Estamos viviendo un período único en la historia de la humanidad. Quizás esa frase la podrían repetir muchas generaciones que experimentaron momentos muy especiales en la historia puesto que en cada época suceden hitos determinantes para quienes entonces habitaban la tierra. Sin embargo, ahora es diferente y por eso podemos afirmar que este espacio tiempo es único, dado que se juntan varios hechos que marcarán grandes cambios en la vida del ser humano y en el destino del planeta.

Posiblemente ni siquiera seamos conscientes de la profundidad de los cambios que atravesamos, que son tanto colectivos como personales, dado que están relacionados con el ritmo de los ciclos cósmicos y planetarios cuyos giros inciden en el devenir humano.

Para empezar, hemos de saber que transitamos por un cambio de era astrológica, al pasar de Piscis a Acuario con lo que cambia el ciclo cósmico de la energía que influencia el planeta y que sucede por el movimiento de la tierra a través de las constelaciones zodiacales.

De acuerdo con la astrología una era es un periodo influenciado por el signo zodiacal que corresponde a cada ciclo, cuya duración aproximada es de 2.160 años del calendario gregoriano, tiempo que coincide con las cuentas largas de los códices ancestrales como el maya que también hablan del mismo número de años.

Se trata de un cambio en la energía porque concluye la Era de Piscis, que comenzó alrededor del año 1 d.C., y entre sus principales características se tienen el enfoque individualista y antropocentrista, con una existencia basada en dogmas religiosos y políticos, con gran control institucional, un orden jerárquico, el sacrificio para la consecución de metas y una forma dual de entender la vida que nos mantuvo separados en bandos cada vez más polarizados en muchos sentidos (izquierda o derecha, blanco o negro, etc.).

En este contexto se desarrollaron los paradigmas políticos, sociales, económicos, religiosos, culturales, científicos y tecnológicos que marcaron el devenir de la humanidad, especialmente en los últimos siglos (desde el siglo XIX hasta inicios del XXI).

La entrada en Acuario marca un giro hacia un despertar de la consciencia del ser humano en términos de su acción personal, así como de su pertenencia al colectivo, con la fuerza y potencia que ello implica. Así comienza una transformación que estará acompañada de grandes cambios, como los tecnológicos, científicos y en general de paradigmas que nos llevarán a la búsqueda y puesta en marcha de alternativas más coherentes con una vida plena con el planeta y sus habitantes.

Es importante precisar que la manifestación de la energía de Acuario trasciende la new age o nueva era, que surgió en la segunda mitad del siglo XX, como un movimiento caracterizado por la búsqueda espiritual sin que fuera necesaria la identificación con una religión concreta. Por el contrario, incorporó el sincretismo con la exploración de distintas creencias y prácticas como el hinduismo o el budismos, la astrología, el gnosticismo y la metafísica, entre muchos otros.

La Era de Acuario es más profunda, pues implica cambios más complejos como la trasformación de paradigmas de todo tipo como las perspectivas científico tecnológicas, los modelos económicos, políticos y socio culturales, a partir de los cual se desarrollará la vida personal y colectiva durante los próximos siglos.

Y como se está iniciando la Era de Acuario, apenas empezamos a ver señales de los cambios que guiarán a la humanidad en su búsqueda para resolver los profundos problemas que atravesamos para transformar el “mal habitar” en el planeta tierra que queremos vivir construyendo el buen vivir en él. .

Uno de los factores más interesantes del cambio de era es que se disuelven las diferencias entre el yo individuo, para pasar a la clase del colectivo que actúa en común unidad. Es decir, tendremos la consciencia de que la salida o el cambio es de adentro del Ser que se manifiesta afuera en el Somos para hacernos responsables de la vida.

Los grandes cambios implican la actualización o renovación de los paradigmas, que son los modelos con los que se rige la sociedad, y con ellos las normas establecidas. Esto es precisamente lo que estamos empezando a ver con los movimientos políticos, económicos, tecnológicos y científicos que asoman como la punta del iceberg que anuncia la profundidad de lo que vendrá, pese a que nos cueste imaginarlo e incluso aceptarlo porque significa dar un giro en la historia y en la perspectiva de la vida, tanto individual como colectiva.

