Alexis administra un hospedaje rodeado de parques y con una fabulosa vista al mar. La capital vive un boom financiero y el distrito crece con rapidez. Él es una persona bipolar que toma medicamentos. Durante la última década la mayoría de las casonas en los alrededores han sido derribadas para dar paso a modernos edificios. Muchos desean comprar, pero Alexis no osa hablar con las constructoras, sabe que su posesión es fraudulenta y teme que los verdaderos dueños aparezcan de pronto.
Dilan, heredero de la casona, anda preso por traficar con cocaína dentro de libros, la fachada: una editorial pedagógica. El negocio marchaba boyante en Nueva York hasta que una delación los atrapó infraganti, ahora ambos cumplen prisión, uno en Lima y el socio americano está detenido en Sing Sing cerca del rio Hudson. Como Dilan no puede justificar las ganancias ilícitas, resuelve enterrarlas en el jardín. Ahora espera ansioso la libertad para disfrutar el dinero.
Pussy, es la inquilina favorita de todos, agraciada colombiana de sangre europea, tan blanca como nubes cúmulo sobre cielo despejado. Sin estudios ni escrúpulos llega a Lima procedente de Cali huyendo de la furia del cartel. Para sobrevivir en Lima, aprendió fisioterapia, pero ahora en vez de dar masajes, vende caricias a una clientela atraída por su figura monumental. Ella tiene una habitación que da al malecón miraflorino y se prostituye sin alterar el decoro en la pensión.
Pablo pinta abstractos y anda desperdiciado por luchar con mil demonios, la enorme ingesta de alcohol y cocaína han deteriorado su capacidad artística. Tras la exitosa exhibición en la galería de moda recibió muchas críticas favorables; disfrutó su breve éxito hasta que abusó de los excesos. Él debe rematar sus trabajos para pagar la pensión. Hoy, entre resacas y abstinencia intenta sin éxito producir algo que valga la pena. Pablo vive enamorado de Pussy, pero ella solo siente lástima por él, mientras se acuesta con Alexis y todo aquel que pague por sus caricias.
Dilan vivía en la casona cuando cayó en desgracia. El surf fue su pasatiempo favorito, y su primer pase lo hizo trasportando cocaína en la tabla cuando compite a nivel internacional. Luego le fue difícil saber cuándo detenerse. Fue flojo para los estudios, aunque la aritmética fuera un don natural. Sufrió mucho cuando de niño un infarto se llevó a su padre, tras lo cual su madre abusa del alcohol y se desentiende de él, falleciendo con cirrosis cuando purgaba prisión.
Alexis conoce de leyes e intenta todo a su alcance para quedarse con la casona. La ley de posesión otorga propiedad si pruebas su usufructo durante siete largos años. Falta una semana para que esto suceda y en el apasionamiento de alcoba, comete el desliz de comentarlo con Pussy.
Edgar es socio en una de las constructoras que pugna por adquirir la casona. Es apuesto y adinerado, y aunque se acuesta con muchas mujeres, Pussy es su favorita mientras la usa para sus propósitos. Él dice estar enamorado, ella no cree sus patrañas. Ambos son inmorales. Edgar tiene gente asalariada en los registros públicos y ha descubierto que el propietario está en prisión. Programa una visita para informarle que está a punto de perder su propiedad a costa del advenedizo que la invadió siete años atrás. Le ofrece ayuda y un trato conveniente, pero debe apurarse porque no hay tiempo que perder.
Dilan no confía en nadie, pero debe recurrir el crimen organizado para interceptar a Alexis antes de que sea demasiado tarde. Dos días después un cuerpo aparece en el acantilado desfigurado y sin los dedos de ambas manos. Esa misma noche Dilan, amanece muerto en su celda atragantado por unos dedos que los peritos no pueden identificar.
Tras culminar la demolición en la casona, se da paso a una serie de excavaciones. La pala mecánica contratada por horas levanta escombros de tierra y fue entonces cuando el operador encontró un maletín deportivo lleno de billetes con la figura de Benjamin. A escondidas lo lleva a casa y celebra su buena estrella, no tendrá que trabajar nunca más. Ahora Pussy es propietaria de un lujoso burdel en el nuevo edificio desde que Alexis, muy trastornado por la falta de medicina, le traspasó la casona antes de morir. En el local cuelgan obras de Pablo, quien ha recuperado el talento y sigue tontamente enamorado.