La vuelta de los 90 fue inminente, así como también los consumos culturales propios de aquel momento. El furor por Sex and the City está oficialmente de nuevo en redes sociales, las 4 amigas reaparecen para dar que hablar como si el tiempo no hubiese pasado. Los Tik Toks vistiendo como Carrie Bradshaw no tardaron en aparecer, su caminata veloz, como si el tiempo la corriera, representando la vorágine de la gran ciudad. ¿Pero qué representa Carrie Bradshaw en la sociedad actual?
Una vida repleta de zapatos Manolo Blahnik y carteras Fendi. La búsqueda del hombre definitivo y la presencia inexorable del sexo son un personaje más. Los ideales de belleza plasmados en las protagonistas, mujeres blancas, flacas y heterosexuales. 4 mujeres hablando de sexo en 1998 era un hecho un tanto revolucionario para el momento. Pero debemos situarnos en el contexto sociocultural que atravesaba la sociedad cuando surgió esta serie. La idea de postfeminismo en alza y el individualismo propio de las sociedades neoliberales son ideas centrales para comprender este fenómeno.
La protagonista de esta trama, la icónica Carrie, es una escritora que vive en Manhattan. Algo que caracteriza a su personaje y es central en su construcción, son sus atuendos eclécticos que forman parte de un guardarropa que parece no tener fin. Sin sus outfits este personaje no sería lo mismo, pero ¿qué pasa con la representación del consumo en la serie? Todos recordamos cuando Carrie no podía pagar su propio departamento y estuvo muy cerca de no tener dónde vivir, “una vagabunda con bolsas Fendi”, que había gastado $40.000 sólo en zapatos.
El hecho de comprar prendas insaciablemente llegando al punto de no poder pagar el lugar donde vive, convierte adquirir zapatos en un momento de necesidad cercano a la felicidad inmediata propio de una adicción. El consumo como un momento de goce que no conoce las consecuencias económicas de sus actos. ¿Es esto un reflejo de lo que vivimos actualmente? El consumo desmedido reflejado en miles de hauls en Tik Tok, las tendencias que se viralizan rápidamente y encuentran su muerte al poco tiempo de nacer es algo que caracteriza gran parte de los contenidos con los que nos cruzamos constantemente en redes sociales.
La mujer soltera y trabajadora, que encuentra la satisfacción en su éxito económico también aparece y es puesta en constante deliberación. A fin de cuentas, se trata de 4 amigas que intentan comprender qué quieren para sus vidas, dónde se pone en juego la relación entre lo económico y lo amoroso, y se cuestionan las relaciones de poder en las parejas. Con el auge del neoliberalismo en los noventa, el individualismo fue cobrando mayor importancia en la sociedad, una mujer blanca, heterosexual, independiente, liberada sexualmente que encuentra su goce en el consumo, aparece en televisión y hace que miles de mujeres se sientan identificadas y construyan una mujer idealizada e inalcanzable a la que se quieren parecer. En la sociedad actual, muchas de las ideas propias de esta década han vuelto a aparecer. Hoy vemos Sex and the City, y muchas de las cosas que ocurren y las temáticas que tratan no nos resultan antiguas, lejos de eso, es un constante reflejo de estos días.
Entonces, no son los outfits de Carrie lo único en lo que nos gustaría vernos reflejadas, muchas veces el estilo de vida y el tipo de relaciones que mantiene nos interpelan directamente. Aunque también debemos tener en cuenta varias de las críticas que ha recibido desde su estreno y de las cuales ha buscado redimirse en su reboot And Just Like That estrenado en 2021. Uno de los más presentes fue la falta de representación en general, tanto de otros cuerpos, otras etnias y de miembros de la comunidad LGBTIQ+. Sin embargo, hoy podemos consumir esta serie con una perspectiva más cercana a la del momento de su estreno, parece que cuando hablamos de que todo vuelve, no sólo hablamos de la vuelta del tiro bajo, también nos referimos a los valores e ideales.
Finalmente, la vida de estas cuatro amigas ha vuelto a aparecer en las conversaciones cotidianas, quienes la volvemos a ver con un sentimiento más cercano a la nostalgia y las nuevas generaciones que se encuentran estas historias por primera vez. La relación entre aquella época y ésta se da de manera inexorable, la vida de Carrie vuelve a ser un ideal aspiracional, ya sea por su ropa, su trabajo, la relación con sus amigas o su relación con Mr. Big. Un estilo de vida que vuelve a ser cuestionado y deseado en partes iguales. El análisis es infinito y las discusiones que aparecen en la serie son, frecuentemente, las que tenemos hoy en día, como la relación con el sexo, la maternidad y la soltería. Es como si el tiempo no hubiera pasado para estas narrativas, y su estreno en Netflix fue la excusa perfecta para hacer el debido rewatch.