Con un remoto antecesor en las heroicas fundadoras de La sociedad de las Hilanderas de Fenwik (Escocia) -creada como entidad profesional en 1761 y ampliada a organización de consumo en 1769-, el movimiento cooperativo mundial se reconoce oficialmente nacido el 24 de octubre de 1844, producto del acto revolucionario de una mujer y 27 hombres, los «28 Pioneros de Rochdale», quienes, tras quedar cesantes como consecuencia de una huelga, decidieron tomar las riendas de sus propios destinos y fundaron la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale, a la cual aportaron cada uno la cantidad de 28 peniques como cuota fundacional. De esta minúscula semilla sembrada en un remoto paraje inglés nació un movimiento mundial que ha salvado innumerables vidas de individuos, familias y comunidades; ha producido impresionantes y múltiples beneficios en todas las latitudes y longitudes del globo, y todavía luce vigoroso, a pesar de los inconvenientes y obstáculos -desde la implacable dictadura del mercado hasta las inevitables limitaciones de los propios interesados- en ámbitos como consumo, vivienda, fabricación, transporte, crédito, cultura, turismo y muchos más.
La Cooperativa de Vivienda Los Castores
Un siglo y 15 años después de Rochdale, nacía en Venezuela la que llegaría a ser la Cooperativa de Vivienda Los Castores, un modelo de autogestión que todavía hoy se abre exuberante a propios y extraños en las verdes colinas de San Antonio de los Altos, a solo 15 kilómetros de Caracas. El 15 de enero del año 2022, Los Castores celebra su cumpleaños nº 63.
Don Silverio
Fue el sacerdote vasco Don Silverio de Zabala Otaola quien, obligado a dejar España a causa de la Guerra Civil, dedicó sus mejores esfuerzos a ayudar a otros exiliados en Burdeos, Francia, antes de viajar a Venezuela y establecerse en Caracas. En Burdeos profundizó sus conocimientos y participó activamente en el movimiento cooperativo, iniciativa que trasladó a su nuevo destino.
De Pilita a Bucare
Una particularidad curiosa en el casco antiguo de Caracas es que las direcciones se delimitan entre las dos esquinas de esa cuadra o manzana, en vez de enmarcarlas entre calles y/o avenidas. Así pues, la historia dice que en el N.º 15 de la cuadra situada de (entre las esquinas de) Pilita a Bucare, el 15 de enero de 1959 se constituyó la Cooperativa de Construcción Los Castores, con sus respectivos Consejo de Administración y Consejo de Vigilancia. Prácticamente, dichos consejos absorbieron a todos los asistentes ya que el grupo inicial lo conformaban apenas 12 pioneros que aportaron cada uno 20 bolívares (unos 5 dólares norteamericanos para la época). Con una historia de sangre, sudor y lágrimas -y también de muchas alegrías y satisfacciones por logros obtenidos mediante el trabajo comunitario-, Los Castores llegó a convertirse en una realidad ejemplar: 677 viviendas, entre casas unifamiliares y apartamentos, que se distribuyen sobre un verde tapiz de 106 hectáreas, de las que apenas el 45% están urbanizadas, siendo el resto bosques y áreas verdes. Una obra de la que se pueden escribir volúmenes, pero a la que solo podemos dedicar una breve pincelada histórica y otra filosófica.
El diario de a bordo
Una manera privilegiada de compartir cualquier experiencia ajena es mediante el acceso a un diario, una bitácora o, como en el presente caso, unas actas de reuniones. Resumimos retazos representativos de actas de Los Castores en su primer año de existencia:
Año 1959
- Enero 15: Reunión en el local de Pilita a Bucare, N.º 15, en la que queda constituida la Cooperativa de Construcción Los Castores.
- Febrero 10: En el mismo local, se reúne por primera vez el Consejo de Administración.
- Febrero 12: En esa fecha se registra oficialmente la Cooperativa en el Ministerio del Trabajo.
- Julio 4: La Asamblea General de Socios decide «la compra del terreno de San Antonio de Los Altos», denominado Hacienda Don Blas y San José, comprendiendo 106 hectáreas, al precio de Bs. 4,50 el metro cuadrado. Nueve millones y medio de bolívares hasta firmar el contrato definitivo de compra-venta, y 17 mensualidades de Bs. 200.000 al 5% anual.
- Julio 25: La Asamblea General de Socios designa a Mons. Rafael Arias Blanco como presidente Honorario. El socio P.C. critica duramente «a los capitalistas que se oponen a nuestros proyectos». La prensa caraqueña publica un suelto en contra de la Cooperativa, pero el Pbro. Zabala replica inmediatamente con una aclaratoria.
