San Francisco es conocida como «la ciudad dorada», gracias a la fiebre del oro que atrajo a tantos hace un par de siglos, también por las hierbas que «pintan» de dorado sus colinas durante la época seca. Otros la llaman «la ciudad de la niebla», debido a la presencia de esa bruma que frecuentemente la envuelve, dándole aspecto «romántico» según los visitantes, pero fastidiosa, según sus habitantes. La «ciudad de la bahía», quizás el más querido de los sobrenombres de una metrópolis a la cual podemos acceder por tierra cruzando varios puentes que la conectan al continente en diversos puntos. «La ciudad», según el lingo de sus pobladores, se convirtió en uno de mis lugares favoritos para visitar.

Cada vez que visito San Francisco, aun yendo a lugares que conozco, siempre encuentro algo que no había visto antes. Entre sus numerosas gemas, algunas desconocidas para muchos visitantes y buena parte de sus habitantes, está el mural Unión de la expresión artística del norte y sur de este continente, o Mural de la Unidad Panamericana.

Pasados diez años de su primera visita a San Francisco, Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera (1886-1957), uno de los «tres grandes» del muralismo mexicano, regresa en junio de 1940. Lo invitaba el arquitecto Timothy Pflueger (1892-1946), vicepresidente del Comité de Bellas Artes, para presentar la pieza central de la exhibición «El arte en acción» en Isla Treasure como parte de la Exposición Internacional Golden Gate. Este sería el tercer mural de Rivera en San Francisco, su último en Estados Unidos. Los dos primeros son Alegoría de California, que adorna las escaleras del City Club, antiguo San Francisco Stock Exchange, y Realizando un fresco, mostrando la construcción de una ciudad, está en la galería principal (hoy llamada Diego Rivera) del Instituto de Arte de San Francisco. Existe otro, bellísimo, Naturaleza muerta y almendros en flor, que podemos disfrutar en el Stern Hall de la Universidad de California en Berkeley. Los tres fueron realizados en 1931.

La Unidad Panamericana se pintó en un hangar convertido en estudio y galería, donde varios artistas laboraban. Representa el pasado, presente y futuro compartido de las Américas. Apela a la solidaridad cultural y al intercambio. Varios artistas colaboraron como asistentes. Los más destacados fueron, quizás, la pintora y previa asistente de Rivera, Emmy Lou Packard (1914-1998); el pintor y muralista Arthur Starr Niendorf (1909-1976); Thelma Beatrice Johnson Streat (1912-1959), diseñadora, folklorista, bailarina, y educadora; Mona Hoffman (1910-1971), artista; entre otros, involucrados en diversas funciones.

El fresco, de 30 toneladas de peso y 22.5 metros de largo por 6.7 metros de ancho, celebra el espíritu creativo utilizando retratos de artistas, deportistas, artesanos, arquitectos e inventores.

Diego y su grupo comenzaron a trabajar en junio, terminando en diciembre. La Exposición había terminado en septiembre. Pflueger trabajaba en el diseño y construcción del City College de San Francisco y, junto con Rivera decidieron incorporar el mural a la nueva biblioteca de la universidad.

Desafortunadamente, la escalada de la guerra promovió la prohibición de construcciones no esenciales, posponiendo tal proyecto. El mural sería embalado y almacenado en Isla Treasure. En 1942, se trasladarían los paneles del mural, hasta el City College. Pflueger muere en 1946 y los paneles continúan almacenados.

A mediados de los 1950, Milton Theodore Pflueger (1907-1993), arquitecto, hermano menor de Timothy, fue comisionado para diseñar el teatro del Campus del City College. En su diseño incluyó la expansión del vestíbulo, para alojar al mural.

Durante su almacenamiento en Isla Treasure, uno de los paneles había sufrido un daño, luego que un bombero, tratando de apagar un incendio en el hangar donde estaba, le pegó con un hacha. Emmy Lou Harris fue llamada para ver el daño y se comprometió a repararlo. Lo cual finalmente hizo previo a la instalación del mural en 1961.

