— ¿Quién causa tanta alegría?
— ¡La Concepción de María!(Canto a la Virgen de la Inmaculada Concepción, autor desconocido)
«... a quien vosotros cariñosamente llamáis La Purísima...»
(Su Santidad Juan Pablo II, Managua, Nicaragua, 1983)
Actualmente, la celebración de La Purísima es una fiesta tradicional dedicada a la Virgen María de la Inmaculada Concepción, celebrada a lo largo de toda Nicaragua comenzando el 28 de noviembre y terminando el 8 de diciembre. Es la fiesta más popular del año para la mayoría de los nicaragüenses, quienes, por lo general comienzan a hacer sus preparativos varias semanas y en algunos casos varios meses antes. Durante todas estas noches incluye rezos, canciones, comidas y bebidas tradicionales, a veces fuegos artificiales, y procesiones vespertinas. Es un momento tan importante para algunas familias que éstas comienzan sus preparativos para La Purísima del año siguiente la semana después de terminar la más reciente celebración.
La Celebración de La Purísima
La celebración de La Purísima comienza el 28 de noviembre con la colocación de un altar decorado con flores y otros adornos en la parte delantera de una iglesia, recinto público, o delante de una casa particular—algunas veces en las salas de éstas (casi siempre visible desde la calle). El altar puede ser un mueble construido específicamente para la Purísima o una mesa con una cubierta que, en algunos casos, se usa solo para esta celebración. Muchas de las cubiertas son de lino antiguo bordadas a mano, y algunas de las imágenes de la Virgen de la Inmaculada Concepción son centenarias.
La imagen de la Virgen se coloca en el centro del altar, muchas veces en posición elevada. La imagen se rodea de flores y velas a ser encendidas durante las noches de las festividades. Delante de este altar, en algunos lugares se ponen filas de sillas a ser ocupadas por feligreses, la familia de la casa, sus amistades y vecinos invitados a la celebración. Una vez reunidos todos, comienzan a rezarle a la Virgen alternando con canciones dedicadas específicamente a la Virgen de la Inmaculada Concepción. Estos rezos y canciones incluyen el uso de música en vivo, pitos y otros acompañamientos. A la vez, y también después de rezar y cantarle a la Virgen, se lanzan chimbombas y petardos que contribuyen al bullicio de la celebración.
Se le ofrece a los asistentes comidas y bebidas—frutas, golosinas, caramelos tradicionales acompañados de frescos naturales y gaseosas. A esto se le llama popularmente «La Gorra» o «el Brindis». Algunas casas les regalan juguetes a los niños más chicos y en otros casos hasta hay rifas de pollos (congelados), kilos de frijoles y arroz, y hasta ropas nuevas—las cuales se pueden guardar para las celebraciones de Navidad. Así que una noche de celebración que comienza al atardecer puede continuar hasta las tempranas horas de la madrugada.
Muchas veces, las celebraciones de las primeras noches en casas particulares son privadas. Pero para la última noche, ya se convierte en un evento público. La gente recorre las calles al anochecer del 7 de diciembre y se detienen en las casas que tienen altares confeccionados para La Purísima. Al acercase a la puerta, gritan: ¿Quién causa tanta alegría? y la gente, desde adentro, contesta: ¡La Concepción de María! Con eso se inicia el canto en honor a la Virgen y se reparten recuerdos y regalos a las personas que pasan saludando y uniéndose a los rezos y cantos.
Estos cantos, que muchos nicaragüenses se los saben de memoria, incluyen: Tu gloria, Tu gloria, Pues concebida, Oh Virgen de Concepción, Salve Virgen Bella, Salve, salve cantando a María, Dulces Himnos, Por eso el cristianismo y Toda hermosa eres, María. El único canto que no es nicaragüense es Del cielo ha bajado, que se le conoce en otros países como el Ave de Lourdes, que alude a las apariciones en 1858 de la Virgen María en Lourdes, Francia. Estas canciones, acompañadas de los rezos, expresan la devoción y gratitud a la buena fortuna o «milagros» que la Virgen de la Inmaculada Concepción les haya otorgado.
Cada familia y cada local le pone un toque especial a la fiesta. En algunos locales, incluyendo las ciudades de Granada, León, y Masaya, se realizan multitudinarias procesiones vespertinas.
