Buenos días:
Algunos ya me conocéis, aquí me presento para los nuevos. Me llamo Paco Abdul Bramayana Raaja Pàganos. Estuve largo tiempo ausente, de viaje; ahora vuelvo a Barcelona para anunciaros asuntos importantes. Durante mis viajes conocí a buena gente como Salim Nasrallah Marash, de Siria, o Shaila Chakrabarti Gavandi, de India; aunque tienen apellidos parecidos no se conocían entre ellos, ahora ya se conocen gracias a nuestro acto solidario.
Vuelvo con lo de antes, lo que escribí antes de «La piel de plátano colgado» y también «antes» porque este acto solidario ya lo venimos haciendo desde antes.
Me llamo Paco Abdul Bramayana Raaja Pàganos, vengo para anunciaros algo muy serio. Dicen que un virus anda suelto por las calles, lo he leído en Internet; supongo que vosotros ya estáis informados. Dicen que la gente tiene miedo, que está alterada, que no sale. ¡No lo entiendo! Siempre hubo virus sueltos, como el virus del dinero o el virus del amor, y todos salíamos a por ellos. Dicen que este virus se te mete dentro, te come las entrañas y los pulmones y luego sale por la boca y se mete en la persona que tienes cerca y le come también las entrañas y los pulmones y luego se va a otro sitio. Dicen que se mete en todos los sitios: en las personas, en los metales, en el papel ¡Hasta en las monedas y en los billetes se mete! ¡Ese virus es oscuro, es malo!
Me llamo Paco Abdul Bramayana Raaja Pàganos, pero podéis llamarme Paco Abdul. Las familias Nasrallah, Chakrabarti, Bramayana y otras más hemos reflexionado.
Observación:
Cuando vas al supermercado, si das una moneda al mendigo que está sentado en la puerta, ¡zas! le pasas el virus dentro de la moneda; cuando entras en la iglesia, si le sueltas un billete de 500€ a la mendiga que está sentada en la puerta, ¡zas! le pasas el virus dentro del billete. Observación: ¡Ese virus es insolidario!
Reflexión:
Nuestras familias hemos reflexionado vía teleconferencia, nosotros —que sí somos solidarios— queremos ayudar, nos arriesgamos en este acto solidario. Seguro que vosotros tenéis monedas y billetes guardados en casa: ¡todos están contaminados, son un peligro! Tan mal está la cosa, que nosotros —todos somos voluntarios y no cobramos por esto— hemos organizado una ONG sin ánimo de lucro (como todas), nos llamamos «Billetes Sin Fronteras».
Ya me he presentado, ya conocéis mi nombre completo, pero podéis llamarme Paco Abdul, o Abdul a secas.
Propuesta:
Cuando estéis en vuestras casas, poneos mascarilla y guantes quirúrgicos; luego cogéis con cuidado todas las monedas y billetes que tengáis, los ponéis dentro de una cajita y la dejáis a la puerta de vuestro apartamento. Después me enviáis un mensajito por privado y nosotros haremos el acto solidario «Billetes Sin Fronteras», nos arriesgaremos: pasaremos a recoger las cajitas una por una. Procurad que las cajitas no sean muy grandes, pero sí que estén bien llenas. Además, recordad que la tarjeta bancaria también está contagiada; sí, esa tarjeta bancaria que usáis en las TPV para pagar en los comercios: poned la tarjeta dentro de la cajita, y un papel con el PIN escrito grande y con letra clara, también la guardaremos.
Con discreción absoluta cumpliremos nuestro acto solidario, recogeremos las cajas, respetaremos las normas de seguridad y distancia social, guardaremos vuestros datos personales. Haremos buen uso del dinero que antes era vuestro. ¡No os enteraréis de nada!
Recuerda: ¡«Billetes Sin Fronteras», tu ONG sin ánimo de lucro!