En memoria de Theresa Hak Kyung Cha.

A woman who was found slain in a Chinatown parking lot was identified yesterday as Theresa Hak Kyung Cha, 31, of 247 Elizabeth St.

El New York Daily News apenas dedicó dos líneas para despedir —dos días tarde— a una artista avant-garde profundamente brillante. Su muerte está envuelta en capas de violencia, y entre ellas, la indiferencia es impactante. Tras su muerte, fue nombrada la Jane Doe Asiática, lo que provocó una mínima difusión e interés, siendo simplemente “otra mujer asiática”.

Cha fue asesinada el 5 de noviembre de 1982, a los 31 años.

Para entender el legado de Theresa, es crucial apartar el morbo y centrarnos en lo esencial: ella misma.

Para el mundo de su época, Cha fue una inmigrante, una exiliada y una mujer. Sin embargo, limpiando su nombre de todas esas etiquetas, únicamente relevantes para un sistema discriminatorio e injusto, Theresa fue poeta, performer, cineasta, productora, directora y, sobre todo, una artista profundísima.

Nacida en Busan, Corea del Sur, Cha vivió su infancia bajo la ocupación japonesa. Durante este periodo, su familia fue obligada a aprender el idioma de la ocupación. Posteriormente, la familia emigró a Hawái cuando ella tenía once años, y un año después se mudaron a San Francisco, donde establecieron su residencia permanente. Cha estudió en una escuela francesa, donde dominó el idioma. Estos movimientos marcaron profundamente su obra.

Lo mencionado en el párrafo anterior se devela como el esqueleto de su corta carrera, explorando así la interpretación de su propia historia. Los conceptos de la otredad, lenguaje, lengua materna, historia, memoria, expatriación y alienación causan una sensación agridulce, entre la belleza melancólica y el dolor de la soledad que es inherente a la migración.

Obras

Su carrera artística abarcó diversas formas, desde creaciones cinematográficas hasta performances y piezas visuales. Obras como Exilée y Temps morts plasman la complejidad del exilio y la separación, así como el estado de espera o suspenso en las mismas circunstancias. Mientras que Passages Paysages es una instalación de video inmersiva sobre el tiempo, una pieza reconocida es Mouth to Mouth, serie de meditaciones audiovisuales centrada en la gesticulación del habla.

Su primer registro videográfico es Secret Spill, una performance chamánica en contacto con la naturaleza.

Una de las imágenes más conocidas de Cha es Permutations, una secuencia de fotogramas que retrata a su hermana al estilo de Jean-Luc Godard, quien tuvo presencia en la Universidad de California Berkeley, donde Cha estudiaba.

En esta última pieza, se muestra el rostro de su hermana, quien a menudo es confundida por Theresa en trabajos de divulgación actuales.

Dictée

Dictée es ampliamente reconocida como la obra más destacada y elogiada de Theresa Hak Kyung Cha. Esta novela experimental ha cautivado tanto a críticos como a lectores por su originalidad, profundidad temática y narrativa sincera. Es una obra sumamente compleja que fusiona elementos de poesía, ensayo, narrativa y collage. Cha incorpora fotografías, diagramas y fragmentos de texto en varios idiomas, creando así una experiencia íntima que ofrece una mirada desde sus propios ojos y su mente.

El título alude al acto de dictar palabras o lecciones de ortografía, pero también sugiere la imposición de una lengua extranjera sobre un pueblo colonizado. A lo largo de la obra, Cha emplea esta metáfora para explorar las complejidades de la identidad cultural y la experiencia migratoria.

La estructura de la obra ha desafiado los intentos de clasificarla como una novela, ya que es fragmentada y no lineal, con secciones que saltan entre diferentes momentos históricos, lugares e interpretaciones. Su categorización puede ser objeto de debate, pero es una obra única en su género y tiempo. A través de una variedad de voces narrativas, Cha examina la experiencia de la diáspora coreana y las tensiones entre el pasado y el presente, lo individual y lo colectivo, lo privado y lo público.

Para dar vida a estos temas, Cha invoca a mujeres históricas como la revolucionaria coreana Yu Gwan-sun, arrestada y torturada por las autoridades japonesas a la edad de 16 años, así como a la célebre Juana de Arco, defensora del pueblo francés ejecutada a los 19 años en 1431. Entre las múltiples voces de la obra se encuentra también la de su madre, Hyung Soon Hu, nacida en el exilio de su familia en China y posteriormente devuelta a Corea bajo la ocupación japonesa, una figura de resistencia para Cha ante el silencio imperialista.

El libro se divide en nueve partes, cada una dedicada a una musa griega: Clío, Calíope, Urania, Melpómene, Erató, Elitere, Talía, Terpsícore y Polimnia. Estos nombres son los títulos de los nueve capítulos de Dictée. Cha se inspiró en Hesíodo, pero su enfoque es una revisión subversiva de este mito. Al examinar a las nueve musas a través de nueve personajes femeninos históricamente diversos. El significado de las musas se muestra con mujeres que se niegan a ser sometidas y olvidadas.

Agradeciendo su lectura, me gustaría hacer una invitación especial para explorar el trabajo de Theresa Hak Kyung Cha. Es importante tener en cuenta que la mayoría de sus obras fueron creadas durante sus años de estudiante, son trabajos experimentales y profundos que evocan una honda melancolía al sumergirse en la búsqueda de Cha en su historia.

Existen rostros que desaparecen, que se confunden o simplemente no se intentan distinguir. Al mencionar a Cha, evocamos a tantos individuos ultrajados, discriminados, exiliados... No permitamos que se borren. Es fundamental recordar y reconocer sus contribuciones, así como honrar su legado al preservar y valorar su trabajo. En un mundo donde la memoria puede ser frágil, es nuestra responsabilidad mantener viva la voz y el legado de aquellos cuyas historias han sido silenciadas o pasadas por alto.

Pueden encontrar el archivo completo de sus piezas en este enlace.