Soy perfectamente consciente del hecho de que ya estamos a las puertas de abril, pero mi año ha empezado bastante raro y he decidido que nunca es tarde para empezar. Todavía estamos a tiempo de poner nuestros propósitos en papel y empezar a trabajar para lograrlos… ¡nos quedan nueve meses todavía!
Pero seamos honestos, no por escribirlo van a suceder, como por arte de magia; el problema de hacer estas listas de propósitos es que, en la mayoría de los casos, no somos del todo realistas con lo que anotamos y por eso nos cuesta más cumplirlo.
Los objetivos que nos planteamos deben ser alcanzables, medibles y que, además, nos den satisfacción y que podamos hacerlos porque queremos y porque nos gusta. Este sería el principio para marcar el éxito de nuestros propósitos, pero también es recomendable que los mismos cumplan con ciertos requisitos:
Que sean independientes. El objetivo que nos marquemos debe depender de nosotros y de nadie más, pero que tampoco dependa de otros objetivos en la lista, así evitamos excusas que nos impidan dar acción a lo que deseamos lograr.
Que nos gusten y motiven. Como hemos mencionado antes, cuando hacemos algo por el simple hecho de que nos gusta, cambia todo el sentido del propósito, ya que estaremos muchos más comprometidos a cumplirlo, e incluso llevarlo más allá. Busca la motivación en los resultados, en hacerlo por competencia, una recompensa que quieras darte al final… lo importante es estar motivado para lograrlo a fin de año.
Que sean a corto plazo. No tiene sentido fijarnos metas que de antemano sabemos nos tomarán mucho más tiempo cumplirlas. La idea es que cuando hagamos nuestra evaluación hayamos logrado todo lo que nos propusimos durante el año. Las metas que vemos muy lejanas, se quedan en «sueños» y no realmente como algo tangible que nos dará resultados que nos lleven a nuevos retos.
Tener un plan de acción. Definir los pasos a tomar para lograr nuestras metas es el punto más importante. Tener una estrategia nos ayuda a ver el panorama más claro y evitar distraernos en el camino. Incluso sirve para marcar los tiempos en los que debes ir tomando decisiones y así poder medir de manera más efectiva los avances en tu plan. Para los que amamos planificar, esto puede ser una tarea fácil, pero para los que viven la vida más del lado de la espontaneidad, esto los puede ayudar muchísimo a ver el camino más claro.
A la hora de hacer tu lista, ten en cuenta todos estos consejos y verás que lograr tus metas es mucho más fácil de lo que piensas.