandela, de Lincoln. Era por estos días en la que sentía haber elegido la carrera perfecta.
-Muy bien chicos. Ahora sí, regresen a sus asientos por favor. Sí, muy bien. Ahora que empezamos la clase de historia, quiero pedirles que siéntanse orgullosos de quienes son. Que nadie los discrimine por su color de piel, por su religión, nunca lo permitan. Persigan sus sueños, que nadie les diga que no pueden lograrlo, como a mí me dijeron muchas veces. Porque que sé que ustedes pueden lograrlo. Así que, si quieres ser artista que nadie te diga no, si quieres ser piloto o astronauta que nadie te diga no.
Henry escudriñó a David, uno de los «bromistas» del grupo y el más hablador, quien permaneció callado durante toda la clase como muy pocas veces sucedía. Se dirigió a él: Y si quieres ser rapero, hacer sonidos de cabra o cantar como un gallo por YouTube, que nadie te diga que no puedes hacerlo.
Unos cuantos chicos rieron a carcajadas incluyendo David.
-Ok ok chicos. Muy bien. Después de clases, los que deseen, iremos a visitar a Jacob al hospital para mostrarle todo nuestro apoyo a él y su madre. Les agradecería mucho. Por lo tanto, quisiera saber ¿Cuántos aquí irán a visitar a Jacob?
Toda el aula se llenó de manos alzadas. Henry se sintió regocijado.
-¡Excelente! Muy bien. Es un bonito gesto de ustedes -se acercó a su escritorio y cogió un libro- pero antes, estudiaremos la figura de Nelson Mandela. Abran por favor la página 85 de su libro, sí ese mismo Lucía, exacto «Historia de las etnias mundiales». ¿Quién fue Mandela? Un gran presidente de una nación que alguna vez dijo lo siguiente: «nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen, o su religión». No sigas buscando Cliff, está en la página 115 ¿lo encontraste? Muy bien. Y ahora vamos a analizar juntos el significado de esa frase, ¿de acuerdo? Bien, ahora, todos repitan fuerte conmigo: «nadie nace odiando a otra persona por su color de su piel, su origen, o su religión».
-¡Nadie nace odiando a otra persona por su color de su piel, su origen, o su religión!
-Excelente chicos.