Llenar de color instantes, de versos, de sonrisas, de vida, debería ser nuestro objetivo vital desde que levantamos hasta que dormimos.

Si escribo porque escribo, si me leen porque me leen; si pienso porque pienso, si callo porque no hablo y si hablo porque no callo. El caso es que hay momentos en la vida de cada uno que deben servir para parar, para bajar el ritmo y autoconfirmarse como Ser. Una vez que te autoconfirmas, continuar y Estar.

Seguro que el mundo no es la interpretación que hacemos de él.

¿Quién gobierna nuestras vidas? ¿Nosotros o nuestros mitos, religiones o creencias? ¿Tomamos nuestras propias decisiones o decidimos conforme lo que piensa el resto o espera de nosotros? Parece que vivimos en una sociedad que nos domestica desde que nacemos.

Estamos continuamente tratando de complacer a los demás y pensando que, si en algún momento, nos saltamos esas normas que otros nos establecen, lo primero que debemos hacer es castigarnos nosotros mismos.

Si necesito caminar más lento, o incluso retroceder para buscar la dirección adecuada, tendré que hacerlo incluso en contra de los que me obligan a apresurar y buscar mis resultados en cada decisión que tomo.

Creo que cada uno de nosotros se inventa su mundo y una vez que se lo ha inventado, trata de trasladarlo al resto, pero ese resto se ha inventado el suyo y así sucesivamente. Los hay que consiguen persuadir e ir atrayendo a su mundo a otros, a esos que no son capaces, o no quieren, o no desean inventarse el suyo, pero en el momento en el que son conscientes de que no viven en su mundo, sino en la invención del otro, entonces se revelan porque creen que los otros son los culpables de vivir en un mundo que no es el suyo.

¿Por qué no somos conscientes cada uno de lo que queremos y simplemente tratamos de vivirlo sin importarnos lo que piensa el resto? Me encantan esas personas que tratan de cambiar lo que no aceptan. Que se enfrentan con valentía a decisiones que, a veces desde el dolor, buscan ese cambio que rompe con la norma establecida por el resto.

La vida solo es el Ahora. Cada experiencia que vivimos en el Ahora se convierte en una de las mejores lecciones de nuestra vida.

Llenar de color tus páginas, llenar de color tus días.

Creo que somos demasiado duros con nosotros mismos, que nos juzgamos y castigamos hasta hacernos daño y ese daño, que se va acumulando en nuestro interior, es posiblemente, el daño más irreparable porque es el daño que nos agrieta el alma.

Por eso creo que tan importante es no juzgarnos como tampoco juzgar a los demás. Cada uno de nosotros es un mundo, es su propio mundo envuelto en creencias, cultura, miedos o, simplemente, complejos. Tu Mundo.

Debemos vivir en paz y aprender a gestionar nuestras emociones desde la serenidad.

Debemos llenar de color el amanecer y buscarlo al anochecer.

Últimamente, me encuentro en demasiados instantes reflexionando y analizándome, exigiéndome o buscando entre mis entrañas el que soy, lo que soy, mi yo. Es un ejercicio tremendamente duro, pero lo recomiendo.

Plantearse objetivos en la vida requiere, primero, saber quién es uno mismo. Escudriñar en nuestro interior, en las miserias de cada uno para así limpiar todos esos escombros que vamos acumulando en nosotros.

Y en este ejercicio, vital, te das cuenta que necesitabas parar de correr, de acumular kilómetros, para que la velocidad no te hiciera pasar de largo los desvíos hacia la dirección correcta.

Buscar nuestro color y pintar nuestros días.

Un cuerpo, unas piernas, una mirada a través del interior, de la nada.

Dejar de ser víctima. No seas víctima ni siquiera de tus errores. Ya está. Ya lo has reconocido. Ya has sentido la culpa. Ya está.

Debemos afrontar la culpa y ponernos a caminar. Volver a coger la brújula, eso que más te importa y tu Yo. Trabájate y trabaja por y para ello.

No hacerlo te destruye y cada paso hacia atrás será más difícil de devolverlo hacia delante.

Responsabilízate de ti.

Créate de nuevo.

Habla con quien tengas que hablar, desahógate y camina.

Transforma las circunstancias. Pinta tu color vital.

Has hecho daño, te has hecho daño. Pero ya está. Cura. Cúrate.

Da gracias a tus dioses porque tienes otra oportunidad. Aprovéchala.

Los problemas vienen y van. Vienen cuando vienen, no cuando estás preparado para ello. Algunos problemas vienen para enseñarte, para darte una lección.

Cree en ti. Si crees en ti al final los demás también creerán en ti.

Tú eres tu propio líder.

«La herida es por donde entra La Luz»

(Rumi)

Saborea la vida en presente, aunque a veces el presente no sea el que esperamos o deseamos.

Ver tu realidad desde otro punto de vista. Decide lo que manifestar en tu vida.

Nuestra personalidad filtra lo que vemos en el exterior.

Se puede vivir de otra manera.

Eres tú quien decide ver las cosas de una manera u otra. Te juzgas tú.

Causa y Efecto.

Ser consciente de que no lo has hecho bien. Perdonarte y cambiar.

Valorarte y respetarte.

Nos creemos que lo de fuera nos modifica pero no es así, eso es una excusa. Una excusa para no ir hacia dentro.

No hay que vivir juzgando. Lo que tú crees lo creas. Vivir desde tu parte espiritual o vivir desde tu ego. No puedes cambiar las situaciones sí la forma de vivirlo.

El primer paso es el perdón. No se puede Ser si te sientes culpable de algo hoy.

Para transformarte debes atender a tu culpa. Culpa consciente e inconsciente. Cargas que te has impuesto tú porque tu peor enemigo eres tú.

Cuando seas amigo tuyo terminaras siendo el mejor amigo del resto.

Una persona simplemente es.

¿Cuando sabrás que te has perdonado? Cuando te sientas inocente.

Báñate en el color de tu vida.