El nacimiento de Jacqueline Nova tuvo lugar en Gante, Bélgica, el día que empezó 1935. Su niñez y su adolescencia, en Bucaramanga, capital de Santander, un departamento al que le falta más presencia pop1, no por culpa de ellos. El florecimiento musical de Nova Sondag ocurrió en Bogotá, aunque requirió de una temporada en Buenos Aires para madurar y obtener vientos más favorables para su estilo, que la convirtió en «la pionera de la música electroacústica en Colombia», de acuerdo a Noisey.
Nova tiene 50 obras: música para cámara, para voz y piano, para instrumento solista, para cine y teatro, etc. Varias son electroacústicas, es decir que mezclan tecnología electrónica y fuentes sonoras acústicas; como ejemplo destacable está Creación de la tierra (1975), que transforma los cantos nativos del nororiente de Boyacá, de los tunebos o u’wa. En un estilo más clásico está 12 móviles (1965), ganadora del Premio a la Obra para Orquesta de Cámara del 3er Festival de Música de Caracas. Entre estas dos obras hay una distancia de siete años: Nova compuso la pieza premiada poco antes de graduarse como compositora en el Conservatorio de la Universidad Nacional; la pieza electroacústica vio la luz tres años antes de su muerte, a los cuarenta, por un cáncer de huesos.
Después de su graduación, Jaqueline viajó a Buenos Aires para ser becaria del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales (CLAEM) del Instituto Torcuato di Tella para el bienio 1967 y 1968. Allí pudo dar rienda suelta a sus experimentaciones y seguir cultivando su interés por la música electroacústica que no circulaba en los ambientes académicos colombianos, para luego convertirse en una difusora con el ciclo radial Asimetrías entre 1969 y 1970, en la Radiodifusora Nacional de Colombia. En 1970 presentó la conferencia-concierto La música electrónica en Bogotá y Medellín. Además colaboró con artistas de otras disciplinas: en teatro con Enrique Buenaventura y Jorge Alí Triana; en literatura con Dora Castellanos; en cine con Francisco Norden; en las artes plásticas y visuales con las artistas Feliza Bursztyn y Julia Acuña.
De acuerdo a la compositora e investigadora Ana María Romano, la temprana muerte de Jacqueline «truncó una carrera en plena fuerza creativa» y «afectó de manera directa el desarrollo de la música electroacústica en el país: tras su muerte hubo un gran silencio de más de una década en la creación musical con medios electrónicos en el país». Así lo escribió en La pieza del mes de la Biblioteca Nacional de Colombia, en 2015. De hecho, mucho de lo que se tiene de Jacqueline Nova en este momento es gracias al proceso de revisión e investigación que han hecho estudiantes e investigadores como Romano.
En el año 2000, y con motivo de la celebración de los 65 años de su nacimiento y conmemoración de los 25 de su muerte, el Centro de Documentación Musical de la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura, en asociación con la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República y con el Departamento de Música de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes, realizó un homenaje en la Sala de Conciertos de la Biblioteca en el que se interpretaron diez obras, entre la que se incluyó Creación de la tierra.
Nota
1 Al escribir este artículo pensé en la serie de Prime, Noticia de un Secuestro —recomendada—, basada en el libro de Gabriel García Márquez. Como es costumbre, por la ahora amplia oferta de series de narcos, pudimos escuchar el acento paisa y el bogotano en la mayoría de personajes. Santander, un departamento tan único, de donde viene el bocadillo veleño —manjar en todo el sentido de la palabra—, el primer colombiano que se vistió de líder en el Tour de Francia —Víctor Hugo Peña— y el levantamiento comunero de 1781, poco suena en series o películas. Ojalá veamos más santandereanidad en producciones de nivel.