El único que te salva en una caída eres tú. Levántate, camina y sé tu propio héroe. No fuerces a nadie a elegirte. Aprende a estar solo. Busca la calma. Domina tus emociones. Solo en calma podrás mantenerte y pensar mejor cualquier situación. Con el tiempo todos se mostrarán tal y como son. Así que dale tiempo. Estoy en paz conmigo cuando me ocupo de lo mío. Si no saben nada sobre ti vivirás mejor. Levántate cada día y sigue adelante. La vida no espera a que nos recuperemos.
Si aceptamos que moriremos, que ese es un hecho inevitable de la vida, entonces dejará de tener sentido desear esa inmortalidad que no será. Hay cosas que son inevitables, estar preocupado, por ello, carece de sentido. La muerte es una certeza, luego debe ser una de las menos temidas.
I
Despierto orgulloso al silencio; ese que interpreta mis horas de sueño; ese que me cubre en este campo.
Filosofía es iniciar el camino hacia la sabiduría. Todos podemos ser filósofos. Da igual quién seamos o de dónde vengamos. Es un camino que se emprende con el objetivo de mejorar tu vida.
Caminar. Me revivo al mundo.
Caminar por estos parajes que simplemente me restituyen en mí ser, en ese sentimiento de felicidad de mi existencia.
No es lo mismo caminar por aquí que por allí.
Me gusta el sonido de mis pisadas en el camino, mientras esa banda sonora del cantar de los pájaros, tórtolas, estorninos, cogujadas, perdices, urracas, parece que todos me van cantando aunque me cuesta distinguir.
La escarcha en las siembras ya crecidas. El brillo del sol reflejado en las gotas que caen hacia la tierra.
Esos almendros que comienzan a florecer.
Los agricultores, como el amigo D, al que acabo de saludar, que han iniciado el día antes del amanecer, labrando sus tierras, mimadas como merece ese campo que nos dará de comer.
Todo es igual, pero todo me maravilla como si fuese la primera vez que lo veo.
Caminar, algo tan sencillo y primigenio, que nos mimetiza con nuestro entorno y naturaleza humana.
Las cosas que pudieron ser, pero vaya usted a saber por qué, y cuales circunstancias, no llegaron a ser. Así transcurre nuestra vida.
II
No podemos aferrarnos tanto a la vida como tampoco podemos sujetar las aguas de una corriente torrencial. Desde que nacemos, morimos constantemente. Día a día. Nadie es la misma persona que era. Nuestro cuerpo no es aquel que vieron nuestros padres nacer.
Es muy difícil ser honesto si no eres libre. Algo así decía nuestro querido maestro Seneca: “no puede ser honesto el que no es libre… quien se propone realizar algo honesto… debe poner en ello su voluntad y actuar de buen grado. Ningún acto honesto es impuesto o forzado; es sincero y sin mezcla de mal”.
III
Cada día aprendo un poco más, cada día soy más consciente de lo poco que sé.
Cualquiera que tenga el deseo de ser libre, que se acostumbre a no sentir deseo ni aversión hacia lo externo. Actuando de otra manera, caerá infaliblemente en la servidumbre.
Epicteto
Leo para saber. No escribo para entretenerme o entender a los demás. Lo hago para curarme y si de esa cura aprendo, lo comparto con otros.
El tiempo es un valor.
Mi objetivo es aprender que la felicidad no es perpetua. A estar sereno en esas tormentas que traen los días y tener coraje ante el miedo.
Solo la filosofía cura el alma.
Aprender todo lo que se pueda.
No olvidemos que el destino guía a quien lo acepta, y arrastra a quien lo rechaza.
No es lo mismo parecer, que ser. Por eso hay tantos que parecen, pero luego no son. ¿Dónde la verdad?
IV
La vida no es un camino de rosas, ni tampoco tenemos que estar siempre en plan positivo, sonrientes y abrazando en plan megaguay a todo el mundo. La vida tiene sus más y sus menos, cuando hay que estar triste y deprimido, pues habrá que estar triste y deprimido.
