Una mujer un carácter tremebundo para imponerse a la marinería de naturaleza díscola y levantisca. Fue un personaje memorable y olvidado por la historia.
Antecedentes históricos
La búsqueda de las Indias Occidentales y las ricas Islas Molucas (también conocidas como las islas de la Especies o Especerías) motivó la expedición de Cristóbal Colón, auspiciado por la Corona española, sin embargo, en este viaje hacia el oeste (la puesta del sol), se encontraron y descubrieron un nuevo continente el 12 de octubre 1492.
Este gran descubrimiento ocasionó disputas entre portugueses y españoles, el mundo se le había quedado pequeño y acordaron dividirlo en dos partes según el Tratado de Tordesillas (1494) y otro acuerdo en el Tratado de Zaragoza (1525).
El siglo XVI fue una época de turbulentos mares y tripulaciones al límite de sus fuerzas. El Imperio español se extendía por todos los mares especialmente en el océano Pacífico, el llamado “Lago español”, poseyendo los archipiélagos de las Filipinas, Salomón, Marinas y Carolinas, comerciando con chinos y asiáticos donde el real de a ocho (de plata americana), se había convertido en el dólar de aquellos tiempos.
Los castellanos aspiraban al control de las Molucas desde Occidente, y los portugueses desde Oriente bordeando África. La cuestión era que el millonario negocio de las especias (nuez moscada, clavo y pimienta llegara a los mercados de Europa. En 1519 Fernando de Magallanes empieza la aventura de llegar a las Molucas navegando por occidente, situadas más allá del límite del Tratado de Tordesillas, tratando de demostrar que estas islas Especiera pertenecían a Castilla y no a Portugal. En esta disputa del mundo parecieron otras potencias como los neerlandeses e ingleses.
En cierto modo, las disputan entre las dos coronas quedaron resueltas durante el periodo del matrimonio del Emperador Carlos V con Isabel de Portugal en 1526, que y permite un acuerdo sobre los mares y las Molucas. A esto se añade el interés del emperador en evitar problemas con Portugal para poder centrarse en la política centroeuropea y en los asuntos no resueltos de los moriscos en España después de la conquista del Reino nazarí de Granada.
Tratado de Tordesillas
El dominio de la navegación en el Atlántico, el descubrimiento del Océano Pacífico en su costa oriental, el avance en el conocimiento de la navegación en el Pacífico (también llamado Mar del Sur o Lago Español) y una serie de descubrimientos geográficos significativos, que finalmente condujeron a un enfrentamiento con Portugal.
Para resolverlo se reunieron representantes de las potencias marítimas del siglo XV y XVI como los vecinos Portugal y España dividieron el Nuevo Mundo en dos mitades con la firma del Tratado de Tordesillas (Valladolid) el 7 de junio de 1494, en la localidad homónima, pero, ¿dónde exactamente se llevó a cabo esta firma de la localidad vallisoletana?
Según el historiador Miguel Zalama, en su artículo del Historia National Geographic: "Aunque no existen un documento que lo confirme, la tradición señala que la ubicación fue en las denominadas Casas del Tratado, construidas en la margen derecha del río Duero, cerca de la iglesia de San Antolín".
Sin embargo, Juan II de Portugal argumentó que "según los términos del acuerdo entre los Reyes Católicos y él, la conquista le correspondía", y ordenó a su embajador en Castilla (España) que reclamara la propiedad de lo descubierto. Esto desencadenó una controversia entre Castilla y Portugal. Ante esta disputa, la reina Isabel solicitó una Bula al Papa Alejandro VI para clarificar la cuestión y eliminar cualquier duda sobre la legitimidad.
El Papa Alejandro VI, elegido en 1492 y de origen español, emitió cuatro Bulas en apoyo a las reclamaciones españolas:
La Inter Caetera, del 3 de mayo de 1493, que era una Bula de donación.
La Eximie devotionis, del mismo día, que concedía privilegios.
La Inter Caetera, establecía una línea de separación en el océano entre España y Portugal, situada a 100 leguas al oeste de las Azores o Cabo Verde.
La Dudum siquidem, del 25 de septiembre del mismo año, que ampliaba los derechos de España sobre tierras en zonas orientales, como la India o regiones cercanas, descubiertas navegando hacia el oeste y no reclamadas por un príncipe cristiano previamente, revocando cualquier donación hecha allí si no se mantenía la posesión de esas tierras.
