A Pita y a Juan Carlos, en sus 50 años de vida.

«Soy ese amante del andén/y muevo el brazo tras el tren/como intentando dibujar/mi soledad».

(Alberto Cortez)

Aquí tienen ustedes una segunda parte en torno a Alberto Cortez.

También productor

El músico que desde muy temprano fue, desbordaba conocimiento musical. Eso se ve en dos ejemplos entre muchos otros: el disco dedicado a Almafuerte, el reconocido poeta argentino, donde su noción de las posibilidades de la electrónica en la música queda bien demostrada; y un disco que le produjo al cantante boricua Chucho Avellanet, con un repaso de conocedor de la tradición musical — a la que ambos se deben. La grabación contiene solo una pieza donde oímos a Alberto, pero eso no es lo interesante, sino que hace dúo con Avellanet.

De modo que disfrute usted a dos excelentes cantantes: escucharemos Pregonera (tango aislado en la discografía de AC): letra, José Rótulo; música, Alfredo de Angelis.

https://youtu.be/XFion_9kFzs

Canciones raras (con él... o sin él)

En la primera entrega platicamos con usted de las canciones que son raras con él, así como aquellas que tarde se supo que fueran de él.

Este último es el caso de Los americanos, nada más que aquí no es una canción rara, es una canción ácida y áspera; tampoco es humorística, como él la llama, es satírica.

Ahora que México sufre lo que sufre ante el embate trumpiano, viene bien.

Aquí, platicando y cantándola, con el cantautor ítalo-argentino Piero.

La paternidad en su caso

Fervoroso seguidor adolescente, consumía yo cualquier información que viera por ahí acerca de mi idolatrado músico; así llegó a mis manos un pedazo de periódico donde hablaba de su paternidad: «a veces envía uno cartas y no recibe respuesta», declaraba.

En ese contexto, habla muy bien de él su amor hacia la infancia en tantas canciones que a diferencia de otros autores dedicó a esa edad, como queda claro en este estallido de júbilo porque a alguien la paternidad se le concedió (¡oh!) ya muy mayor: Qué maravilla, Goyo.

También tengo tango

Bueno… ¿y en un argentino como él, el tango dónde quedó, que no lo veo? Algo así como lo que nos preguntamos cuando en Alfredo Zitarrosa no encontramos — habiéndola — esa música, tan argentina y tan uruguaya. Bien, pues hay un disco íntegramente dedicado al que, con toda injusticia, Borges llamó reptil de lupanar.

Aquí está el pampero — vea usted cómo esta grabación parecería una colección preparada de sus ademanes característicos. Melodía de arrabal, de Gardel, Le Pera y Battistella.

Su ¿poesía?

A la generación de cantautores en cuyas filas está –y a otras que le siguieron, pero partiendo de ella- se da en llamarles poetas.

Y aunque él mismo menciona que escribe poemas, él, Serrat y demás no son poetas. Vamos: ellos mismos no aceptarían figurar en la misma lista con sus admirados Machado, Neruda o Hernández.

Sin embargo, el Alberto Cortez de fines de los 60 y principios de los 70 es mejor letrista que en cualquier otra de sus etapas, es decir cuando habían quedado atrás las canciones tropicales, los boleros y las baladas, incluso de su autoría (Me has enamorado) y Poemas y canciones.

Como ejemplo, una pieza que además no cantó gran cosa en sus presentaciones ni incluyó en sus recopilaciones, Estoy presente.

Reacciones del público a esta columna

Antes, perdónenme por llamarle «público»: en realidad son mis queridos lectores. En el artículo anterior sobre el mismo tema anuncié una entrega más si es que ellos mostraban deseo de que así fuera. La respuesta rebasó la expectativa.

Les estoy muy agradecido.

Pero hubo algo aún mejor: aportaron sus propias experiencias con el cantautor (¡!). De manera que sería injusto no retomarlas. Estas son algunas –solo algunas- de ellas…

Graciela Calleja Alcántara recibió como regalo de sus hijos ir a un concierto del compositor… a la hora del autógrafo para el álbum comentó a Alberto que su Nadia –la de Graciela- lleva ese nombre por la Nadia de AC, y él… ¡que se la canta!, ¡enterita!, a capela.

Jorge Hernández del Ángel platica que convivió con nuestro personaje en la casa de Marco Antonio Muñiz: «Fue un sábado en la madrugada, me retiré el domingo por la tarde; la fiesta se acabó el lunes.» Así.

Yolanda Torres del Cueto escribió lo que para quienes la conocemos es una revelación tanto en uno como en el otro de sus términos: «No sabía la relación entre él y las dos canciones de Serrat que mencionas. Por otro lado, con esa canción final, que no había oído, me hiciste llorar. Gracias, amigo».

… Lo que demuestra que cuando uno publica, no sabe lo que está reviviendo, reavivando, despertando.

Curiosidades

-Hablando de lo que sentía un cantante al escuchar de cerca la fuerza interpretativa de AC, a horas de la muerte de este en entrevista, el cantautor nicaragüense Hernaldo Zúñiga dice que ver, oír y alternar con Alberto Cortez era nada menos que intimidante.

-En aquella caravana artística –con el jovencito Alberto- que se embarcó desde Argentina hasta Bélgica para ahí ser abandonada a su suerte, venía también el colaborador en lo musical de la magnífica grabación Poemas y canciones, dueño luego de una carrera personal y finado muy tempranamente -por decisión propia: Waldo de los Ríos.