Wari y Tiwanaku fueron los dos más grandes imperios que existieron en los Andes antes de los inkas. La diseminación de sus estilos de arte indica que, a partir del siglo VI d.C., una vasta área estuvo bajo la órbita de ambos imperios. Mientras Wari se expandió por conquista militar, Tiwanaku lo hizo mediante alianzas e influencias ideológicas.
Pese a su vecindad, se han encontrado muy pocos objetos Wari en territorio Tiwanaku y viceversa. Con todo, las similitudes en sus expresiones artísticas dejan pocas dudas de que estos estados estuvieron estrechamente relacionados en el plano ideológico. Wari y Tiwanaku muestran casi el mismo y uniforme repertorio de imágenes, el que se encuentra en una amplia variedad de artefactos.
El arte figurativo halla su expresión más elaborada en las esculturas de piedra, en las cerámicas policromadas y en los textiles, apareciendo en forma más abreviada en otros tipos de artefactos, tales como huesos incisos, conchas incrustadas, aleaciones de oro y plata, instrumentos de madera, calabazas, placas de metal y pequeñas figuras talladas en piedra. Las túnicas y los gorros de cuatro puntas fueron prendas comunes a los dos imperios. Pese a estas convergencias, Wari y Tiwanaku rivalizaron por el poder en los Andes y vivieron episodios conflictivos, incluyendo la guerra.