Basándose en las Bulas Pontificias y el Tratado de Tordesillas, y después del descubrimiento en 1513 del Mar del Sur por Núñez de Balboa, y luego de la demostración de que la Tierra era redonda por la expedición de Magallanes-Elcano entre 1519 y 1522, respetando la línea de separación entre lo que correspondía a España y a Portugal, se aceptó que esta línea no tenía límites y continuaba al norte y al sur en el otro hemisferio, en el llamado antimeridiano. Esto llevó a la división del planeta en dos mitades por la línea del Tratado, dejando para España la mitad que incluía todo el Océano Pacífico.
Este fue el "fundamento legal" del reparto en aquel momento, a pesar de la insatisfacción de otras potencias europeas como Inglaterra, Francia y Holanda, que no fueron consultadas ni invitadas a opinar sobre el acuerdo.
El tratado estableció un meridiano a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, es decir, en 46° 37' longitud oeste, por ello Brasil quedó en dominio de Portugal. Todos los territorios por descubrirse al oriente de dicha línea quedarían bajo dominio portugués, mientras que España tendría soberanía sobre los ubicados al occidente.
Breve biografía de Isabel de Barreto
Durante muchos siglos se creyó que Isabel Barreto de Castro había nació en Galicía; sin embargo, el descubrimiento de su partida de nacimiento indica que nació en Lima en 1586 hija de Nuño Rodríguez de Barreto y Mariana de Castro. Tuvo once hermanos conocidos, seis varones y cinco mujeres. Es una cuestión que da por investigar documentalmente.
Considerada la primera mujer que ostentó el cargo de almirante en la historia de la navegación, poesía una voz rotunda de mando a pesar de la fragilidad de su físico, también se le conoció como la “Reina de Saba de los mares del Sur”.
En Lima, Isabel disfrutaba de todo lo que una señorita podía desear, pero a ella la atraía demasiado la aventura y ese tipo de vida social la aburría, por ello en 1586 contrajo matrimonio con del navegante español Álvaro de Mendaña y Neira. Navegante que había dirigido varias expediciones por el océano Pacifico fue el descubridor del archipiélago de las islas Salomón (al este de Nueva Guinea), del que fue adelantado, y las islas Marquesas, no encontró a las Molucas en su último viaje de 1568.
Durante veinticinco años Mendaña intentó hacer un segundo viaje para colonizar las islas Salomón. Aunque tenía la aprobación del rey, se encontró con el rechazo de las autoridades coloniales, descontentas con los resultados del primer viaje, y con la de los enemigos de su tío, que había muerto, lo acompañaban su mujer Isabel de Barreto y tres cuñados, y 400 hombres en 4 barcos.
El 18 de octubre de 1595 murió Mendaña de malaria en Santa Cruz (Isla Salomón) Antes de morir, nombró a su mujer gobernadora en tierra, y al hermano de esta Lorenzo, almirante de lo que quedaba de la expedición, pero Lorenzo murió unos días después e Isabel se encargó del mando de la expedición, como «adelantada del mar Océano» (este el matrimonio no tuvo hijos). Un exceso de autoridad y disciplina, hambre y sed, mermó la tripulación dejando un nefasto recuerdo entre ellos. Al deteriorarse la situación por las controvertidas decisiones de Barreto, acuerda abandonar la colonia de Santa Cruz y poner rumbo a las Filipinas pasando por la isla de Guam en las Marinas.
Isabel Barreto fue la protagonista de la mayor hazaña realizada en los océanos Pacífico e Índico después de recorrer cerca de 10,800 millas marinas, probablemente superando ampliamente los logros de nuestros hermanos portugueses. Esta notable aristócrata financiaba sus expediciones a pérdida, algo muy inusual en esa época en la que el Quinto Real era de cumplimiento obligatorio, pero ella estaba enamorada de la aventura y del mar. Por ejemplo, fue la descubridora de las Marquesas en la Polinesia. La vida de esta mujer ha generado mucha leyenda.