El mural está conformado por 10 paneles realizados con una estructura de acero que se atornillan entre sí. Cada panel se rellenó con cemento y se permitió su completo secado antes de aplicarle estuco, sobre el cual se pintaron los diversos motivos. Algunos estudiosos mencionan que Rivera decidió hacer el mural portátil luego que El hombre controlador del universo (Man at the Crossroads), mostrando el contraste entre capitalismo y comunismo e instalado en el Centro Rockefeller en Nueva York, fuera destruido antes finalizarlo. Otros simplemente aducen que su portabilidad corresponde a la idea de que el mural debía ser transportado desde Isla Treasure al City College.

El mural se divide en cinco secciones. De izquierda a derecha, la primera sección es «El genio creativo del sur que surge del fervor religioso y un talento nativo para la expresión plástica». Celebra el pasado indígena y el genio artístico mezclado con el fervor religioso de México. La sección abre un paréntesis visual que equilibra el norte y el sur. Rivera comentó sobre esta sección:

Representé el Sur en el período anterior a Cortés. Los hitos físicos sobresalientes fueron el enorme y hermoso Popocatépetl e Iztaccíhuatl coronados de nieve. Cerca estaban los templos de Náhuatl y Quetzalcóatl y el templo de la serpiente emplumada. También fueron retratados los bailarines del venado yaqui, sus alfareros y Netzahualcóyotl [1402-1472], el poeta-rey azteca de Texcoco quien, de acuerdo a la tradición, diseñó una máquina voladora.

Arriba, en la segunda sección, «Elementos del pasado y el presente», vemos a la clavadista del City College, Helen «Klinky» Crlenkovich (1921-1955) realizando una elegante zambullida. Rivera, de fondo, fusiona al México antiguo con el área de la bahía. El artista describe esta sección como:

La conquista del tiempo y el espacio… simbolizada por una mujer a punto de zambullirse...

Bajo la clavadista, vemos la ciudad de San Francisco, destacándose el puente sobre la bahía. Varios espectadores admiran a Helen, incluyendo entre ellos a Mona Hoffmann (1910-1971). A la izquierda de los espectadores trabaja el artesano, escultor y educador mexicano Mardonio Magaña-Camacho «Magañita» (c. 1865-1947) esculpiendo una escultura de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, simbolizando así la continuidad de las culturas latinoamericanas hacia el futuro.

Bajo estas escenas, vemos a Rivera, de espaldas, pintando los retratos de precursores de la independencia de países del nuevo mundo. De izquierda a derecha vemos a Simón Bolívar (1783-1830), venezolano, «el Libertador», destacada figura emancipadora que inspiró y concretó la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela; Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811), militar insurgente y sacerdote novohispano, reconocido en México como «el Padre de la Patria»; José María Morelos y Pavón (1765-1815), sacerdote y militar, artífice de la etapa de organización en la Guerra de Independencia de México; George Washington (1732-1799), comandante en jefe del Ejército Continental Revolucionario durante la guerra de la Independencia de Estados Unidos, primer presidente de esta nación; Thomas Jefferson (1743-1826), autor de la Declaración de Independencia y tercer presidente de Estados Unidos; Abraham Lincoln (1809-1865), decimosexto presidente de Estados Unidos y emancipador de esclavos, se muestra dando el discurso de Gettysburg. Bajo estos, está John Brown (1800-1859), abolicionista, luchador contra la esclavitud en Estados Unidos.

Detrás de Rivera, están algunos artesanos contemporáneos mexicanos. Bajo los héroes, observamos a una escultora de Tehuantepec, representando a una sociedad matriarcal cuyas mujeres realizan el trabajo creativo.

En la tercera sección, «La plastificación del poder creativo del mecanismo del norte y su unión con la tradición plástica del sur», Rivera ancla el mural representando a la diosa azteca Coatlicue integrada a una máquina de estampado de la compañía de vehículos Ford.

