Experimentación significa la acción de probar algo que nos lleve más allá.
El objetivo de la mente divina es poder vivir su propia idea, el universo permite que nuestra mente pueda sentir a través de los cinco sentidos aquello que piensa.
Se diseña una red sináptica universal a través del tránsito energético y vibracional constante de datos en formación.
Se construyen mecanismos y circuitos de respuestas simultáneos, diferentes medidas de percepción dimensional, infinidad de caminos que experimentan distintas maneras de una misma idea final y a su vez primogénita.
Nuestra voluntad en el plano mental nos llevó hasta la tercera dimensión, esta dimensión no es un castigo divino, es voluntad propia, aquí encontramos la mayor densificación de la luz, es decir la materia y su profundidad.
Venimos a vivir las polaridades, a navegar por todos los estados posibles de una misma idea.
La clave de la experimentación es permitirse ampliar la visión de nuevas formas.
Siempre juzgamos el cambio, hay que esforzarse por salir de la zona de confort, contemplar nuevas culturas, nuevos países, dejar atrás la moralidad basada en la fe.
La fe está basada en la plena confianza no en la experimentación.
Durante mucho tiempo hemos estado confiando plenamente, en los últimos quinientos años el cientificismo trajo consigo la aparición del empirismo manifestado en el experimento científico, esto provocó que cualquier cosa tenga que ser comprobada y la ciencia se convirtió en dueña soberana de la verdad.
Un sistema que surgió de la duda se convirtió en un sistema que obligó a las personas a memorizar los datos científicos sin un discernimiento previo, es decir una nueva fe.
El pueblo no fue educado científicamente, únicamente se nos entregaron datos. Y son solo algunos científicos los que dudan de su propio trabajo.
Fuimos guiados por la fe religiosa y posteriormente por la fe científica, hoy vivimos en un mundo rodeado de ciencia sin entender la ciencia, que es lo mismo que ir a la iglesia sin entender la biblia.
Tenemos que practicar el método científico con fe, no tener miedo a preguntar o a equivocarme, crear experiencia que nos otorgue sabiduría, no solo conocimiento.
La ciencia es una herramienta que entiende las partes por separado y la fe une esa división en coherencia a través de la voluntad experimentada.
El organismo debe multiplicarse para perfeccionarse hacia un organismo complejo, el crecimiento físico es la división de un único ser en millones de seres.
El crecimiento cognitivo se da gracias a las neuronas, un ser que posee neuronas está en proceso de desarrollo ya que la red sináptica intenta discernir lo que expande y el porqué de su expansión.
Hay que probar la tecnología que habita dentro de todos nosotros mismos.
La elección de todo lo que hacemos ya fue tomada, lo único que podemos decidir es como vivir esa elección.
Tenemos un saber y conocer condicionado por nuestra historia y experiencia.
Debemos trabajar todos nuestros condicionamientos o creencias, abrirse a amarlo todo sin condición, ahí seremos libre de la posibilidad y la opción.
Incondicionalidad: No hay acuerdo común entre todas las cosas. Las cosas no son como el grupo decide, las cosas son como son.
Sabiduría: Debemos estar abiertos a aprender, a escuchar nuevos conocimientos, nuevas perspectivas.
Amor: Liberándome de mí y a los demás de nuestras expectativas, de nuestros vínculos emocionales y de nuestras dependencias.
Voluntad: Tomar nuestras propias decisiones. Rechazo y soltura de la creencia aferrada al patrón.
Crecer y experimentar es unir el conocimiento (información) y la sabiduría (sentir e integrar la información).
El crecimiento es la segunda etapa universal tras la expresión.
¿Qué vendrá después?