«Hola, soy Alejandra Acuña, ¡soy de Arbeláez, Cundinamarca, Colombia!», dijo ella llena de orgullo cuando empezó su audición para ingresar a la Escuela de Música Reina Sofía, de Madrid. Alejandra cuenta que los jurados se rieron y la tensión del momento se rompió. Interpretó entonces «Cruda Sorte» de la ópera L'Italiana in Algeri de Gioachino Rossini. Esta pieza, junto a otras que cantó para el jurado al día siguiente, le permitieron obtener un cupo en la prestigiosa institución musical. Esto fue hace más de tres años.
Cuando Alejandra Acuña empezó a estudiar música su objetivo no era el de convertirse una cantante lírica, o de ópera (si bien no es el único género con el que se pueden relacionar, es el que mayor referencia tiene). Ella ingresó a la Universidad Central a los 16 años para estudiar Pedagogía Musical y así continuar con sus estudios de bandola, instrumento que empezó a interpretar desde que era niña.
Sin embargo, mientras avanzaba en la carrera, varias voces, como la del músico colombiano Alejandro Roca, la fueron convenciendo de su potencial como cantante. Al final tuvieron que darle un ultimátum: se realizaría el montaje de la Misa en Tiempos de Guerra de Joseph F. Haydn, y esperaban que ella fuera la mezzosoprano solista. Fue entonces cuando se pasó al programa de Canto Lírico a los 18 años.
Mientras estuvo en Colombia, hizo parte del Coro de la Ópera y se presentó en el Festival de Ópera al Parque de Bogotá, en la serie de Jóvenes Intérpretes ─parte de la temporada de conciertos del Banco de la República─, entre otros eventos.
Cuando estaba terminando su carrera, le entró miedo por saber qué haría después, como a todo universitario. Sabía ya que quería dedicarse a cantar y, para lograrlo, debía completar su formación como cantante, por lo que se presentó a varias escuelas del mundo. Cuanto obtuvo su cupo en la Reina Sofía, empezó a preguntarse cómo se pagaría los estudios y su manutención en España. Sus padres siempre la habían apoyado, pero esto estaba fuera de su alcance. Por eso recibió con alegría la beca completa que la Escuela le ofreció, que incluye los gastos para que ella pueda vivir en Madrid.
Allí hace parte del grupo de colombianos que están estudiando canto, del que hacen parte también Viviana Rojas (soprano), Pablo Martínez (tenor) y Juan David González Sánchez (barítono). Junto a ellos tres, Alejandra se presentará en el Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo, de Bogotá, en un evento llamado 'Jóvenes Talentos de la Escuela Reina Sofía’ el viernes primero de septiembre. La Fundación Julio Mario Santodomingo es una de los benefactores de estos estudiantes.
Para estar en la Escuela Reina Sofía se tiene que «ser muy bueno», dice Alejandra. Ella cuenta que tiene compañeros de 14 años, que ya están dedicados al estudio de su instrumento ocho horas diarias. Alejandra se dedica en Madrid a estudiar seis horas por su cuenta, durante las cuales hace técnica, canta, estudia fonética y traduce los textos de los diálogos que esté trabajando. Su tiempo de trabajo en la Escuela está bajo la dirección de Ryland Davies, reconocido maestro y cantante galés.
También va al gimnasio para fortalecer su respiración diafragmática, la que emplean los cantantes ─la diferencia física clara es que en vez de llenarse de aire desde el pecho hacia abajo, lo primero que se hincha es el abdomen─. Confiesa que en ocasiones, mientras se ejercita, escucha La Cenerentola de Rossini, su ópera favorita y de la cual ya pudo interpretar un aria luego de llevarla poco a poco, mientras aumentaba su rango vocal ─subir y bajar más─ y pulía más su técnica. Quiere eventualmente hacer la ópera completa.
Cuando está de visita en Arbeláez, logra las mismas horas de trabajo y dedica el resto del tiempo a compartir con su familia. Aprovecha para tomarse un ajiaco, un plato que poco le gustaba cuando era pequeña pero que ahora añora cuando está en Europa. Ahora que está en Bogotá hay días que solo puede trabajar dos horas porque los trayectos se demasiado demorados al no haber un metro.
En España ya he realizado importantes presentaciones, fue premiada en el Certamen Nuevas Voces de Sevilla, ha tenido la posibilidad de trabajar junto a Plácido Domingo, el colombiano Andrés Orozco, entre otros. Actualmente está preparándose para el montaje de dos óperas, una la realizará con la Asociación Manchega de Amigos de la Ópera y en la otra, Don Giovanni, de Wolfgang Amadeus Mozart, interpretará el papel de Zerlina. A ella le gusta mucho Mozart porque, al igual que en sus óperas, a ella le gustan las bromas, como prueba muestra los dientes falsos que lleva siempre en su maleta.
A sus 27 años, obtuvo el segundo puesto en los Premios Mujeres de Éxito, organizada por la fundación del mismo nombre, en la categoría Colombianas en el Exterior. Ella siente que todo lo que comparte en su página de Facebook (‘Alejandra Maria Acuña Manrique Mezzosoprano’), le ha servido para darse a conocer. En Colombia saben de sus éxitos, por eso pasó de participar como becaria en el Festival de Música de Cartagena a volver para interpretar un papel de ópera.