Segundo matrimonio
En Manila y sin guardar luto se casó con Fernando de Castro, caballero de la Orden de Santiago, familia del gobernador de Filipinas Gómez Pérez Dasmariñas. Repuestas las averías de las naves, un año después con el navío San Jerónimo navegaron a Acapulco. En México, Isabel Barreto ocupó el cargo de “encomendera” de Guanaco y su marido fue propuesto como gobernador de Filipinas.
En 1607 ambos cónyuges solicitaron permiso para regresar a España. Se sabe por diversos documentos que Isabel y su marido pleitearon en la Corte española ante las peticiones y las cédulas reales dadas a Pedro Fernández Quirós para una nueva expedición a las Salomón. Parece ser que sus reclamaciones no tuvieron el éxito deseado.
Años después regresaron a Perú, donde Fernando de Castro fue nombrado gobernador de Castrovirreyna, cargo que ocupó entre 1612 y 1620.
La vida a bordo de un galeón
Era extremadamente difícil debido al hacinamiento de la tripulación; cada hombre vivía en un espacio angosto de aproximadamente 1,5 metros. A esto se sumaba el mal tiempo, con frecuentes huracanes que podían llevarlos descontroladamente hacia mortales arrecifes.
Estaban rodeados de animales, tanto domésticos como salvajes, lo que convertía muchos barcos en una especie de granja flotante. Además de las gallinas, ovejas, cabras y cerdos, en ocasiones se transportaban caballos o mulas en las bodegas. Sin embargo, también había intrusos indeseables: los barcos solían estar infestados de ratas y ratones, lo que requería partidas regulares para controlar su población y evitar una plaga. Las cucarachas, chinches y piojos también proliferaban sin control.
La alimentación a bordo era escasa e insuficiente en condiciones extremas. Se embarcaban alimentos de larga duración, como el bizcocho, una especie de torta dura hecha de harina de trigo. El alcohol era parte fundamental de la dieta, con una ración diaria de un litro de vino por tripulante, junto con vinagre y aceite distribuidos a razón de medio litro por persona al día.
Además, se consumía carne al menos dos veces por semana, y en los días restantes, habas, arroz y pescado. La carne se conservaba en salazón o se sacrificaban animales según la necesidad. Cada barco contaba con un fogón, generalmente ubicado en la cubierta principal, que se encendía una vez al día alrededor del mediodía para preparar el almuerzo, siendo la única oportunidad de tener una comida caliente. Con el tiempo, las raciones de comida y agua disminuían, especialmente si había contratiempos como falta de viento o averías, lo que provocaba un hambre atroz entre los tripulantes.
La falta de frutas y vitamina C causaba escorbuto en las travesías de larga duración. Para las mujeres, la situación era aún más difícil debido a la escasez de productos de higiene femenina, la falta de aseo y la dificultad para lavar sus largos cabellos con agua dulce.
No fue hasta 1565 cuando se descubrió el tornaviaje de Urdaneta de Filipinas a Acapulco (México), a través de Pacifico norte, valiéndose de la corriente Kuroshivo con galeones de mayores dimensiones como el Galeón de Manila o nao de China, que permitía mayores comodidades.
Muerte
Isabel Barreto y su esposo Fernando de Castro había hecho una verdadera fortuna vendiendo especias y sedas china en Perú. Falleció en el pueblo de Castrovirreyna (Perú) en septiembre de 1612, a los 43 años, y fueron depositados sus restos mortales en la iglesia mayor. En su testamento del 15 de julio del citado año indicaba que fueran trasladados sus restos al convento de Santa Clara en Lima, donde estaba como monja su hermana Petronila Barreto. Más de dos mil misas se celebraron de manera secuenciada durante medio año en el convento de las Clarisas de Lima.
Conclusiones
Nos hallamos ante una mujer autoritaria, fascinante y olvidada, fueron tanto ella como su marido Mendaña primeros colonizadores de las Islas Salomón. A muerte de Mendaña contrajo segundas nupcias en Manila con Fernando de Castro, un pretendiente de mucho postín en Filipinas, regresaron a Acapulco y después Perú. Sin embargo, invito a los historiadores/as a una más amplia investigación.
Notas
Bosch Barret, M. Doña Isabel Barreto, adelantada de las Islas Salomón. Editorial Juventud. Barcelona 1943.
Atlas de los exploradores españoles. Sociedad geográfica española. 2021.
Real Academia de la Historia.