Me licencié en Filosofía y Letras, que es una Facultad que ya no existe, de ahí podéis inferir dos realidades: una, que ya no soy una veinteañera y otra, que no dispongo de gran intuición a la hora de escoger estudios con potencial salida laboral.
Tres cosas quise ser en la vida: médica (no me dio la nota de selectividad), rockera (hago mis pinitos, aunque desplegando cierta mediocridad) y escritora. Finalmente ha sido esta última opción la que ha definido mi carrera: escribir e impartir clases son las dos cosas que mejor sé hacer, de modo que me pareció una buena idea compatibilizarlas, y en ello llevo más de veinte años.
Presenté en 1999 mi primera novela, Perdona el desorden al certamen Joven y Brillante, y de ahí obtuve un primer estímulo moral, ya que fue reconocida por un jurado de primera: Cela, Carlos Bousoño y Luis María Ansón. Me animó tanto ese agasajo literario, que me decidí a presentar mi Mistela con Aristóteles al Premio Río Manzanares, en el cual recibí directamente de manos del alcalde de Madrid un cheque portador de una generosa cantidad económica, una placa muy vistosa y, sobre todo, logré finalmente publicar mi primer libro en papel (Algaida, 2002) que tuvo una acogida estupenda, de modo que la misma editorial un tiempo después dispuso editar mi tercera novela, Maldita cenicienta (2005), la cual fue requerida por Alemania, Francia y Rumanía.
He de decir que el ver traducidas historias mías a varias lenguas ha sido una de las grandes satisfacciones que me ha dado esta profesión. En 2008 llegó la cuarta novela, Dios es una dama con moño, que fue solicitada por Planeta. Me llamó la editoria directamente a mí para pedírmela, circunstancia que conllevó una inmediata subida de autoestima. Con Memoria de la inocente niña homicida (Pretextos, 2013) lo de la autoestima, que empezaba a extinguirse, se reanimó bastante, ya que recibí el Premio Internacional de Novela “Ciudad de Barbastro”.
He colaborado habitualmente con varias publicaciones como “El diario de Navarra”, “Cinco días”, “Otro lunes”, “Albor”, Look, “Culturamas”, y durante ocho años fui bloguera oficial para la FNAC (Clubcultura), también he publicado algunos libros junto a otros autores, como en la antología de terror Ignota, de la colección Dunwich (Palabras de agua). Formo parte de la plataforma “Hijos de Mary Shelley”, proyecto que fusiona literatura y teatro, y anualmente publico en su colección (Diodati se mueve, Las noches de Clairmont) y, cuando toca, formo parte del jurado unas noches en las que nos lo pasamos genial siendo testigos de cómo estupendos autores relatan a la vez que representan terroríficas historias.
Como profesora, contaros que me divierto enormemente con los talleres de escritura creativa, aunque además hago otras cosas, las que vayan saliendo: he sido desde sustituta en colegios, ponente en cursos, como los de la Universidad Complutense en El Escorial o profesora en el Instituto Madrileño de Formación de Empleo de Madrid (IMEFE).
Y por último os dejo el nombre de mi territorio, mi ciudad sin ley, donde me podéis encontrar siempre: www.isabelcamblor.wordpress.com