Para tener una idea de lo que ya estamos transitando es necesario comprender la gran transformación que está sucediendo con conocimiento, que está pasando del paradigma científico positivista que rigió en los últimos siglos a un enfoque cuántico más integral y expansivo.

El paradigma científico positivista centrado en el materialismo, la racionalidad, objetividad y el dominio de la naturaleza terminará su predominio para dar paso a ciencias basadas en conocimientos cuánticos, holísticos y post-materiales con los que se abordará la existencia desde una perspectiva que incluye la espiritualidad o inmaterialidad para llegar a tener consciencia de la relación que tenemos los humanos con TODO lo que implica la vida planetaria y cósmica o universal.

El cambio de los paradigmas científicos impactará en todos los ámbitos, como ya lo está haciendo en la medicina y el enfoque de la salud integral, en la generación de energías y el desarrollo de herramientas e instrumentos para resolver los problemas creados por el enfoque extractivista y contaminante de la relación del “hombre” con naturaleza. Habrá mucho que realizar, pero la expansión de la consciencia y la comprensión de las capacidades de interacción del ser humano facilitarán la transición a una vida más armónica, en tanto dejaremos de estar divididos en partes para pasar a vivir desde la totalidad del Ser.

Por otra parte, ¡los cambios tecnológicos son tan evidentes como impactantes! Para darnos una idea debe ser como cuando se pasó del carruaje tirado por caballos al carro de motor, del tren de vapor al eléctrico, del barco de velas a los vuelos en avión, o del correo postal al electrónico y a los mensajes por el celular o móvil. Algo similar pero aún más grande, porque tiene que ver con todos los ámbitos de la vida.

Si creemos que lo vivido antes fue impactante, ahora vivimos el inicio de una verdadera revolución con la presencia de las ciencias cuánticas, el desarrollo de la inteligencia artificial y la robotización que veremos en un futuro muy cercano. Esto tendrá efectos directos en nuestras vidas en muchos aspectos, en especial en el mundo laboral; así como en la forma de estudiar, crear y de relacionarnos, cosa que está sucediendo con las generaciones más interconectadas a través de artefactos móviles o portátiles.

Los cambios serán de todo tipo, incluyendo la forma en que se desarrollan las guerras y los conflictos, que están pasando de los enfrentamientos bélicos a incidir en la información, la “sutil” presión en los modelos de intercambio globales y con la ingeniería social que evoluciona igual que la tecnología.

En este sentido el mundo está pasando del orden bipolar a una era multipolar porque ahora son más de dos potencias las que protagonizan el equilibrio o desequilibrio mundial y la disputa por el predominio en la economía mundial, como lo fue en la guerra fría con Estados Unidos y la Unión Soviética. El escenario cambia con la inclusión de otros actores en el reparto global, como Rusia, China, Gran Bretaña y la Unión Europea (aunque debilitada) y un mayor protagonismos de países emergentes como México, Brasil, India y Turquía, entre otros. El tablero con las fichas y jugadores mueven y cambian, al igual que caen las máscaras de la diplomacia que antes lo ocultaba para empezar a hacerlo evidente.

También la economía está en plena transformación con el creciente protagonismo de las criptomonedas (bitcoin, Ethereum, etcétera.) y la experimentación con las monedas sociales que cambiarán la forma de entender el dinero y las finanzas. Paulatinamente se está abriendo una brecha en lo que entendíamos por la banca tradicional, que cambiará si se lleva a cabo la intención de crear monedas digitales centralizadas que agudizarán el control sobre las transacciones de la población. Todo está en movimiento y también en cuestionamiento, por lo que aún nada está decidido ni establecido y eso es parte del escenario que habrá que dilucidar.

