La práctica artística de la barbadense Annalee Davis, posee el carácter de su investigación no solo en cuanto a raigambre cultural del contexto, sociedad e historia del Caribe, sino que entreteje relaciones a nivel de lo que se conoce como «Sur Global». Frecuenta exponer en museos, galerías, proyectos internacionales, residencias y otros insumos que elevan su perfil de artista.
Con su muestra titulada Heartseed, exhibida a fines de 2019 en TEORéTica, curada por Miguel Ángel López, motivó extrañamiento, profundidad, poesía, y eso solo sucede cuando la artista se convierte en esencia del arte y fluye en este. Ella, cuando investiga el medio e historia de su país, Barbados, a quien investiga es a sí misma, logra invertir en lo autobiográfico que concierne al dominio de sus experiencias.
Su investigación artística analiza la tierra, la cultura, la historia del Caribe estudiada a través de los gestos, lenguajes no verbales como la kinésica, prosémica, paralinguística, apreciados en danzas, conversaciones y actuaciones cotidianas de los caribeños. Motiva a preguntarle: ¿cómo vincula el contexto y entorno de un país como el suyo, con lo que es, o con lo que le gusta hacer a ella, y reflexionar sobre el valor de estos activadores.
Annalee responde:
«Sentí una profunda sensación de dislocación cuando era joven, lo que provocó un deseo de pertenecer a algo más grande y diferente a la geografía y espacialidad en la que crecí. La educación y los viajes dentro del Caribe facilitaron la comprensión de los desafíos históricos dentro de nuestros espacios poscoloniales, incluidas las jerarquías raciales y patriarcales opresivas y exclusivas que ejercen continuamente nociones de supremacía o inclusión.
»Estoy interesada en las historias más íntimas detrás del poder y ofrezco contrapuntos a las construcciones fijas de la plantación, exponiendo la historia de la plantación de Barbados enterradas en el suelo, en el imaginario público e inadecuadamente documentadas en los archivos».
Piel superficial
Uno de los signos captados al recorrer el espacio expositivo de TEORéTica, fue el de la tierra, tanto como materia orgánica cultivable o idea de territorio, con el paisaje humano y ambiente, o personajes del lugar. Contienen en esa piel marcas evocadoras del evento histórico que nos recuerda lo que fueron o son hoy, y que se observan en gráficos, textos escritos por sus cultores e investigadores visuales.
Son registros de trazos de papel que nos hablan de personajes sociales, raciales, coloniales, y en todo esto hay signos de memoria cultural, que delatan la forma como resolvieron su subsistencia y que no desaparece a pesar de las nociones de tiempo: vicisitudes de colonización, tormentas que azotaron el archipiélago, y tribulaciones naturales, pero también contingencias sociales y políticas. Esa piel es un paso a través de una condición, un viaje entre mares e historias que conocen la esclavitud y la dependencia de los centros (Barbados se independizó en 1966 del Reino Unido).
Para mí, estos componentes del paisaje son como un museo viviente, que permanece en su memoria al leer los signos: el color de la tierra, el carácter de su textura, su acidez, los cultivos y las técnicas agrícolas. Estos son aspectos que afectan la percepción de los cultivos, que también son interesantes de reconocer, ya que son frutos del planeta. ¿Por qué su conexión con la tierra, con el medio ambiente, donde también organiza residencias para artistas internacionales? ¿Cuál es el simbolismo de la agricultura y la tierra elaborados con su trabajo visual? ¿Cuáles son los límites de esa propiedad sagrada y anhelada, que es su tierra y cultura?
«Barbados ha acumulado capas de explotación agrícola y humana desde principios del siglo XVII, convirtiéndose en parte de un fenómeno global más grande que ahora se conoce como "Plantationocene", por su transformación en una plantación. Inicialmente rica en biodiversidad, la tierra fue deforestada casi por completo cuando el Imperio Británico comenzó su primera "isla azucarera" en Barbados; era símbolo de riqueza y poder para una nueva nobleza británica cuyas economías extractivas dependían de la esclavitud y la explotación de mano de obra extranjera para mantener prácticas agrícolas monocultivo. Dentro de ese sistema, pequeñas parcelas, no aptas para la agricultura, fueron entregadas a trabajadores (contratados y/o esclavizados) para cultivar alimentos, convirtiéndose en lo que la filósofa jamaiquina Sylvia Wynter llama una "fuente de resistencia cultural subversiva al sistema de la plantación". A pesar de los horrores rutinarios, estas tierras marginadas se convirtieron modelos para su subsistencia. Se centran en el Caribe, los trabajadores, quizás las familias migrantes, la esclavitud, las prácticas de explotación, incluso los vestidos definen, como lo aprecia el curador de la muestra Miguel Ángel López, un paisaje o cartografía... del cuerpo, de la tierra y de la historia».
