Pasada la barrera de los 30, lo normal suele ser independizarse. Muchos son los que quieren volar del nido y necesitan un empujoncito. En mi caso estoy empezando a necesitar una patada en el culo. Llega un momento en que, por muy a gusto que estés en casa de tus padres, necesitas dar el siguiente paso y buscar tu sitio.
Cada vez se va retrasando más la emancipación de los jóvenes españoles, hemos pasado de emanciparnos alrededor de los 25 a no poder hacerlo hasta la treintena. Cuándo por fin se toma la decisión de marcharse hay que hacerse una pregunta: ¿qué es mejor, solo o mal acompañado? Los datos apuntan que sólo el 20,8% de los jóvenes menores de 30 años están emancipados. Pero las cifras van más allá. De los que sí han logrado abandonar la casa de sus padres, sólo el 15,7% consigue vivir solo, el resto o lo hace en pareja o en un piso compartido con más personas.
En los últimos años independizarse ha sido bastante complicado con la crisis y el paro, pero aunque la economía ya ha empezado a remontar, la situación sigue siendo complicada, antes por la ausencia de empleo, ahora porque el precio del alquiler ya ha empezado a subir.
Buscar piso es muy emocionante, pero también muy pesado. Comienzas la tarea con mucha energía, convencido de que en poco tiempo encontraras tu casa ideal, a un precio asequible y en una zona más o menos céntrica. Piensas: “con tantos pisos algo encontrare”.
Pensaba que, con la irrupción de internet en el mundo inmobiliario, la búsqueda de casa habría mejorado desde que estaba en la universidad en Madrid, dónde viví en algunos pisos que daban miedo. Pero lo cierto es que sigue igual, si no ha empeorado. El otro punto que pensaba que iba a estar a mi favor era la ciudad, ya que ahora que vivo en Zaragoza suponía que la relación calidad-precio respecto con la capital sería mejor. Pero no. Casas pequeñas, oscuras, con los “muebles de la abuela” y a unos precios….
Gracias a la red, encontrar un nuevo hogar se ha convertido en un trabajo más sencillo y más accesible tanto para los propietarios como para los inquilinos. La manera tradicional se ha sustituido por las distintas páginas web para alquilar y más recientemente las aplicaciones de estas webs en versión para el móvil nos permiten buscar en cualquier momento y en cualquier lugar.
Entre las páginas más populares se encuentran Idealista, Fotocasa, Yaencontre, Tucasa o Enalquiler, cada una de ellas con sus propios filtros y criterios de búsqueda: alquiler o compra, precio, zona, número de habitaciones, plaza de garaje y muchas más. Además, hay que fijarse bien si los pisos que nos proponen son de particulares o de agencias, porque podría cobrarnos un plus por ayudarnos a encontrar piso.
Aunque rastrear por internet los inmuebles que se adapten a nuestras preferencias y llamar a cada uno para concertar una cita pueda parecer la parte más pesada del proceso, después hay que ir uno por uno y comprobar que realmente cumplen nuestras expectativas. Casa tras casa, apartamento enano tras apartamento enano, recorres tu ciudad esperando encontrar la casa que aunque no sea perfecta se acerque a lo que puedas pagar y no te de pesadillas por las noches.
Las horas invertidas, todas las suelas gastadas y las peleas por conseguir quedarte con la casa de tus sueños al final merecen la pena si consigues volar del nido y empezar a disfrutar de tu propio hogar y tu futuro.