Desde la perspectiva de la búsqueda de medios alternativos y redistributivos de la riqueza, cada vez más concentrada en corporaciones y mega-ricos, puede haber un giro hacia la equidad y soberanía a través del uso de monedas sociales y libres. Aunque, por el contrario, también se puede concentrar aún más riqueza y el monopolio de organismos de control mediante el uso de la tecnología para el seguimiento o restricción de las transacciones y con ellas de la libertad del ser humano.

Al complejo e interesante escenario que se abre en este inicio de Era, agregamos un ingrediente muy especial y esperado: la caída de las máscaras, que empieza a ser evidente, para permitirnos ver el funcionamiento real y crudo del poder político y financiero que ha sido tejido con entramados de corrupción, flujos de capitales, paraísos fiscales y corporaciones que manejan los hilos detrás de las bambalinas de la toma de decisiones de modelos que están en decadencia precisamente por su ineficiencia.

Es casi inimaginable la cadena de verdades que saldrán a la luz para sorprendernos, mientras desencadenarán la caída de paradigmas políticos y económicos que paulatinamente permitirán el surgimiento de alternativas.

Y es que es necesario que lo obsoleto salga del camino para abrir el paso a lo nuevo que nace después de las crisis en las que, como el ave fénix, emergen alternativas cual micelios (estructuras de hongos) llevan tejiéndose para salir como la vida renovada del futuro que está naciendo ahora.

Por y para eso el Ser humano deberá conectar con su esencia, desde la fuerza que palpita en el corazón cuyas ondas nos conectan con todo con lo que estamos interrelacionados o entrelazados como lo evidenció la cuántica. Entonces el ser humano tendrá consciencia de su existencia en términos de trascender la mera materia, para empezar a ejercer sus capacidades energéticas, cuánticas, holísticas y de transforma acción para impulsar los cambios para el inicio de una nueva Era.

La inminencia de los cambios de enfoques en la forma de ver y vivir la vida permitirá que pasemos a la colaboración, en vez de la competencia para Ser en comunidad como alternativa al aislamiento y la desolación del individuo. Así el nuevo tiempo estará marcado por la labor colectiva, facilitada por la conectividad y la gestión de objetivos comunes para mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de la tierra y del propio planeta.

De la misma manera que se transformarán los sistemas de gobernanza local, regional y global, se abrirán nuevos caminos para la educación, la producción y el trabajo que estará integrado a los deseos de ser expansivos y felices con las labores cotidianas. Decidiremos quienes queremos Ser y que vamos a hacer por gusto, vocación y placer, porque la palabra necesidad cambiará como muchas otras que poco a poco vamos a olvidar.

Los cambios que estamos transitando son una realidad que coincide con la caída o transformación de paradigmas. Ahora es el tiempo de discernir cuál será nuestro destino, que será el ideal porque podremos recrear un mundo más equilibrado y acorde con las posibilidades de innovación de la humanidad.

La Era de Acuario que llama a la sensibilidad y afectividad emocional, a la búsqueda del sentido de la vida y a la transparencia en la forma de vivir, para lo cual es necesario cambiar de paradigmas por los que permitirán la expansión de la consciencia de la humanidad tanto a nivel personal, como colectivo.

Tenemos grandes e ilusionantes retos. Quizás muchos ni siquiera lleguemos a verlos, pero podremos imaginar que la redistribución de las riquezas será justa y necesaria, que limpiaremos el planeta, la tecnología será una gran herramienta al servicio del ser humano y no al contrario. La salud existirá en todos los sentidos de la existencia y desaparecerá la enfermedad, seremos libres de deudas, seres soberanos y autogestionados, alimentados con abundantes alimentos sanos, disfrutando de múltiples fuentes de aguas y viendo cielos limpios.

Hablaremos con la naturaleza en todas sus dimensiones y podremos ver más allá de las estrellas para contactar con nuestra verdadera esencia, expandiendo la consciencia y nuestras capacidades más allá del firmamento.

Como lo dijeron los antiguos, aquellos sabios que se manifestaron hace siglos atrás en otras Eras de la humanidad, simplemente se trata de recordar quienes somos en realidad para salir del olvido y volver a encontrar la esencia del Ser que permitirá la conexión con todo lo que Somos. El momento es ahora.