Son gráficos inmemoriales con una idea de la tela o bordado, que aparece no solo en los dibujos como una capa de experiencias socioculturales, colorido que también vende y consume el turismo, pero también hay capas de distanciamiento, tramas de nostalgia para un entorno que la modernidad derrumbó, borró, bloqueó, arteria o surco a través del cual corre la sangre que irriga la figura central de su propuesta. ¿Cuál es su definición de «Corazón semilla» y el intento de externalizarlo en una muestra?
«Aprecio su uso del término "alejamiento", porque creo que los caribeños se han sentido alejados del suelo bajo nuestros pies. Dada nuestra historia traumática y las circunstancias profundamente inhóspitas que rodean el experimento colonial por el cual este archipiélago nació, y dado el hecho de que este fue uno de los primeros lugares en el mundo donde su nacimiento como empresa económica precedió a su evolución social, estamos enajenados por ese modelo.
»Heartseed, es una fina enredadera que se encuentra como una maleza que crece en los bordes de las carreteras, su nombre deriva de la pequeña semilla negra que posee la imagen de un corazón blanco. La planta es popular entre las mariposas, la usan como material para anidar. Incorporo esta planta como un patrón en un vestido usado por una mujer en la fase posgenerativa de su vida, incluida en la serie de dibujos "Segunda primavera". Necesitamos anidar aquí, finalmente».
Las hojas de contabilidad como las usadas en el siglo pasado, para anotaciones y números, son otra estratificación visible en sus trabajos, concebida como una cuadrícula o marco de esos lenguajes complejos de la economía, donde variables como la influencia del tiempo atmosférico, que también suelen acechar la agricultura pueden tener una voz; o la temporalidad del reloj que arrastra nociones de ayer, hoy, mañana. Todas estas son como el bajo continuo en los ritmos musicales tradicionales del Caribe, un pulso fijo en el que se montan diferentes figuras compositivas, pero también canciones y danzas, a veces son contenidos precisos y, en otros gestos, son notaciones de una danza vernácula.
Es por eso que quizás me motiva a considerar la muestra como marcas en la piel de la memoria, pero no es un recuerdo perpetuo, sino un tejido que respira, se ensancha o se encoge, desborda. ¿Qué te dicen los bordados? ¿Cuál es el simbolismo de esos marcos, retículas, o tejidos?
«El encaje de la reina Ana, tanto la planta ("Daucus carota" / zanahoria silvestre) como el patrón, han estado en mi trabajo durante algunos años. Dibujar formas parecidas a encajes sugiere archipiélagos flotantes o tiestos de porcelana y arcilla del siglo XVIII al XIX desenterrados de los antiguos campos de plantaciones, infieren historias fragmentadas repletas de inconsistencias y fisuras. Si bien muchas fuentes de archivo disponibles están en la tradición oral del hombre blanco, estas delicadas formas serpenteantes aluden a la presencia de mujeres en la plantación, su trabajo no remunerado en espacios domésticos y deseos compartidos de elegancia y refinamiento. En medio del horror, los dibujos de sombras proyectadas por encaje en las páginas del libro de contabilidad, hacen referencia a una necesidad común de belleza, proponiendo que los espacios postcoloniales e independientes también tengan cabida adentro de esa idea de belleza.
»Además, el bordado reconoce las nociones de incertidumbre de Edouard Glissant y el pensamiento rizomático, reconociendo que el caos de nuestras vidas es importante y debe considerarse en todo su noción de (des)orden».
