Es difícil no cuestionarse qué tienen la vagina y el clítoris, esos grandes desconocidos, como para condecorarlos con un museo. Pese a que la vagina, vulva y clítoris, miembro que posee más de 8.000 terminaciones nerviosas y cuya única función es brindar placer, son tres cosas distintas, gran parte de la población humana ignora su existencia y su influencia en la sexualidad.
Ante este desconocimiento, la británica Florence Schechter comenzó a crear una recopilación de los genitales femeninos. Lo hacía tras descubrir que, en el gélido Reikiavik islandés, existe un museo que cuenta con trescientos penes distintos. Esta colección fálica debió remover algo en ella que le hizo comenzar su propio compendio en 2017 y ahora, tras 2 años de investigación y de viajar como museo itinerante por el Reino Unido, abre sus puertas el próximo 16 de noviembre en Londres, en el alternativo rincón londinense de Camden Market, el primer espacio museístico dedicado a la vagina del mundo. La apertura contará con una exposición inaugural titulada Muff Busters: Vagina Myths And How To Fight Them.
Según su fundadora este pionero museo ansía un mundo en el que nadie se avergüence de su cuerpo. El objetivo asegura es dar confianza a la gente para hablar de los asuntos relacionados con la anatomía ginecológica, erradicar el estigma sobre el cuerpo y su placer, actuar como un foro a favor del feminismo y los derechos de la mujer y de la comunidad LGBT, erradicar la conducta cisnormativa y heteronormativa y promover los valores interseccionales, feministas y transinclusivos. Sin ningún sesgo de vinculación directa con el sexo, el erotismo y la pornografía, este primer museo dedicado a la vagina está pensado para informar, romper mitos y poder hablar sin tabúes sobre temas de salud.
A la par, los eventos que se presentarán en el Museo de la Vagina pasan por stand-ups, charlas, comedias, musicales, obras de teatro, sesiones educativas, clases de crochet de vulvas y más. Ello, sin olvidar que sus actividades podrán tener una accesibilidad para familias y colegios interesados en la promoción de la educación sexual.
Según Schechter el museo es una forma fantástica de comunicar el mensaje de que no hay nada vergonzoso u ofensivo acerca de la vagina. Según un estudio del centro de investigación Eve Appeal, el 65 por ciento de las mujeres entre 16 y 25 años asegura que le cuesta pronunciar las palabras vagina o vulva. Cerca de una de cada cuatro mujeres en Gran Bretaña no asisten a un examen cervical, según un sondeo de Jo’s Cervical Cancer Trust publicado en enero. Casi tres cuartas partes de las mujeres dijeron que no se lo realizaron por vergüenza. La menstruación sigue siendo tabú en muchos países. En Nepal, las mujeres son alejadas de sus casas durante sus períodos, una práctica de siglos de antigüedad que ahora es ilegal, y muchas han muerto por inhalación de humo tras encender fuegos para resguardarse del frío.
Para la fundadora el museo será importante sobre todo para las niñas a fin de que se sientan cómodas hablando de los genitales femeninos desde pequeñas. Agrega que el museo será inclusivo para todos los géneros porque «no todo el que tiene vagina es mujer y no toda mujer tiene vagina».
Schechter ha sido capaz de abrir el museo tras una exitosa campaña de crowdfunding con la que ha reunido 50.000 libras. Además de exposiciones, Vagina Museum contará también con stands up de comediantes, pases de películas y hasta una tienda llena de merchandising.
De acuerdo a los especialistas en la materia, los exámenes ginecológicos y clínicos deben realizarse con frecuencia y respondiendo a cada etapa del crecimiento. La consulta pediátrica o con un especialista en adolescentes servirá para chequear el control de peso, la talla y el desarrollo de los caracteres sexuales. Si se reconoce alguna alteración o ante la aparición de flujo, vulvitis o de irregularidades menstruales, será adecuada la primera consulta con una ginecóloga especialista en adolescentes, explican desde el Instituto Halitus. Luego, durante la adolescencia se destaca como fundamental una charla con un especialista en ginecología infanto-juvenil sobre relaciones sexuales, métodos anticonceptivos y demás cuidados.
A partir de la reciente publicación de un libro fotográfico que incluye imágenes de vulvas, el filósofo esloveno Slavoj Zizek ha hecho un llamamiento a «proteger el misterio de la vagina», ya que este proceso de «desfetichización» las convierte en órganos sexuales ordinarios y ocasiona la pérdida del deseo.
«Deshacerse de la fetichización masculina de la vagina como el objeto misterioso último del deseo (masculino) y reclamar la vulva para las mujeres» puede llevar a «una realidad gris en la que el sexo está totalmente reprimido», advirtió el filósofo en una columna en Spectator. Su ataque a la idea de la vagina como el objeto fetichizado del deseo masculino también amenaza con socavar la estructura básica de la sublimación sin la cual no hay erotismo. Lo que queda es un mundo plano de realidad ordinaria en el que la gente pierde toda la tensión erótica. Muestran sus órganos 'desfetichizados' que son solo eso: órganos ordinarios» escribió Zizek, en relación al libro de la fotógrafa Laura Dodwsorth, que incluye imágenes de más de 100 vulvas.