Todos los 24 de Marzo son días de reflexión y memoria en Argentina. Es un día de reflexión personal y principalmente de movilización colectiva.

Memoria, Verdad y Justicia

Bajo el lema de “Nunca Más” conmemoramos a las víctimas de la última dictadura militar, proceso oscuro y sangriento en la historia Argentina iniciado el 24 de Marzo de 1976. Este día procuramos mantener viva la memoria de los miles y miles de personas que fueron víctimas de la represión sistematizada, víctimas desaparecidas y torturadas en centros clandestinos, víctimas nacidas en cautiverio a las que se le fue robada su identidad.
Son tiempos para volver a escuchar una y otra vez los testimonios de sobrevivientes, marchar junto a los más jóvenes, porque ante el avance de gobiernos negacionistas nuestro poder es la memoria.

La novela gráfica como símbolo nacional

El Eternauta es una historieta Argentina creada por Hector Germán Oesterheld. Fue publicada por primera vez el 4 de Septiembre de 1957, se trataba de una publicación semanal ilustrada por Francisco Solano López. Tuvo una segunda parte en el año 1976 escrita por el autor desde la clandestinidad.

Como una escena autorreferencial, esta historia apocalíptica comienza en la habitación de un escritor al que se le aparece un viajero del tiempo llamado Juan Salvo, el Eternauta.
Luego de presentarse ante el escritor, Juan Salvo le hace un pedido “Me darás un lugar, ¿verdad? No necesito otra cosa que un rincón para reponerme…porque estoy cansado y necesito descansar, descansar para poder seguir buscando…”. Es aquí donde comienza el fantástico relato de este navegante de la eternidad, quien nos cuenta como una noche, una nevada mortífera los deja aislados, en su casa de Buenos Aires, junto a sus amigos y familia. Es lo que observan por la ventana. La única información real con la que cuentan: si entran en contacto con los copos de nieve el destino es mortal.

En esta primera parte Oesterheld nos envuelve en una atmósfera de desastre meteorológico, en el cual el “enemigo” quiere ingresar al hogar inmiscuyéndose desde el exterior, es aquí donde comenzamos a experimentar la importancia de la comunidad, la preocupación por nuestros seres queridos y la necesidad de organizarse colectivamente para sobrevivir.

A medida que el relato avanza también vamos comprendiendo la importancia de la información, esta misteriosa nevada trae consigo el corte de todos los medios de comunicación. ¿Acaso el saber no nos da poder? Es la información verídica lo que nos da las herramientas para poder accionar a nuestro favor.
Tanto el aislamiento, como la intencional falsa información, son un recurso que nos deja en desventaja y Oesterheld nos lo expone descarnadamente desde un principio. Es esa incertidumbre la que lleva a los protagonistas a salir al exterior, y es en ese “afuera”, en las calles donde descubren que el exterminio hacia los humanos no es una mera desgracia climática, sino que esta craneado por algo oculto, desconocido, al que nunca podemos ponerle un rostro, llamados los Ellos.

A lo largo de las viñetas descubrimos los diferentes seres extraterrestres que los Ellos utilizan como armas de destrucción. Los “Manos” se transforman en una metáfora implacable y su historia nos es contada para que comprendamos que el mal muchas veces este teñido por el miedo, como los “hombres-robot” a los que podemos distinguir porque no conocen el amor.

Pero un día vinieron ellos. Nos vencieron, y para que por siempre quedáramos domesticados, nos insertaron la glándula del terror…

El Eternauta no es una historia de superhéroes con poderes especiales, es una obra literaria que nos muestra la gran condición, que tenemos como seres humanos, de sobrellevar la realidad con un sentido de unidad y solidaridad. Oesterheld nos dejó un gran mensaje de resistencia a la opresión, de la importancia de las relaciones horizontales frente a una industria capitalista que fomenta los héroes absolutos y el accionar individual.

Releyendo sus páginas reflexiono sobre la atemporalidad de su contenido, con una mirada coyuntural me aventuro a expresar mi preocupación por esta cultura del éxito individual que tiñe nuestros tiempos, jugando un juego de mercado donde somos o valemos cuantitativamente, como si nuestras vidas fueran un producto de utilidad.
La idea de personas cada vez más aisladas en una carrera de competencias de unos contra otros, son herramientas hábilmente usadas por un orden político y social que provoca la lucha, de oprimidos contra oprimidos, para beneficio de un Ello sin rostro e invisible que fomenta la maldad planificada, instaurándola como una imagen verídica abstracta, vacía de espíritu y colmada de odio.

A su vez, la historieta nos involucra en un manto de absoluta identidad nacional. Utilizando escenarios de Buenos Aires que nos son reconocibles (los subtes, el Congreso, el estadio de River Plate). Aspecto no menor ya que nos abarca emotivamente, esta sucediendo acá, somos nosotros.

El Eterno Hector Germán Oesterheld

Hector Germán Oesterheld nació en Argentina el 23 de Julio de 1919, egresó de la carrera de Geología en la Universidad pública de Buenos Aires, mientras en paralelo ya, trabajaba como corrector en editoriales. Su pasión por la literatura lo llevo a ser el mejor guionista e historietista del país, su genialidad también lo hizo ser reconocido en el mundo.

Desde 1977 Hector Germán Oesterheld forma parte de la lista de detenidos torturados y desaparecidos por la dictadura militar junto a sus cuatro hijas. Es una víctima del terrorismo de estado que sufrió la Argentina hasta 1983. Su obra se ha transformado en un tesoro nacional, atemporal e inmortal.

Sí, fueron 30.000. Presentes, ahora y siempre.