Nací en Lima, Perú, durante de los locos y agitados años 80 y crecí durante los 2000. Es decir, todo un milennial latinoamericano. En algún momento de mi infancia, mi viejo me regaló un ejemplar de Los Tres Mosqueteros de Dumas que había encontrado en una librería del centro de la capital y desde ahí todo cambió, surgió un romance con las historias que perdura hasta hoy. De chico fui el alumno más destacado en el curso de Historia y Letras cuando a muy pocos les interesaba leer.
Pasan los años, me gradúo en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Garcilaso de la Vega (llamada así por el famoso cronista) y me convierto en redactor practicante. Fue así como descubrí el fascinante -como absurdo- mundillo del periodismo y empecé a dar mis primeros pasos como escritor. Cuando empecé a trabajar en una revista del mundo automotriz cubriendo el rally Dakar realizado en Perú en 2012. Al ver publicado mi nombre en el reportaje principal, sentí una oleada de orgullo como pocas veces, porque al fin, sentí me dirigía a una audiencia. Fue así como, decidí dedicarme para siempre al arte y oficio de la redacción.
En mi vida tengo tres grandes pasiones: la literatura, el cine y el fútbol. En cuanto a lo primero, autores como E.A. Poe, Stephen King, Tolkien, T. Capote y Charles Dickens son mis héroes de referencia. En cuanto al cine, son incontables las películas que me hacen soñar despierto. En cuanto al fútbol, soy un apasionado de las ligas europeas y de un equipo en particular que no me atrevo a revelar para no caer en rivalidades gratuitas.
Me considero un capturador de historias, incluso de las más pequeñas, ya que en la vida no siempre hay drama, un conflicto o un antagonista. A veces un simple paseo placentero en un parque o una visita a un familiar podría ser de lo más interesante y digno de contarse. Porque en la vida real, no siempre sucede algo extraordinario. Por lo tanto, es un deber de los narradores encontrar lo “extraordinario” en lo “ordinario”. Esa es la razón por la que escribo relatos cortos.
Me identifico con una frase de Ernest Hemingway: “Desde hace mucho tiempo intento simplemente escribir lo mejor que puedo. A veces tengo buena suerte y escribo mejor de lo que puedo”. No podría ser mejor expresado. Si has leído hasta aquí, ¡muchas gracias! Seguro te invitaría un refresco o un trago por ello.