Simbolizando esta unión está la colosal Diosa de la Vida, mitad india, mitad máquina. Ella sería para la civilización americana de mi visión de lo que fue Quetzalcóatl, la gran madre de México, para el pueblo azteca.

El puente Golden Gate aparece a la derecha de la diosa-máquina. Frente a esta, vemos un enorme carnero de madera, y el artista canadiense Dudley C. Carter (1891-1993) tallándolo. Carter trabajaba justo frente a Rivera durante la exposición. Bajo Carter y a su izquierda, vemos a la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954), tercera esposa de Rivera, personificando la unión cultural de las Américas. A un lado de Frida y bajo Carter, está Rivera junto a Paulette Goddard (1911-1990), estrella de cine y esposa de Charlie Chaplin (1889-1977). Ambos plantan un árbol de la vida y el amor. Detrás de Goddard, vemos a Cristina Kahlo (1908-1964) como niña, abrazando una muñeca, y a Donald Cairns, hijo de Emmy Lou Packard. A la derecha de los niños vemos, junto a otra persona, al arquitecto Timothy Pflueger con uno de los planos para la biblioteca del City College.

En la cuarta sección, «Tendencias del esfuerzo creativo en los Estados Unidos y el ascenso de la mujer en varios campos del esfuerzo creativo a través de su uso del poder de la maquinaria artificial», aparece de nuevo a Helen Crlenkovich equilibrando el lado derecho del mural; la bahía de San Francisco es el fondo de buena parte del área superior. La isla Alcatraz está ligeramente arriba de los pies de Helen, y bajo su cuerpo está Isla Treasure, donde se celebró la Exposición. Justo bajo la bahía, una arquitecta modelada a la imagen de Mary Anthony-Forester, botánica amiga de Emmy Lou Packard, conversa con el arquitecto germano-americano Otto Deichmann (1893-1964). A la derecha está Packard, Frank Lloyd Wright (1869-1959) y Lynn Wagner. La hija de Mona Hoffmann pinta. Sobre esta sección Rivera diría:

La fuerza creativa de Estados Unidos y la emancipación de la mujer fueron simbolizadas por una mujer artista, una arquitecta y una escultora…

Justo debajo de esta escena, vemos una muy interesante y a mi entender, algo caótica:

En la parte inferior de este panel, representé dos escenas de esa forma de arte típica del Norte, las películas [Rivera muestra a Joseph Stalin (1879-1953), Adolf Hitler (1889-1945), y Benito Mussolini (1883-1945). Stalin tiene en sus manos un cuchillo y un Piolet ensangrentado, representando su responsabilidad en el asesinato de León Trotsky (1879-1940). Aparecen como una trinidad de tiranos en una nube que asemeja a un árbol. Este «árbol» está rodeado de escenas de películas antifascistas]. Uno era de la película de Charlie Chaplin «El gran dictador» el otro de la película de Edward G. Robinson «Confesiones de un espía nazi». Ambas obras dramatizaron la lucha entre las democracias y los poderes totalitarios. Una mano sale de una máquina rechazando las fuerzas de la agresión, simbolizando la conciencia estadounidense reaccionando a la amenaza contra la libertad, en cuyo amor se unieron la historia de México y Estados Unidos.

La mano que representa a la conciencia estadounidense aprieta con fuerza a otra con un cuchillo, tatuada con el suástica nazi. Bajo esta, vemos al nefasto Heinrich Himmler (1900-1945), líder de las SS, responsable de la «solución final». Aparece Chaplin un par de veces, en escenas de su película El Gran Dictador. Vemos al actor Jack Oakle (1903-1978) representando a Benzini Napaloni, dictador de Bacteria, satirizando a Mussolini. Abajo y a la izquierda está el actor de origen rumano, Edward G. Robinson (1893-1973), y el de origen checo, Francis Lederer, (1900-2000) en una escena de Confesiones de un espía nazi.