En Granada, cada noche hay un barrio diferente que está señalado para recibir a la procesión. Los oriundos de estas calles son encargados de decorar una calle específica a su gusto para honorar a la Virgen. En la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, donde tiene su sede permanente la Virgen, la imagen se coloca encima de una carroza enorme de madera vieja oscura (probablemente de caoba). La carroza está cubierta de flores y otros adornos en honor a la Virgen y es cargada por decenas de hombres fuertes por el peso de dicha carroza. La procesión sale desde la Catedral, ubicada en el centro histórico de la ciudad, y de ahí la Virgen pasa por un trayecto predeterminado para llegar a la calle a la cual le corresponde recibirla, visitando a sus feligreses y otras iglesias de Granada en el camino, deteniéndose cada vez en cuando para que le canten. Sin duda, al conocer otras grandes procesiones se imaginarían como los locales de distintos sectores y clases socioeconómicos salen a acompañarle a la Virgen por su recorrido por la ciudad. Al final, después de un recorrido de la procesión de larga duración, la imagen y la carroza regresan a su casa en la Catedral. Esa visita de la Virgen a sus feligreses se realiza solamente una vez al año, durante la celebración de La Purísima.
Sin duda deben de preguntarse, ¿de dónde viene esta celebración—como comenzó todo esto? Pues es un poco misterioso: existen leyendas e historias de como las imágenes de la Virgen de la Inmaculada Concepción llegaron a Nicaragua, y otras versiones existen en cuanto a cuando comenzaron las celebraciones novenarios que anticipan la celebración del Día de la Inmaculada Concepción.
He aquí algunas, además de contarles de la celebración de La Purísima, la fiesta más importante de toda Nicaragua:
La Virgen del Lago
Existen relatos sobre la llegada de otras imágenes de la Virgen de la Inmaculada Concepción a Nicaragua. Uno de ellos cuenta que, en 1721, un grupo de lavanderas vieron una caja flotando en las aguas del gran Lago Cocibolca—cerca de la ciudad de Granada.
Las lavanderas intentaron recogerla, pero la caja se les alejaba con la corriente de las olas cada vez que estaban a punto de lograrlo. Finalmente fueron en busca de ayuda con los frailes franciscanos del cercano Convento de San Francisco. Al lograr alcanzar la caja, éstos la llevaron a las riberas y la abrieron. Para su gran sorpresa, encontraron a su interior una imagen de la Virgen María sosteniendo al niño Jesús, con el rótulo La Purísima Concepción para la ciudad de Granada.
De acuerdo con la leyenda, esta caja llegó al Lago Cocibolca por medio del río San Juan que se desemboca en el Mar Caribe. Esto quiere decir que la caja habría viajado por las aguas en dirección río arriba, en contra la corriente, o sea, una hazaña inverosímil. Pero se entiende que su punto de origen fue el Castillo de la Inmaculada Concepción, ubicado en las orillas de ese río, en el actual departamento de Rio San Juan. Es desde este Castillo que la joven heroína nacional Rafaela Herrera logró liderar exitosamente a las tropas locales en contra de una invasión de piratas/corsarios británicos, liderados por el mismísimo Sir Francis Drake.
Existe otro relato similar en relación a la llegada de una imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción a Granada, pero esta vez llegó acompañada de dos imágenes de la Virgen de la Asunción. Éstas también aparecieron flotando en tres cajones diferentes en el Lago Cocibolca, cerca del antiguo muelle de la ciudad de Granada. Se mantiene que fueron halladas por un grupo de lavanderas, pero éstas lograron recoger los varios cajones de madera del agua sin ayuda. Llevaron a los cajones al Convento San Francisco, ya que las lavanderas encontraron que cada caja indicaba las ciudades a donde iban dirigida cada una de las imágenes: Granada y Juigalpa recibirían las imágenes de la Virgen de la Asunción, y Masaya recibiría la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción.
La Imagen de Don Lorenzo de Cepeda y Ahumada
Hace casi 450 años, en la ciudad de El Viejo, Departamento de Chinandega, llegó a Nicaragua una imagen de la Purísima Concepción de María en las manos del español Don Lorenzo de Cepeda (1519-1580), quien viajaba hacia Perú. A causa de a una tormenta tropical, su barco se detuvo en el entonces puerto de El Realejo. Desde ahí, Don Lorenzo salió hacia el pueblo hoy conocido como El Viejo en busca de ayuda y albergue en el convento y centro de asistencia médica de los Frailes Franciscanos ya que su hermana, la ahora Santa Teresa de Ávila y fundadora de las Carmelitas Descalzas, era monja franciscana.