Me doy cuenta, pululando por las redes o leyendo artículos de autores que sigo, que parece que lo que vende es lo positivo, lo motivador: si estás en guerra, sonríe, baila; si has perdido el trabajo, es la oportunidad para superarte; si te ha dejado tu novio/a, no estés triste, sal a la calle y diviértete; si has perdido a alguien, la muerte es algo que nos llegará a todos tarde o temprano. Cojones, basta ya. No es malo estar tristes, tampoco lo es tener un día negativo. Es más, si te ocurre una desgracia, la que sea, lo normal es estar jodido y no de fiesta. ¿Qué positivo o alegría vas a sentir si pierdes a tu abuelo, madre o tío? Joder, que se nos va la pinza.
Reconozco que de vez en cuando escribo pensamientos que no siempre motivan. ¿Y qué? La realidad de la vida no es un objetivo, lo real es lo que cada uno de nosotros vivimos y aseguro que no siempre es felicidad. Lo importante de todo es aprender a afrontar aquello que nos venga: positivo o negativo. Cuanto más positivo mejor, peros son humanos y hasta enriquecedores, los momentos de tristeza.Vivir las emociones como vengan.
V
¿De dónde surge todo nuestro sufrimiento mental?
Si lees a los estoicos te responderán: de la forma en la que vemos las cosas, esto es, de cómo interpretamos la realidad.
Este es uno de los pilares del estoicismo, Epicteto nos decía así: “Lo que perturba a las personas no son las cosas, sino los juicios que se hacen sobre las cosas”.
La auténtica alegría te viene cuando te llega esa sensación de saber que tu vida no ha sido en vano.
Sinceramente creo que la verdad nos puede hacer daño en el corto plazo, pero jamás en el largo. La mentira, en cambio, puede hacer bien en lo corto, pero a lo largo no siempre será lo mejor.
VI
Los que viven abiertos, esas personas sencillas, inocentes, perciben mejor lo importante. Los niños, que tienen un corazón inocente, reciben la verdad porque no están inmensos en creencias que limitan, como nos pasa a nosotros.
Para conocer debemos abrirnos, es el único modo de dejar entrar. Tal vez para eso debamos desprendernos de aquello que hemos aprendido, desaprender.
No conozco a hombre perfecto y, si dice serlo, el mero hecho ya demostraría su imperfección.
Por eso me quedo siempre con las buenas acciones que hacemos desde nuestra imperfección. Y de los errores, el hecho de corregir ya es una maravillosa acción.
Los incendios hacen que todo desaparezca. Cada incendio es el final de todo. Solo el tiempo nos hace entender que los recuerdos continúan en nosotros y que ese todo que creíamos, es mucho más débil que la resistencia de nuestro corazón o mente.
VII
El error no es un fracaso; el error es fustigarse por haber cometido el error.
El líder comparte, no es individualista.
Quién solo habla de sí mismo, ignorando al grupo que representa, no es un líder, es de un interesado de sí y para sí.
No te comportes como no quieres que se comporten contigo.
Te comportas según lo que percibes. Respondes a tu percepción.
Tu comportamiento no será el adecuado si tu percepción no lo es.
VIII
Lealtad. ¿Qué palabra, verdad? La lealtad es algo que solo se demuestra en los momentos difíciles, con compromiso. La lealtad es defender lo injustificable, ideas o personas. La lealtad es valentía, coherencia y la no cobardía. Lo fácil siempre es esconderse.
VIII
A todos nos gusta estar rodeados de personas que nos aporten, que sean activas, que se centren en el lado positivo de las cosas.
Ese ruido externo no depende de nosotros; la auténtica calma es el silencio interno.
¿De qué sirve el silencio en toda la región si las pasiones rugen por dentro?.
Seneca
¿De qué nos serviría estar en completo silencio si donde más ruido hay es en nuestra mente? No busquemos la calma externa, jamás la encontraremos. Fortalezcamos nuestra calma interna para que así nada pueda perturbarnos por muy ruidoso que sea.