Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus era conocido por todos como Wolfang Amadeus Mozart. Fue uno de los músicos más influyentes del período clásico, con innumerables sinfonías, sonatas, misas, entre otras piezas que compuso para orquesta, cuartetos de cuerda, vientos, piano, violín y demás instrumentos.
Funge como importante referencia para la enseñanza musical en cuanto a composición e interpretación se refiere; debido a su importante trayectoria, este exponente de la música se encuentra presente en todas las etapas de enseñanza, así como también en distintos conciertos de música clásica que se celebren en cualquier lugar del mundo sin importar la época del año.
Mozart no solamente se caracterizó por su música, sino también por ser un personaje irreverente además de original. Es por eso que hoy, en el año 265 de su natalicio, resulta propicio recordar sus obras e, inclusive, conocer otras facetas de su vida.
Algunos aspectos importantes de su vida
Wolfang nació en la ciudad de Salzburgo, Austria y, desde muy joven, mostraba aptitudes para la música. A sus cuatro años de edad ya sabía tocar diversos instrumentos como el piano o el violín, además, era capaz de componer sus propias obras a partir de los seis años. Siempre se dedicó a la música, sin embargo, solía jugar billar o bailar en su tiempo libre.
Era amante de los animales domésticos: Mozart mostró una gran afición hacia los animales. En su residencia tenía un perro, un estornino, un canario, así como también un caballo con el que practicaba equitación de vez en cuando.
Padeció el Síndrome de Tourette: el músico británico James McConell comentó en un documental que el compositor austríaco padeció el síndrome de Tourette a lo largo de su vida. Este último se trata de un trastorno del sistema nervioso que se caracteriza por la realización de sonidos no intencionales o movimientos repetitivos. McConell llegó a esta conclusión después de revisar sus cartas y partituras, donde según él se evidenciaba la tendencia del artista a emplear palabras o frases que eran inadecuadas para un momento en especial. En este sentido, Wolfang solía sorprender al colectivo con sus atípicas conductas, ya que, en momentos determinados de un concierto, podía interrumpir su ejecución en el piano para sentarse a jugar con cualquier animal que se encontraba en la sala.
Obras que hicieron historia
Mozart compuso un total de 621 piezas, de las cuales 600 se encuentran completas; 68 de ellas son sinfonías, 36 corresponden a sonatas para violín, 27 son conciertos para piano, 26 son sonatas para este mismo instrumento, 23 cuartetos de cuerda y seis quintetos para toda la sección de cuerdas en general. Gran parte de ellas fueron escritas por encargo. Su facilidad para componer se debe a su dominio de las formas musicales. En este sentido, contó con la experiencia de otros colegas músicos como Ludwig Van Beethoven o Joseph Haydn.
Entre su legado musical más importante, se encuentran las siguientes piezas.
Serenata nocturna
La serenata para cuerdas número 13 en sol mayor K.525, también conocida como la «pequeña serenata nocturna», fue compuesta en el año 1787 y es una de las más célebres del compositor austríaco dentro del período clásico. Consiste en una sinfonía reducida para un cuarteto de cuerdas; la misma cuenta con cuatro movimientos: Allegro, Romanza, Minueto y Rondó.
Transmite cierta ligereza y alegría; es una de las piezas más utilizadas para amenizar diferentes eventos como bodas, banquetes o bailes.
La flauta mágica
Es una ópera compuesta en el año 1791. En ese tiempo, Mozart se encontraba en una complicada situación económica debido al grave estado de salud de su esposa Constanze. Tras un tiempo realizando composiciones para amigos o conocidos, Wolfang sostuvo una conversación con su amigo poeta y actor Enmanuel Schikaneder, quien se encontraba en la búsqueda de un compositor para la música de la opera que quería componer.
La obra en tonalidad de mi bemol mayor, está compuesta por dos actos en el género singspiel. Asimismo, posee varias arias para soprano, además de recitativos con acompañamiento orquestal. El argumento de esta historia se encuentra inspirado en referencias a la masonería que tanto Mozart como Schikaneder compartían. El libreto estuvo inspirado en obras como Yvain, el Caballero del León de Chrétien de Troyes, el ensayo Über die Mysterien der Ägypter, que habla sobre los misterios egipcios, así como también en la novela egipcia Sethos. La ópera se presentó por primera vez en el Theater auf der Wieden de Viena y contó con la dirección del propio Mozart.
Réquiem en re menor K.626
De manera simultánea a la composición de la flauta mágica, Mozart también escribía la misa de Réquiem en re menor, otra de las más importantes e interpretadas. Esta fue la última obra que compuso. También se encuentra definida como una de las más importantes en cuanto a su calidad musical; se caracteriza por sus cromatismos para dar toques sombríos, por su utilización de clarinetes bajos y trombones para dibujar un ambiente de terror. Esta obra sería para el Conde Franz von Walsegg, un aristócrata austríaco, quien la encargó para el funeral de su esposa. Debido a su deceso, Wolfang no llegó a terminarla, su discípulo Süssmayr se encargó de completar la pieza después del sexto compás del Lacrimosa, con las indicaciones que el austríaco había dejado en la partitura.
Sinfonía 40
Mozart compuso 41 sinfonías, la penúltima de ellas era llamada «la grande» o «gran» sinfonía en sol menor, con el objetivo de diferenciarla de la número 25, «la pequeña», ambas escritas en la mencionada tonalidad de sol menor. Cuenta con una orquestación reducida: una flauta, dos oboes, dos fagotes, dos clarinetes, dos trompas y, por supuesto, la sección de cuerdas completa, donde se incluían tanto primeros como segundos violines, violas, cellos y contrabajos. A principios del siglo XIX, los amantes de la música académica la han calificado como «romántica». De esta manera, se ha convertido en una de las obras clave a interpretar por toda orquesta a nivel mundial. Escucharla puede producir sentimientos de tristeza e, incluso, sensación de tragedia y drama; esto pudo deberse a los problemas económicos por los que pasaba, además de la soledad en la cual se encontraba. La obra en cuestión se divide en cuatro movimientos: Allegro, Andante, Minueto y Allegro Assai o Finale. Se encuentra definida como una de las más célebres del compositor austríaco.
Sinfonía 41
Quince días después de su estreno en el mes de abril de 1791, Wolfang finalizó la composición de su sinfonía número 41, la cual responde al nombre de «Júpiter». Se cree que el empresario y también músico alemán, Johann Peter Salomón, pudo haber colocado el nombre en cuestión para representar la suprema felicidad. Esta fue la última pieza compuesta en este género. Con la realización de esta obra, Mozart quiso representar la posibilidad que se tiene de superar todos los obstáculos.
El misterio de su muerte
La muerte de Mozart ocurrió el 5 de diciembre de 1791, cuando apenas tenía 35 años de edad. Hasta la fecha, se desconoce cuál fue la verdadera causa que produjo este desenlace, tampoco se sabe con certeza en qué lugar fue enterrado. Según diversas teorías, su fallecimiento pudo deberse a varios motivos, por ejemplo: envenenamiento con mercurio, resfriado, triquinosis o daños en uno de sus riñones debido a la recurrente ingesta de bebidas alcohólicas.
Tras más de 200 años de música, el legado de Wolfang Amadeus Mozart se encuentra más vigente que nunca. Cada una de sus sinfonías, sonatas, óperas y demás obras reflejan su profesionalismo, así como también las intensas emociones producto de las situaciones que vivió a lo largo de su vida.