Don Lorenzo encomendó a su imagen temporalmente a la iglesia de El Viejo, pero los habitantes, al enterarse de la llegada de esta imagen, comenzaron a llegar a la Parroquia para admirar a la «Niña Blanca». Dentro de poco tiempo, la imagen adquirió prestigio de milagrosa. Al irse Don Lorenzo de regreso a su embarcación—acompañado de su imagen—los locales le rogaron que la dejara en la Parroquia. Pero él tenía que partir y, a pesar de las protestas y ruegos, empacó su imagen y se fue a El Realejo para embarcarse nuevamente hacia Perú.
Al salir su barco al mar, llegó otra tormenta haciendo imposible el viaje. El barco tuvo que regresar al puerto. Así que Don Lorenzo y su carga se encontraron nuevamente en El Realejo. De ahí, Don Lorenzo volvió a salir hacia El Viejo acompañado por su imagen. Las tormentas y el regreso forzado del viajero fueron considerados por los locales como señal de que la Virgen había encontrado a su verdadero hogar en El Viejo. Don Lorenzo finalmente cedió a los deseos de los pobladores—y de la Virgen—regalándoles así la imagen. De ahí, Don Lorenzo partió nuevamente hacia el Perú—esta vez, sin tormenta.
Con el tiempo, y tras apoyar a la corona española en la «pacificación» indígena, Don Lorenzo arribó a Quito, Ecuador, donde estableció su hogar por más de 20 años y ejerció varios cargos incluyendo: Regidor del Cabildo, Tesorero, Teniente de Gobernador y Alcalde. Falleció en Ávila, España, en 1580 acompañado de su hermana la ahora Santa Teresa. Su hija Teresita se convirtió en la primera Carmelita Descalza americana.
La Celebración de La Purísima en El Viejo, Nicaragua
Al pasar de los tiempos, la devoción a la Inmaculada Concepción de El Viejo creció enormemente. Se le ha agregado al lugar donde ella está colocada un elegante altar de madera, lleva una corona de oro y otras joyas de oro y piedras preciosas donadas por devotos por gracias concedidas.
Como en muchas otras partes de Nicaragua, la fiesta de La Purísima es celebrada iniciando un novenario el 28 de noviembre con novenas a las 6:00 p.m., por las mañanas misas a las 6:00 a.m., y rezo del Santo Rosario. Para el 6 de diciembre incluye un derroche de pólvora. Pero durante la mañana del 6 de diciembre se celebra algo muy especial, que solo se ve en El Viejo. Esto es la «Lavada de la Plata» que comienza con una misa concelebrada con el obispo de la diócesis y varios sacerdotes de toda Nicaragua. El fin de esta ceremonia es limpiar las piezas de plata que conforman el Tesoro de la Virgen.
Después de la misa, la Virgen es bajada de su camarín mientras que sus feligreses hacen fila para venerar la imagen de la Virgen y pagar sus promesas por los favores recibidos. Las piezas de plata son puestas sobre mesas accesibles al público, quienes hacen fila para tomar su turno limpiando una parte de este tesoro de la Virgen con paños y algodón impregnados de agua con limón y bicarbonato. Se frotan estas piezas hasta quedar limpias. Este acto también simboliza la lavada de los pecados de las almas de los participantes. Al terminar la limpieza el devoto entrega una ofrenda a la mayordoma encargada de la actividad.
En El Viejo también se celebra la llamada «Bendición del agua con la Corona de la Virgen». En este caso, el sacerdote sumerge la corona de la Virgen en un recipiente con agua. Después, esta agua bendita se reparte entre los feligreses.
La Gritería
La celebración de «La Gritería» se inició en 1857. Es una fiesta religiosa y folklórica que origina en San Felipe de León, Departamento de León, pero también se celebraba en El Viejo y Granada, ya que ahí existían misiones Franciscanas.
Se celebra la noche del 7 de diciembre, víspera de la fiesta católica de la Inmaculada Concepción de María. Es la celebración más pública de La Purísima. Es en esta noche que los devotos de la Virgen de la Inmaculada Concepción recorren las calles y visitan diferentes altares erigidos en honor a la Virgen, en templos y casas particulares, realizando rezos, cánticos y quemando cohetes, juegos pirotécnicos y otros fuegos artificiales.
Es en esta noche donde más se escuchan a las personas recorriendo las calles gritando
¿Quién causa tanta alegría?
y escuchando la respuesta de
¡La Concepción de María!
La Celebración Final de La Purísima
La celebración de La Purísima finaliza el día 8 de diciembre. Es un día feriado en todo el país para permitir a los nicaragüenses honrar a la Virgen de la Inmaculada Concepción al asistir a misa, rezar y cantar las canciones tradicionales por última vez ese año.
Para finalizar, dejamos este video de La Solemne Procesión de la Inmaculada Concepción de María, Granada, Nicaragua, 8 de diciembre de 2014: