Hablar de Brasil es algo que se ha puesto de moda. La popularidad del país ha crecido en los últimos años por distintos motivos; ya sea por el boom económico que experimentó y que actualmente está estancado, sea por sus escándalos de corrupción durante la Copa Mundial de Fútbol o simplemente por lo encantador que puede llegar a ser el país por sí solo gracias a la samba, la caipirinha, la capoeira, el fútbol o el gran corazón de su gente.
En lo personal, hablar de Brasil es algo que siempre me resulta placentero, pues soy un amante apasionado de la cultura, el país, el paisaje y su gente. Cada que hablo de Brasil es una oportunidad para vivificar los recuerdos que haber estado en ese país trae a mi mente.
Qué decir de la lengua tan maravillosa que tienen: El portugués, lengua que, además, han sabido personalizar y hacerla suya enriqueciéndola con palabras de origen indígena y que cuenta con vocablos tan poéticos como saudade y luar ¿Cuántos de nosotros no hemos oído la palabra “saudade”, la palabra más cantada del portugués? ¿Cuántos de nosotros, aficionados o no, conocemos a los grandes futbolistas brasileños como el histórico Pelé?
Sin embargo, hablar de Brasil no es hablar solamente de samba, fútbol, playas y caipirinha. Hablar de cultura brasileña realmente es un término genérico, pues Brasil es un país tan extenso que cuando uno viaja al norte se topa con una cultura de origen africano y si uno da un salto hacia el sur se encuentra con una cultura de origen alemán e, inclusive, con un dialecto del alemán llamado “Hunsrückisch” hablado por los descendientes de los migrantes alemanes que llegaron al país y que ya cuenta con su primera obra literaria editada llamada Te Kleene Prins (El Principito).
Existe también, como en todo lugar, el lado “oscuro” del que nadie quiere hablar. Cuando pensamos en el “lado oscuro” de Brasil automáticamente nos remontamos a las favelas de Rio de Janiero. No obstante, la periferia de la Grande São Paulo también tiene historias que contar.
Es por eso que el día de hoy quiero compartirles acerca de un libro que lleva por título Brasil Periférica, de Lucía Tennina, que es editado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México y que es el vivo reflejo de la variedad socio-cultural que se vive en la ciudad de São Paulo, Brasil, el corazón del país.
Lucía Tennina es profesora de literatura brasileña en la Universidad de Buenos Aires y su libro, básicamente, es una recopilación resultado de años de investigación, de cuentos y poemas que narran los acontecimientos de un sector de la población brasileña sobre la cual se fundó el Brasil del orden y el progreso, un sector olvidado de la sociedad, vinculado a la pobreza, al narcotráfico y a la violencia pero, al mismo tiempo, a alegrías y placeres arraigados en sus costumbres.
El auge del Hip Hop desde los años 80, la fuerte presencia nordestina, la presencia negra marcada por la violencia y la marginación, así como el universo “retórico y experiencial” de las iglesias cristianas, como lo expresa Teninna, todo esto acontecido en la periferia de la ciudad de São Paulo fueron los hechos que, sumados, dieron origen a la ahora llamada Literatura Marginal.
Es interesante leer este tipo de literatura, la Literatura Marginal de São Paulo, que a través de prosa y poesía nos narra las peripecias de los habitantes de la Perifería da Grande São Paulo (la periferia de la grande São Paulo) y el día a día de sus habitantes.
El libro comienza con una introducción acerca de la literatura marginal y la diferencia entre lo marginal y lo periférico. También explica detalladamente los factores que dieron origen a la literatura marginal y, además, trae un análisis sobre como se armó el libro, cuales fueron los desafíos que se enfrentaron durante la traducción de los textos y un compendio de relatos y poemas de autores marginales.
Sin duda alguna, recomiendo ampliamente la lectura de este libro pues, irremediablemente, es un acercamiento a la diversidad histórico-cultural de la ciudad de São Paulo.
Hablando de São Paulo, su desarrollo y su progreso, los dejo con un fragmento del poema Canto de Regresso à Patria (Canto de regreso a la patria) del poeta Oswald de Andrade, el cual dice:
Não permita Deus que eu morra
Sem que volte pra São Paulo
Sem que veja a Rua 15
E o progresso de São Paulo(No permita Dios que muera
Sin que regrese a São Paulo
Sin que vea la Rua 15
Y el progreso de São Paulo).