Cuando hablamos de Medusa, la recordamos como un ser monstruoso, malvado y con la capacidad de petrificar a quien se le cruce por su camino con solo su mirada. Pero, ¿sabemos realmente quién era ella y qué la llevó a transformarse en lo que la historia nos ha contado?
Medusa era una gorgona, la única mortal de su familia, devota a la diosa Atenea, hija predilecta del mismísimo Zeus.
Variados son los mitos que existen con relación a lo que sucede con Medusa, pero lo que no cambia es el final, pues todos terminan en su terrible transformación en el monstruo con una cabeza llena de serpientes vivas que se mueven amenazantes, de la cual solo hay que evitar su cercanía y mirada mortal.
Su destino comienza a construirse desde que su devoción hacia la diosa Atenea la lleva a consagrarle su vida y pureza, convirtiéndose en su sacerdotisa. Se habla de que Medusa era una joven de extraordinaria belleza y sus rituales atraían cada vez a más devotos, sus cabellos parecían hipnotizar a quienes la seguían.
Y aquí, el primer gran problema: la belleza. Sí, no siempre esta es una ayuda que te posiciona en buenos puestos de trabajo, que te abre puertas, tal vez lo hace, pero el costo de entrar en el vórtice es muy, muy alto. Este trágico destino, así como en Medusa, se reencarnó en Marilyn Monroe, que, a pesar de destacar en varios de sus roles cinematográficos, recibiendo incluso el Globo de Oro a la mejor actriz en 1954 y de mejor actriz de comedia o musical, en 1960, fue juzgada mayoritariamente por su apariencia física, perfilado como «sex symbol».
Su muerte es, aún hoy, un misterio sin resolver; se habla de suicidio, se especula homicidio, solo su cuarto y la soledad guardan la verdad. Desencarna de esta vida llevándose consigo quizás la frustración de no haberse sentido nunca amada en su complejo interior, sucumbiendo al estereotipo tanto renegado de «rubia sexy, tonta y frívola» que vació su vida.
Como lo detalla Tomás Fernández y Elena Tamaro en «Marilyn Monroe, Biografía»: tomó clases de arte dramático en el Actor ’s Lab de Hollywood, asistió a cursos de literatura en la Universidad de Los Ángeles (UCLA), incluso, incursionó en el psicoanálisis para conocer más de sí y lograr exponer su potencial interpretativo, pero, esta parte de su vida, ¿quién la conoce? ¿A quién le ha interesado?
La belleza también ha opacado la inteligencia de la actriz austriaca, Hedy Lamarr. Como dice Lorena Montón (RTVE) en su artículo sobre la estrella de cine, «la historia está plagada de mujeres ilustres, aunque muchas de ellas no han logrado el debido reconocimiento» yo agregaría que mucho de ese reconocimiento se ha centrado en algo tan efímero y subjetivo como lo es la belleza física, por eso se desvanece de la memoria.
Hedy desde niña se mostró muy inteligente, sus intereses fueron muy amplios, desde la música hasta la ingeniería definiéndose posteriormente por la actuación.
Su participación en la película Éxtasis de Gustav Machaty, causó un escándalo tremendo que remeció hasta la cúpula de Miguel Ángel en el Vaticano, condenando la película y posteriormente las salas de cine la sacaron de cartelera.
El castigo no se dejó esperar, pues su familia horrorizada, la forzó a casarse con un millonario que comercializaba armas, mucho mayor que ella. Pronto se mostraría celópata, al extremo que no la dejaba bañarse más que en su presencia. La obligación de acompañarlo a todas sus reuniones de trabajo la motiva a retomar sus estudios de ingeniería y aprovecha de absorber toda la información sobre la última tecnología armamentística nazi, pues su esposo proveía a Hitler y Mussolini. Esta parte de su vida me recuerda el dicho «tírame piedras y te construiré una casa».
Aprovechando un viaje de su marido, burla la vigilancia y escapa por una ventana de un baño de un restaurante.
Años más tarde ya en Estados Unidos, durante el estallido de la Segunda Guerra Mundial, ayuda al gobierno americano dedicándose a desarrollar nuevas tecnologías militares, es así como implementa un sistema de comunicaciones secreto, que modulaba señales en espectro expandido, base para la elaboración de lo que hoy conocemos como WIFI.
Su vida termina con reconocimientos de última hora, homenajes póstumos como el Día del Inventor, proclamado en Austria el 9 de noviembre, día de su nacimiento.
Así también Medusa recibe su castigo, un castigo tremendo y horroroso como lo es sufrir una violación. Claro porque con la excusa de que su «belleza es demasiado insolente» da derecho a cualquiera a ponerte las manos encima. Es así como Poseidón, dios del mar, que se sentía locamente atraído por ella y que, debido a viejas rencillas con Atenea, buscaba quitarle a su más ferviente sacerdotisa. Persigue a Medusa con afán lujurioso y en pleno altar del templo le roba su pureza y usurpa el lugar más sagrado dedicado a la diosa.
Atenea que ya sentía recelo hacia la gorgona, pues había escuchado en más de una ocasión los comentarios de los asistentes a los rituales en su honor en donde se llegaba a decir «que era más hermosa que Atenea», vio este agravio como consecuencia de la vanidad, la forma seductiva en la que se mostraba la sacerdotisa y furiosa transforma su hermosa cabellera en una masa de vivas serpientes venenosas y sus ojos en dos grandes fuegos que con solo cruzar esa mirada convertirá a todo ser en piedra. Un monstruo infernal.
Esta desgracia la lleva a esconderse en unas solitarias cavernas desde donde retoma los rituales para enaltecer a su diosa Atenea.
Aquí entra en juego Perseo, quien, por lograr salvar a su madre Dánae, que, a su vez, debido a su belleza había sido secuestrada por el rey Polidectes, se impone la empresa de matar a la gorgona y llevar su cabeza al monarca.
Se piensa que Atenea, dándose cuenta del error al castigar a Medusa, ayuda a Perseo dándole su escudo para que a través de él pudiera mirar a la Medusa y no morir petrificado. Así pondría fin al castigo de la gorgona. Una vez logrado esto, la diosa introduce la cabeza de la Medusa en su escudo como un eterno reconocimiento a su fidelidad.
¿Luego de conocer la historia completa de Medusa, todavía sigues pensando que es un monstruo inescrupuloso y malvado que actúa sin compasión?
Tal vez esto nos ayude a no juzgar el actuar de las personas sin detenernos a pensar, ¿qué es lo que la motiva a proceder de esa manera?
¿Cuántas veces has tenido que aparecer «poco inteligente» callar lo que sabes para no incomodar a tu interlocutor? Para que tu belleza no sea una afrenta.
Porque como decía irónicamente, Hedy Lammar «cualquier mujer puede ser fascinante, basta que reste callada y parezca estúpida».
Cualquier mujer es atractiva hasta que la envidia y la posesión circundante, no la conviertan en una gorgona vengativa y deshumanizada. Mostrándonos el lado oscuro de la belleza, cuando no es más que una afrenta.