Saber que no está permitida la incertidumbre en esta sociedad dudosa y aguada, donde el único capital es el metal bélico y como ya la historia ha demostrado, las guerras producen prosperidad y avances tecnológicos insuperables hasta que la febril carrera se agota o llega a su meta final:
Un cementerio universal sin nombres ni tumbas.
Los sobrevivientes ya no recuerdan.
El vivir produce amnesia y la memoria es innecesaria.
Me temo que el futuro no existe y es el paisaje desolador.
Las utopías, que hace 60 años nos ilusionaban y engañaban con la imagen del hombre nuevo y una sociedad justa, murieron de inanición.
Pero, el optimismo es una enfermedad incurable y es así que sigo leyendo un poema al día, comiendo poco, durmiendo menos, bailando, fascinándome con el fútbol y el balonmano, cuando gana mi equipo preferido. O cuando en muchos países europeos, se acepta como legítima razón de asilo político, el atropello a los derechos humanos fundamentales de las mujeres de Afganistán.
Para muchos la benzina que los moviliza es la fe o los dogmas.
Para los menos es no perder totalmente la creencia en el ser humano y en el poder que tiene la juventud para oponerse al horizonte que les cocinan.
Fuerte medicina, ahí donde está permitida, la circulación de la prensa libre, y si la curiosidad lleva a leer el periódico diariamente.
Día a día el fondo es más nítido
La vida ausente más cercana
Cariño que yerra bermejo
Extremos políticos
Olvidan esencias al fundirse en crueldad
Las mujeres gritan
Más y más armas
Es difícil navegar entre Leopardos y Abrams.
Todas las religiones prohíben el suicidio, mas lo cobijan en sus templos de Jonestown a Paquistán.
Que libro elegir leer a mis nietas al
Prepararles alimentos con ingredientes
Inseguros como tu prescrita medicina Conejo querido
Que te mató terapéuticamente a los sesenta y siete
Como afroamericano asesinado por iguales
Alevosamente disfrazados con uniformes prestados
Allá en la tierra de las grandes oportunidades.
Tan difícil como vivir en el país menos corrupto donde la transparencia obnubila.
Amor que no se reparte como las armas
Cuando el sentir profundo hoy levita
Mostrando la fragilidad de las guerreras
En sus afanes de amamantar con leche agria
Vomitada por niños denominados por sílabas
En escuelas donde el espacio frio está ocupado
Por Ix Iy o Iz y la necesaria compañía de Tik Tok.
Sentir por sentir para no dejar de ser en la rutina que va del trabajo a más trabajo y pesadilla que adormece.
El que ríe no deleita a nadie
El que quiere no ama más
El que llora no escucha su propio llanto
El que vive yace solo
El que canta grita desesperadamente
El que agoniza calla adormecido
El que muere sufre demasiado.
Saber que la belleza va a sucumbir en muy poco tiempo más e incluso tener que aceptar que son inútiles las jornadas juveniles de acábate mundo ya o las tomas de pueblos condenados frente a la urgencia de producir más, luchando en contra de la explotación de minas de carbón, nada menos que en Alemania.
Mi única esperanza es no tener -por favor- razón.