Finalmente, «La cultura creativa del norte se desarrolla a partir de la necesidad de hacer posible la vida en una tierra nueva y vacía», celebra la tecnología utilizada para desarrollar a Norte América. Sarah Gerstel, esposa de William Gerstel, presidente del Instituto de Arte de San Francisco, aparece bordando un pañuelo. Se cierra así el «paréntesis» abierto por la primera sección. Rivera explica que:

Así como la tradición plástica del Sur penetró en el Norte, el poder mecánico creativo del Norte enriquece la vida en el Sur. Representé la grandeza del Norte en logros de ingeniería como la represa Shasta, varias torres de perforación de petróleo, puentes colocados cerca de las montañas estadounidenses Shasta y Mount Lassen, y en retratos de genios como Ford, Morse y Fulton, los dos últimos eran tanto artistas como inventores.

Ciertamente, en la parte inferior vemos a Henry Ford (1963-1947), Thomas Alva Edison (1847-1931), Albert Pinkham Ryder (1847-1917), Samuel Finley Breese Morse (1791-1872), Robert Fulton (1765-1815) y un artesano finalizando una escultura de madera representando a un indígena del norte, de las que se colocan en tiendas que venden cigarros y similares.

En 1939, Frida Kahlo y Diego Rivera se habían divorciado de común acuerdo. El 21 de agosto de 1940, León Trotski (1879-1940) es asesinado en México y debido a su relación con Kahlo, esta es detenida e interrogada. Liberada, Kahlo viaja a San Francisco por razones médicas, encontrándose con Rivera (cuyas finanzas y correspondencia aun manejaba). Deciden casarse de nuevo.

El mural se instalaría finalmente en 1961, siendo admirado por quienes visitaran el teatro. El teatro pasaría a llamarse «Diego Rivera» a partir de 1993. Curiosamente, la biblioteca planificada en los 1940, se inauguraría en 1995 pero el Mural no fue trasladado, temiendo que pudiera dañarse al transportarlo.

Mi esposa y yo fuimos a disfrutar del mural varias veces, y cada vez que recibíamos a algún visitante en casa, lo llevábamos a San Francisco para verlo. Desafortunadamente, la mitad de las veces tuvimos que verlo desde las puertas de vidrio laterales, por estar cerrado el recinto.

Luego de realizar un estudio detallado en 2011 acerca de la posibilidad de mover el mural, fue durante 2017, que el City College y el Museo de Arte Moderno de San Francisco (MOMASF), acordaron una restauración y traslado a la Galería Roberts, en la planta baja del MOMASF. Aquí, la obra se expone desde este pasado junio. Mientras, se ultiman detalles para la exhibición «La América de Diego Rivera», a inaugurarse en 2022. El mural regresará al City College en algún momento de 2023 o 2024.

Will Maynez, guardián ad-honorem del mural, y constructor de la página Diego Rivera Mural Project, ha hecho suya la misión de lograr que la gente conozca y aprecie el mural. Ha estado involucrado en el proyecto con el MOMASF desde un principio. En entrevista reciente, recuerda emocionado que, en una de las reuniones en el MOMASF, su director, Neal Benezra, le habría comentado que una vez se transportara hasta el museo y se expusiera al público, «el mural no volverá a ser poco conocido».

Notas

Anónimo. (1940). Artists in Action Steal the Show at San Francisco Fair. Life. Julio, 29. pp. 44–49.
Anónimo. (1941). Diego Rivera: His amazing new mural depicts Pan-American unity. Life. Marzo, 3. pp. 52–56.
City College of San Francisco. Pan American Unity Mural.
Maynez, W. Diego Rivera Mural Project.
Pogash, C. (2021). ¿Cómo se transporta un fresco de Diego Rivera de 30 toneladas? Con mucho cuidado. The New York Times. Junio, 22.
San Francisco Museum of Modern Art. Pan American Unity Mural.
Zakheim, M. (2012). Diego Rivera and Friends in San Francisco: Murals from 1930 to 1940. EE. UU.: Volcano Press.