Según relata el Génesis en las religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islamismo. Adán: en hebreo, אָדָם (Aadaam) y en árabe, آدم (Aadam) fue el primer hombre creado por Dios. Según interpretan los sumos sacerdotes y profetas de las tres religiones «creado a semejanza de Dios para gobernar la Tierra». Lo cual, irónicamente, no es cierto.
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
(Génesis 2:7)
El versículo no dice que Dios formó al hombre a su semejanza. Sólo que le dio aliento de vida.
Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
(Génesis 2:8)
Claramente el dominio de Adán (el hombre que había formado) era el huerto en Edén cuyos límites se describen en los versículos 10 a 14. Y como lo confirma, sin lugar a duda, el versículo 15.
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
(Génesis 2:15)
Según interpretan las religiones abrahámicas, Eva, del hebreo חַוָּה (ḥavvâ); en árabe حواء (ḥawā'), fue la primera mujer y el segundo ser humano que Dios creó sobre la Tierra con el objetivo de formar la «segunda pareja» humana (complemente femenino) de Adán, el primer hombre (masculino) y que pudieran procrear como el resto de los animales que Dios había creado para Adán en el huerto del Edén y a los cuales él dio nombre según el Génesis 2:19, 20. Eso tiene dos interpretaciones: la explicita que narran los versículos del Génesis 2:21, 22, 23 y 24. Y la implícita que no aparece en la narración del Genesis, pero sí en los relatos de algunos de los evangelios gnósticos y apócrifos y en la mitología mesopotámica y el folclore demonológico judío (el cual emana de los relatos prohibidos en la Torá). Esa es la interpretación literal de que Eva fue la segunda pareja femenina de Adán. Porque la primera, al igual que Adán: hombre/masculino fue creada por Dios. Como su contraparte e igual ante Dios: mujer/femenina. Su nombre propio es Lilith o Litit, del sumerio lilitu y del hebreo: לילית. Y, al igual que Asherah la esposa de Yahweh, fue relegada y expulsada tanto de la Torá como de la Biblia por considerársele por los hombres patriarcas, escribas y relatores de la «verdad» en los libros sagrados como indigna, profana e incluso prostituta. Sólo por ir en contra de la hegemonía del hombre/masculino y del dominio absoluto de los patriarcas en la toma de decisiones, la política y la guerra.
Irónicamente el propio relato del Génesis desmiente esa creencia en 3 de sus versículos.
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
(Génesis 1:26)
Entonces dijo Dios: Hagamos (plural) al hombre a nuestra (plural) imagen… Dios nunca dijo haré (Él, singular); a mí (Yo, singular) imagen…
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
(Génesis 1:27)
Aquí aclara el relato de manera explícita el sexo: varón (masculino) y hembra (femenino). Y que fueron dos sus creaciones. No sólo uno (Adán/el hombre).
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
(Génesis 1:28)
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos… De nuevo las palabras y todo el contexto, en general, en plural.
¿Casualidad?, ¿La forma de hablar, de escribir o de redactar? ¡No lo creo! ¿Y usted?