Las fiestas de Navidad, Año Nuevo, Reyes Magos o cualquier otra durante el año siempre son un buen momento para juntarse con los familiares y conectar con ellos, creando un verdadero ambiente de celebración. Sin embargo, en ocasiones, dependiendo de los temas de conversación que se aborden o de la forma en que se manifiesten ciertos comentarios, estos encuentros pueden provocar momentos tensos capaces de generar malestar e incomodidad.

En este artículo, les mencionaré algunos de ellos, por qué suelen aparecer y de qué manera podemos evitarlos.

“¿Y tú para cuándo?”

Esta pregunta, a menudo dirigida a solteros o parejas sin hijos, puede parecer inofensiva, pero coloca a la persona en una situación incómoda, debido a que puede estar lidiando con problemas personales o simplemente no planea casarse, ni tener descendencia.

Para evitar hacer esta pregunta, lo mejor será enfocarse en el presente del individuo, es decir, pregunta sobre sus pasatiempos, proyectos, e incluso por sus logros recientes.

“¿Te acuerdas de cuando eras pequeño y...?”

Algunas anécdotas que inicien de esta manera pueden ser entrañables, pero otras sacan a relucir momentos vergonzosos o recuerdos que la persona prefiere olvidar. Por esta razón, asegúrate de que las historias que deseas rememorar sean apropiadas y bienvenidas. Una forma de saberlo, es preguntarle a la persona si le gustaría compartir esa anécdota.

“Tienes que comer más, estás muy delgado(a)” / “Estás muy gordo(a), un poquito de ejercicio no te cae mal”

Este tipo de comentarios sobre el cuerpo pueden hacer referencia a preocupaciones que se tengan en un momento determinado, pero a menudo terminan provocando inseguridad. Es importante mencionar que cada individuo es perfectamente consciente de su apariencia, razón por la cual es mejor no recordárselo, debido a que, en ocasiones, el hecho de estar muy gordo o muy delgado puede ser la consecuencia de alguna enfermedad o trastorno.

En lugar de hablar sobre la apariencia resulta mejor hacer propuestas tanto de comidas como de ejercicios, siempre de una manera sutil e invitándole a verse mejor. Lo importante es que el familiar sienta el apoyo de los suyos en todo momento.

“¿Por qué no tienes un trabajo mejor?”

Esta frase también surge de la inquietud por el bienestar de la persona, pero puede ser percibida como un ataque o falta de apoyo. Una forma de contrarrestar su efecto es mostrando interés genuino en la carrera u oficio, preguntando sobre sus experiencias laborales y lo que le gusta de su empleo actual.

“Deberías ser más como tu hermano/hermana”

A menudo, los familiares pueden comparar a los hermanos para resaltar aspectos tanto positivos como negativos de su personalidad. Sin embargo, esta práctica puede generar malos ratos, inseguridad, así como rivalidades.

Puedes evitar hacer este tipo de comentarios enfocándote en las cualidades únicas de cada persona, resalta lo que cada uno aporta a la familia en lugar de hacer comparaciones.

“¡Quedó bien, pero le faltó…!”

La comida es un atractivo en toda celebración. El miembro de la familia que haya cocinado, ha dedicado tiempo a todas sus preparaciones, motivo por el cual merece respeto. La emisión de esta frase, puede interpretarse como una crítica a su trabajo.

Si los manjares presentados no cubrieron tus expectativas por alguna razón, lo mejor será abstenerse de decir algo al respecto o hacer el comentario correspondiente a modo de sugerencia, por ejemplo: “está muy sabroso, pero conozco de una receta donde le colocan… para darle otro sabor”. Lo importante es resaltar siempre lo positivo para mostrar gratitud.

Recomendaciones para evitar hacer este tipo de comentarios

  1. Antes de mencionar alguna de estas frases, piensa en cómo podría sentirse la otra persona al escuchar tus palabras. De esta manera, tendrás mayor cuidado a la hora de hablar.

  2. En lugar de hacer preguntas que puedan ser incómodas, intenta enfocarte en aspectos positivos y logros recientes de cada miembro de la familia.

  3. Presta atención a los temas que la gente está dispuesta a compartir, evita forzar conversaciones que puedan ser incómodas.

  4. Fomenta un ambiente en el que cada persona se sienta segura de decir lo que piensa sin temor a ser juzgada. Esto ayudará a reducir la incidencia de comentarios molestos.

  5. Si ciertos temas son recurrentemente problemáticos, considera establecer límites claros para evitar malentendidos.

¿Qué debo hacer si los recibo constantemente?

Si has estado afectado(a) por este tipo de comentarios, no te sientas mal, no te lo tomes personal. Cuando te digan frases como “¿y tú para cuándo?”, “¿para cuándo la casa?”, “¿para cuándo el carro?” o cualquiera de las mencionadas anteriormente, no dejes que esto te afecte, sé siempre fiel a ti mismo y cumple con tus sueños, metas u objetivos en el tiempo que tú lo consideres pertinente, nunca te debes sentir presionado(a) por lo que diga tu familia

A modo de conclusión, los encuentros familiares deben ser momentos de unión y celebración, no de incomodidad. Con un poco de consideración además de empatía, se pueden minimizar las frases incómodas para disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos.