Obras de colecciones en manos de coleccionistas privados y otras del Museo Ruso de San Petersburgo, todas ellas de los siglos X al actual siglo XXI, son las que integran las exposiciones, algunas permanentes y otras temporales, del museo ruso más importante (en realidad, único) que hay en España: la sede malagueña del museo o, oficialmente, la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo Málaga.
Las colecciones del museo son un bien de especial valor del patrimonio nacional que solo pueden abandonar el país por decreto del Presidente de la Federación Rusa y, cada seis meses, deben volver a su origen, bajo la prohibición, vigente desde la época comunista, de permanecer fuera de la sede del museo de San Petersburgo durante más tiempo.
En este momento, además de las exposiciones permanentes, el Museo Ruso acoge tres exposiciones nuevas y temporales: Cervantes en las Colecciones del Museo Ruso, donde se expone distintas obras pictóricas pintadas desde Rusia, maximizando el legado que dejó Cervantes y que le dio fama internacional; Resistencia. Tradición y Apertura. Arte Ruso de las cuatro últimas décadas, en la que pone de manifiesto el tira y afloja de un comunismo todavía hoy presente, en pinturas de apellido “inconformista” como la obra Vogue, un cuadro que en 1999 emulaba a la campesina triunfante portando en sus brazos una alpaca de paja y arriba en el centro la mítica palabra vogue, portada de la revista americana, aún hoy en curso, y Chagall y sus contemporáneos rusos.
Esta última exposición enfocada a la figura de Marc Chagall, de origen ruso, muestra alrededor de 60 obras de 15 creadores, tanto esculturas, pinturas y hasta una reproducción de una modesta habitación de una sala de comedor, con todos sus objetos originales y carentes de lujo, tal como se conserva en el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, en la que Chagall y su familia, nada menos que de nueve hermanos, hacían vida en común. Pero la muestra alberga también 17 piezas del autor.
Chagall (1887-1985) es un pintor casi actual y también “uno de los pintores más conocidos de Rusia”. De origen judío, muchas de sus obras en parte fueron destruidas quemadas o perdidas en la guerra con Hitler, con los años pudo recuperar algunas de ellas, pero incluso ahora hay algunas obras que no han sido enseñadas.
El hecho es que su procedencia condicionaría su aprendizaje, la imposibilidad de tener una formación academicista e incluso el hecho de que los pintores y él mismo debían tener “el documento de artesano” para que se les permitiera pintar con ademán de medidas restrictivas como la prohibición de hacer exposiciones... muchos de ellos hacían ilustraciones infantiles, cuentos para niños, para así darles la oportunidad de enseñar su obra, por eso, esto hacía que la única salida para él era pintar para sí mismo.
Dibujos y pinturas de su vida habitual, de familia modesta y de barrio obrero. Cada obra tiene un significado para él y así lo demuestra en muchas de sus abundantes obras, de acciones tan simples como la figura de un barrendero de calle de su pueblo natal Vitebsk o una boda judía en The Wedding Candels, 1945, en la que se dejan ver instrumentos, personas con tinajas de agua como símbolo de riqueza, prosperidad y suerte para los enamorados, muy diferente a la típica boda rusa o la figura de un violinista en Green violinist, 1924.
Después se iría a París, donde floreció, pero nunca perdió la conexión con Vietbsk, ni con el pequeño mundo de la comunidad judía en que creció. En sus obras de París deja presencia de otros grandes artistas y pintores de la época: Pablo Picasso, Salvador Dalí, entre otros; incluso habría un antes y un después de la influencia de Picasso, momento en el que empieza a utilizar el color, y que se reflejaría en su obra posterior, como es el caso de Autorretrato, 1913.
Una de las más características más singulares de la pintura de Chagall se encuentra en sus personajes: la mayoría de sus obras presentan seres voladores, muchos de ellos femeninos. Es el caso de la obra Promenade, 1917 (El paseo, en español), una mujer que podía ser su esposa (porque la pintó en su época de casado) con vestimentas moradas, en señal de lo sagrado, cogiendo de la mano al hombre.
O cuadros como Blue lovers, 1914, donde Chagall expresa su estado de ánimo y donde imperan sentimientos como la ternura, la pasión o la tristeza.
Y la característica de una pintura abierto a lo insólito, cuadros que reflejan una emoción y que, a través del dibujo de algo sorprendente y desconocido, que irrumpe en la vida del autor, transporta a quien los ve a otro sentimiento. Es el caso de una obra que representa un simple bodegón, pero que, en un área escondida del cuadro, presenta un hombre que cruza una puerta abierta.
Obras, todas ellas, abiertas al público hasta el próximo domingo 5 de febrero en horario de martes a domingo, incluyendo festivos, de 9:30 a 20:00 horas.