Bordado de signos
Los dibujos en colores y medios mixtos representan estudios gráficos de una investigación sobre plantaciones, cañaverales con dibujos de raíces, lo que está debajo de la superficie y no se ve, pero que estos extraen nutrientes y, por lo tanto, vida. Es un rizoma que se entiende sin saber dónde, pero de repente brota en una nueva superficie y reinicia el sistema. Insisto en la idea del bordado, ¿es esa raíz de cultivos en la tierra la que inspira tu percepción? ¿Cuánto motivará nuevos proyectos o estás dispuesto a darle continuidad?
«Cuando era niña, pasaba horas tirada en el suelo en nuestro patio mirando las copas de árboles de caoba en forma de encaje a través de las cuales podía ver el cielo. Mientras camino por los campos, observo patrones de encaje en el suelo agrietado, en las enredaderas y en los arbustos silvestres que entrelazan con la caña de azúcar.
»Mi serie de dibujos de plantas silvestres evocan una revolución silenciosa en los antiguos campos de caña de azúcar: su tejido subterráneo de raíces que se buscan mutuamente mientras se reafirman en un paisaje históricamente imperial.
»Respecto a su pregunta, trabajo en nuevos dibujos que analizan las realidades de nuestras vidas, especialmente aquellas partes no reconocidas de los árboles genealógicos que ignoramos pero que se manifiestan en nuestros seres corporales. Estas vidas enredadas se están derramando sobre el papel».
Annalee, comenta en una statement publicado en su sitio web, que centra su trabajo creativo e investigación, en un sitio previamente operativo como la plantación de caña de azúcar del siglo XVII. Y añade:
«Excavando en el suelo, extraigo fragmentos de los siglos XVII y XVIII y examino los archivos familiares y públicos para desentrañar la historia de varias capas de esta antigua plantación, subvirtiendo su registro comercial» (véase aquí).
Residencias en Fresh Milk
Me interesa conocer su idea de lo que es una residencia, y especialmente la que se elabora a partir de la experiencia con la tierra, el campo, los cultivos, pero también las canciones y bailes que los trabajadores cantan durante las horas de trabajo. Son gestos desafiantes que instigan a ser parte de esa cadena experiencial. Para las residencias artísticas que organiza en Fresh Milk, y sus frutos o resultados de este carácter de estudio, ¿cuánto estimulan a repensar tu propia investigación? ¿Cuán real es esta percepción?
«Fresh Milk mitiga el aislamiento mediante la construcción de estrategias colectivas de supervivencia para artistas jóvenes y apoya los cambios transformadores en el entorno del arte contemporáneo, incluido su programa de residencia que ha acogido a 63 artistas locales, regionales e internacionales. La presencia de las residencias en el sitio de una antigua plantación de azúcar se mueve en contra de la historia al apoyar el intercambio intelectual, el pensamiento crítico y la acción creativa. Los artistas son un grupo de riesgo en el Caribe y Fresh Milk ofrece espacios seguros para aquellos que a menudo se sienten afectados, a través de la residencia, tiempo de reflexión, trabajar y construir redes.
»No puedo decir que sepa que los trabajadores cantan mientras trabajan la tierra, pero hay tradiciones de resistencia cultural. Esto puede incluir prácticas religiosas afro-sincréticas, o tocar música tuk afro-polirrítmica subversiva, usando instrumentos de la banda de música británica porque los tambores africanos fueron prohibidos durante el período de esclavitud.
»A través de varios programas locales, regionales e internacionales, Fresh Milk contribuye a dar forma a una comunidad artística más amplia, inspira diferentes interpretaciones de paisajes en conflicto al tiempo que demuestra el poder de la ciudadanía activa colectiva que da nueva forma a nuestros espacios culturales. Estas acciones colectivas me inspiran».
Diría, y con esto concluyo, que el trabajo creativo e investigativo de Annalee Davis confirma su papel en la práctica artística: actuar cavando entre estratificaciones, no solo físicas, geográficas, sino históricas, para descubrir el valor de un tiempo, y sus hilos que se pueden volver a tejer, a bordar; pero no es el tiempo que corre como el segundero, rápido y se aleja, sino el fractal, el que permanece, siempre dispuesto a brotar, lenguaje de la poética, de la creatividad, de la plantación interior que ella tiene adentro: de su Heartseed.