En 2014, el comité noruego que otorga el Premio Nobel de la Paz lo entregó a una joven de 17 años, Malala Yousafzai, paquistana, quien dos años antes había sido baleada en el rostro por los talibanes por defender el derecho de las niñas a asistir a la escuela, condición negada por los fundamentalistas islámicos que ocupaban su ciudad. Un extremista subió al bus de los escolares y preguntó «¿quién es Malala?». Al identificarse, el Talibán disparó a su cabeza. Malala sobrevivió, tuvo el apoyo de grandes personajes mundiales y ha continuado su lucha como activista de los derechos de las niñas a la educación. Desde el año 1901 que se entregó el Premio Nobel de la Paz por primera vez, solo 17 veces de un total de 95, ha sido entregado a mujeres, lo que hoy no sorprende a nadie.
El Estado opresor es un macho violador
Las Tesis, cuatro mujeres chilenas de Valparaíso, de las cuales desconozco su biografía, han hecho una contribución gigantesca a la causa de los derechos civiles de las mujeres al denunciar a través de una coreografía, con música y un potente mensaje, uno de los crímenes más antiguos en la historia de la humanidad, como es la violación.
Su impacto ha sido global porque los Estados han sido débiles en legislar y condenar lo que no siempre se ha considerado un delito. A modo de ejemplo, la semana pasada en la India, una mujer fue rociada con gasolina en un tren y quemada viva por 5 hombres, cuando se dirigía a declarar ante el juez la «supuesta» violación a la que había sido sometida en diciembre pasado por dos de los asesinos. La prensa indica que 33.000 mujeres fueron violadas en ese país en 2017 de las cuales 10 mil eran menores de edad.
Esas son las cifras oficiales, denunciadas. Nunca sabremos las cifras reales, como ocurre en todo el mundo y en nuestro país. Cuando la noticia trascendió a los medios, un grupo de mujeres en la capital, Nueva Delhi, adaptaron e improvisaron la coreografía, música y letra de Un violador en tu camino. El mensaje tiene una fuerza y denuncia universal y por ello no es raro que hoy se esté replicando en muchas ciudades del mundo y seguramente continuará sucediendo por ser un grito del alma que debiera avergonzarnos a todos los hombres.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía
La historia ha sido escrita por hombres y siempre las guerras y ocupaciones han hecho de las mujeres botines y premios para los vencedores. El poder, vale decir el Estado, no solo ha sido cómplice si no más bien ha estimulado y «normalizado» la violación, como ocurrió a lo largo de todo el siglo XX y continúa ocurriendo hoy en lugares de conflictos y guerras. Aún están vigentes las reclamaciones y compensaciones que exige Corea a Japón por el sometimiento y abuso de las llamadas «esclavas sexuales» que dispusieron los japoneses quienes invadieron el país por 35 años, entre 1910 y 1945, acuñando el lema de «los hombres de esclavos, las mujeres de putas».
Sobreviven aún las últimas de las esclavas abusadas por el imperio japonés que ha pedido perdón de manera oficial a través del Primer Ministro, ha compensado económicamente a la docena de sobrevivientes, pero se niega a que se levante un monumento en memoria de las miles de mujeres prostituidas y violadas. La invasión nazi a los países ocupados por sus tropas y en especial los del este europeo en la Segunda Guerra Mundial podrían llenar páginas y páginas de libros de testimonios de niñas y mujeres violadas. Lo mismo con la entrada del ejército soviético a Berlín, o el sometimiento de las vietnamitas por las tropas estadounidenses y la transformación de Saigón en un gran prostíbulo, son historias no contadas plenamente.
Seguramente no debemos ir tan lejos y podemos preguntarnos cómo actuaron las tropas chilenas cuando ocuparon Lima, o los testimonios de ciento de mujeres violadas por nuestros uniformados durante la dictadura militar pinochetista. Militares condenados por crímenes hay muchos cumpliendo condenas, ¿cuántos por violación? ¿Cuántos suicidios de jóvenes violadas que no pudieron soportar el dolor, la humillación ni la vergüenza? ¿qué hombre puede explicar el sentimiento de una mujer abusada por uno, dos, cinco, 10 o más violadores en su camino de vida?
El violador eres tú
El aporte de Las Tesis a la reivindicación de las mujeres de su cuerpo, su derecho a vestirse como quieran y decidir por ellas, es un mensaje educativo para la sociedad y para los hombres. Ya se ha intentado banalizar Un violador en tu camino de manera machista, la más natural obviamente, cambiando la letra, o con imitaciones burlescas como la efectuada por un grupo de futbolistas en México y subida a las redes sociales.
Continuaremos escuchando cada vez más testimonios de mujeres que fueron abusadas en el pasado, que han vivido con el secreto y que hoy el mensaje de Las Tesis las ha ayudado a hacerlo público. Debemos impulsar el reconocimiento universal del mensaje de estas cuatro mujeres de Valparaíso a través de su postulación al Premio Nobel de la Paz por su inmenso aporte a los derechos e igualdad de las mujeres. Las instituciones chilenas deben enviar antes del 1 de febrero del 2020 la postulación de #LasTesisAlNobel al Comité Nobel Noruego, lo que seguramente contará con el apoyo transversal de las mujeres del mundo.