- Julio 29: El arquitecto Dr. G. informa que no ha comenzado el anteproyecto porque la Comisión de Urbanismo no ha contestado a su consulta sobre la densidad poblacional permitida en esos terrenos. El Obispo Auxiliar de Caracas, Mons. Rincón Bonilla, dirige a dicha Comisión una recomendación muy amplia a favor de Los Castores. La Compañía S.A.F.U., Inc. ofrece financiamiento con avales de la Corporación de Fomento de Venezuela y del Arzobispado de Caracas. Esta oferta no es aceptada, buscando «intereses más bajos y mejores condiciones crediticias».
- Agosto 12: Fracasan las gestiones de financiamiento en el Banco Obrero y en la Corporación Venezolana de Fomento. Se crea una «Sección de Propaganda de la Cooperativa», integrada por los socios E.G., A.J., S.C., J.P. y L.J.
- Agosto 16: Se diligencia la deforestación del terreno con la División de Recursos Renovables del Ministerio de Agricultura y Cría. El Consejo de Administración resuelve colocar un gran cartel en el terreno, diciendo: «Aquí se construirá la Ciudad de Los Castores».
- Septiembre 23: Los agricultores que arriendan parcelas en terrenos de la Cooperativa se quejan ante el Instituto Agrario Nacional porque se les exige desalojo. Se espera resolver pronto este problema.
- Octubre 7: Se encomienda el proyecto de acueductos y cloacas al Dr. A.S. que «hará un precio especial por tratarse de una cooperativa sin fines de lucro». Se constituye una Comisión de Cobros a los Socios.
- Octubre 14: Se reciben varias peticiones de retiro de la Cooperativa y se fija un plazo de 80 días para la devolución de los aportes.
- Noviembre 4: Se da un plazo hasta el 31 de diciembre a los agricultores para que desalojen, después de haber recogido sus cosechas.
- Noviembre 21: Comienza a circular el Boletín Informativo mensual «El Castor». Se constituye la Comisión de Profesores y Maestros para: Primaria, Secundaria y Técnica.
- Noviembre 25: Se sustituye al arquitecto C.G. por el arquitecto O.A. El primero exige una indemnización de Bs 45.000,00 por «daños y perjuicios».
- Diciembre 5: La Asamblea General acuerda que a todo socio que se retire se le descontará un 5% del dinero aportado.
- Diciembre 23: Se envía a cada socio el segundo número del boletín mensual, junto con los Estados de Cuenta.
La brújula
Hace falta un motor gigantesco de pensamiento, sentimiento y voluntad para convertir un terreno de «monte y culebras» en una urbanización modelo, sobre los hombros de familias trabajadoras cuyo principal capital era su propia determinación. Los Castores bordeó precipicios, perdió tropas en batalla, cayó y se volvió a levantar y, al final, vio la victoria. En toda esa historia, hay una línea de pensamiento que sustentó la empresa y la sigue guiando en la actualidad:
- «En Los Castores se está ensayando un mundo» (socio fundador Efraín Subero, el poeta de la Isla de Margarita).
- «Ensayar un mundo es ensayar un hombre nuevo, un hombre nuevo con mentalidad de servicio, con criterio comunitario, lejos del materialismo individualista de nuestra sociedad de consumo. Y esos hombres nuevos podrán y deberán ensayar un mundo diferente, abierto, participativo, con sentido del bien común» (Pbro. Silverio de Zabala, Fundador de Los Castores).
- «Todo cooperativismo es esencialmente democrático, en el sentido de que la Asamblea General de Socios es la máxima autoridad que elige democráticamente a sus dirigentes sobre la base de un voto por socio, independientemente del monto de las aportaciones que tenga en la Cooperativa. Democrática es su gestión ya que la política general de la empresa la fija la Asamblea, y el Consejo de Administración ejerce la gestión administrativa. Democrática es la fijación de metas y distribución de excedentes ya que éstas son atribuciones de los socios por intermedio de la Asamblea y del Consejo de Administración» (Pbro. Silverio de Zabala, Fundador de Los Castores).
Como toda semilla vigorosa, Los Castores no solo creó viviendas. A lo largo de los años, se añadieron un liceo público, un campo de béisbol y cancha de baloncesto, un campo de fútbol semiprofesional, un colegio cooperativo, una iglesia parroquial, un mercado solidario los fines de semana, un frontón de pelota vasca, un club y un centro comercial. Pero las dos joyas de la corona producidas por Los Castores son, sin duda, «La Vivienda, eap», entidad financiera creada por los propios socios para no depender de las condiciones de los bancos y pionera del Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo en Venezuela, y la Fundación INVICA (de Venezuela), destinada a expandir la experiencia adquirida y que promovió, desarrolló y entregó 32 cooperativas de vivienda en Caracas y en los estados Miranda, Aragua, Carabobo, Trujillo y Zulia.
Nota
El material literario y gráfico en este artículo proviene del libro Historia de Los Castores (cubriendo sus primeros 15 años, obra del socio fundador Efraín Subero), de sitios web gestionados por grupos de socios (como «infoloscastores» y «El Castoreño»), y de archivos personales del autor.