Los beneficios de una ducha bien fría

Aunque no hay una respuesta clara por parte de la comunidad científica, está reconocido que ducharse con agua fría favorece un mejor mantenimiento del bienestar, al tiempo que ahorra costes.
Viene bien recordar en este sentido que son numerosos los deportistas de élite que han reconocido ducharse en agua fría. Así, Rafa Nadal lo hace una hora antes de cada partido, mientras que Cristiano Ronaldo y Pau Gasol prefieren dejarlo para después de jugar, cuando se retiran a los vestuarios.
Pero parece que este hábito se extiende cada vez más entre toda la población, unos tratando de seguir a sus ídolos y otros buscando sus beneficios sobre la salud. Pero, ¿realmente es saludable ducharse en agua fría?

Veamos qué respuestas nos da la ciencia, bajo el seudónimo de Enfermera Saturada.

Mejora de la circulación

Aplicar agua fresca sobre las piernas, especialmente al final del día, es algo que puede ser de gran ayuda para las personas con problemas de circulación. Este acto provocará que los vasos sanguíneos se contraigan, aumentando el retorno venoso, deshinchando las piernas y mejorando por tanto el flujo sanguíneo. No obstante, el agua fría también provocará que aumente el ritmo cardiaco y puede conllevar un aumento de la tensión arterial, por lo que las personas hipertensas deben tener cuidado al aplicarla.

Cabello más sano

No son pocas las personas que buscan tener un cabello más fuerte y sano, y para ello recurren a todo tipo de suplementos o champús especiales. Pero lo que pocos saben es que lavar el pelo con agua caliente debilita el cabello y su folículo, por lo que regular la temperatura puede ser un buen comienzo para mejorar la salud capilar, además de prevenir la aparición de caspa.

Piel más firme

Aunque la piel no es exactamente igual en todo nuestro cuerpo -en zonas como los párpados tiene un grosor de 0,05 mm y en las plantas de los pies llega hasta los 5 mm- sí existen algunas generalidades respecto a la temperatura del agua con la que la lavamos. Y es que el agua caliente dilata los poros y eso ayuda a que la piel se reseque y adquiera un aspecto escamoso, además de hacer que pierda firmeza y elasticidad acelerando la aparición de arrugas.

Mejora la concentración

Una ducha con agua fresca por la mañana despeja mejor que una taza de café, y no solamente por el susto que te llevas si no porque provocará que se liberen neurotransmisores como la adrenalina y la noradrenalina. Estos dos potentes elementos estimulantes tienen una acción directa en la atención y la memoria.

¿Cualquier persona puede ducharse en agua fría?

Va a depender de si esa persona tiene o no alguna enfermedad que lo desaconseje pero, si no es así, ducharse en agua fría no supone ningún riesgo para la salud ni va a provocar efectos adversos importantes.
Pese a todo, las patologías que desaconsejarían una ducha con agua fría son el síndrome de Raynaud, la crioglobulinemia y enfermedades cardiovasculares como hipertensión o cardiopatías.

¿Por qué aplicar frío calma el dolor?

Cuando aplicamos frío sobre la piel sentimos como que esa zona se queda dormida, anestesiada, y esto tiene una explicación. Al bajar la temperatura de la piel hasta los 8-12ºC la conducción nerviosa se ralentiza, las señales de dolor que llegan desde esa zona hasta el cerebro van más lentas, y ello conlleva la disminución del dolor. Es por ello que se recomienda, por ejemplo, en traumatismos o tras una cirugía dental.

¿El frío alivia el picor?

Cierto. En caso de dermatitis, alergias o picaduras de insectos el hecho de aplicar frío local nos aliviará esa molesta sensación de picor. Esto es debido a dos factores: uno que ya hemos explicado y tiene relación con ralentizar la conducción nerviosa, y otro que disminuye la inflamación local al limitar la liberación de sustancias inflamatorias por parte de las células.

¿Qué dice la evidencia científica?

A día de hoy, los estudios científicos sobre los beneficios para la salud humana de ducharse en agua fría son limitados ya que se trata de un tema que se ha estudiado poco y, por tanto, no hay una respuesta clara desde la comunidad científica. Pero lo que sí está más que reconocido son los efectos beneficiosos del frío para tratar determinados problemas de salud, especialmente a nivel de patología musculoesquelética. A nivel local sí está recomendado, pero a nivel de salud general no tenemos una clara respuesta por el momento. Lo que no quiere decir que no pueda ser beneficioso.