En el simbólico año en que se conmemora medio siglo del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 y de la muerte del presidente Salvador Allende, la izquierda chilena ha sufrido una de las mayores derrotas desde el retorno de la democracia, en 1990. El pasado 7 de mayo se votó para elegir los consejeros constitucionales que serán los encargados de escribir -por segunda vez- un proyecto de constitución que será sometida a un referéndum el próximo 17 de diciembre. Fueron elegidos 51 consejeros con la elección de un solo representante de las etnias indígenas de Chile, que bordean el 10% de la población. Serán 26 hombres y 25 mujeres que tendrán la tarea de lograr un texto que sea aprobado por la mayoría del país. Sin embargo, el resultado no ha podido ser más devastador para el gobierno del presidente Gabriel Boric y para las dos coaliciones de izquierda y centro izquierda que lo acompañan. El partido de extrema derecha, Republicano, formado en 2019, arrasó en todo el país alcanzando el 35,42%% de los votos y eligiendo 23 consejeros constituyentes que sumados a los 11 de obtenidos por los partidos de centro derecha les otorga la mayoría absoluta para redactar la nueva constitución.
Recordemos que en 2020 se efectuó un plebiscito donde el 78,31% de los votantes se pronunciaron por una nueva constitución y se eligieron 155 constituyentes donde las fuerzas de izquierda obtuvieron la mayoría absoluta. Redactaron una carta magna que, presentada a la ciudadanía en septiembre de 2022, fue rechazada por el 61,89% de los votos. A esa primera derrota del gobierno y de las fuerzas políticas que lo apoyan, se suma este devastador resultado que tendrá una influencia decisiva en los dos años y medio que restan del mandato presidencial. Un dato para tener en cuenta es que la suma de los votos blancos y nulos, que el año pasado llegaron solo al 2,13%, en esta elección subieron al 21,53% con el 95, 13% de los votos escrutados. Esta alta cifra, nunca vista en una elección en Chile, refleja en parte el llamado de sectores duros de la izquierda que cuestionaron las reglas que se dieron para esta elección.
Asimismo, se debe tener presente que el Partido Republicano no era partidario de una nueva constitución si no de mantener la de 1980, redactada bajo la dictadura de Augusto Pinochet. Otra de las sorpresas fue que el segundo más votado, fue el Partido Comunista que alcanzó al 8,08% de los votos, superando al socialista (5,96) y al del presidente Boric, Convergencia Social, que solo llegó al 5,72%. El centro izquierda no logró elegir a ningún consejero y los tres partidos que conformaban la lista alcanzó a solo el 8,96% de los votos. El histórico Partido Demócrata Cristiano obtuvo solo 3,78% y el populista Partido de la Gente, el 5,48%. El consejero más votado en la región metropolitana, que es la circunscripción electoral más grande de Chile, Luis Silva, del Partido Republicano, abogado y miembro de número del Opus Dei, obtuvo el 17,95%. El segundo lugar fue para la candidata del Partico Comunista, Keren Araya, profesora de escuela y dirigente sindical, con el 12,51%.
Así las cosas, el mapa político de Chile, que hace solo dos años parecía volcado hacia la izquierda y centro izquierda, desperdició la oportunidad histórica de haber escrito una constitución equilibrada que identificara las principales demandas de la sociedad chilena. Hoy el péndulo giró a la extrema derecha que tendrá la oportunidad de escribir una a su medida. Se alejan, al parecer, las posibilidades de establecer un «estado social democrático de derechos» -aspiración ampliamente sentida por la izquierda y centro izquierda- y queda la duda respecto a qué ocurrirá con el punto central de la actual carta magna que consigna el principio de subsidiariedad, que pese a las numerosas reformas que se han efectuado a la constitución, la derecha nunca ha dado su aprobación para eliminarlo o reformarlo.
¿Cuáles son las razones de esta debacle electoral para el gobierno? No es fácil poder dar una sola porque son múltiples. Por lo menos hay dos factores que han determinado este vuelco en la sociedad chilena y que lo han reflejado las numerosas encuestas. Uno es la creciente inseguridad en prácticamente todo Chile por el aumento explosivo de la violencia, la delincuencia e inseguridad. Un segundo es la inmigración desatada llegada en los últimos años a Chile, iniciada hace ya varios años y con un pobre control por parte del Estado. Esta última se ha agravado por la infiltración de grupos de narcotraficantes y criminales que han desarrollado niveles de violencia desconocidos en el país. En los últimos 40 días tres carabineros fueron asesinados por delincuentes, dos de ellos por extranjeros. A lo anterior se suman los numerosos y gruesos errores en la propuesta de constitución votada el año pasado que fue masivamente rechazada dejando en estado de perplejidad al gobierno, a lo que se agregan la crisis económica, inflación y los desaciertos del equipo gubernamental que ha insistido en reivindicaciones o medidas que no cuentan con respaldo popular.
Ahora los desafíos son iguales para los principales actores políticos: en primer lugar, la derecha, que tendrá que buscar un equilibrio en la redacción de la nueva carta magna y evitar los maximalismos, como ocurrió en el fracasado intento anterior liderado por la izquierda. En segundo lugar, esta última junto al centro izquierda, deberá persuadir a la mayoría para lograr algunas de sus históricas demandas. En tercer lugar, el gobierno que, en medio de la tormenta y presiones de su propio sector, deberá trabajar por el éxito del próximo plebiscito del 17 de diciembre. No será fácil, las derrotas siempre levantan muchos responsables y culpables, lo que llevará al presidente Boric y a la coalición que lo respalda, a un proceso de reflexión respecto al rumbo en lo que queda de gobierno, sobre todo respecto al compromiso con su programa que sus partidarios esperan que cumpla. En perspectiva está la elección presidencial que se realizará en 2025, donde ya se levanta el fantasma que el líder de la ultraderecha, José Antonio Kast, quien en la elección presidencial pasada obtuvo el 44,13% de los votos, se convierta en el próximo presidente de Chile.