Para un gran número de personas es injustificable el precio de una obra de arte, ya que el arte no es un producto que se pueda tasar mediante el costo de su materia prima, de su tamaño o de su peso.
El arte es un gremio que para subsistir requiere de las actividades comerciales que se llevan a cabo en cualquier otra disciplina para los mismos fines. Si bien la finalidad principal del arte es ser un medio de expresión que refleje la esencia humana y su finalidad es la sensibilidad y disfrute, el arte constituye toda una industria de la que dependen instituciones, organizaciones, especialistas, artistas, coleccionistas, medios de comunicación, etc.
El artista, al principio de los tiempos, era un ciudadano más, cuyo oficio era plasmar mediante sus pinturas y esculturas el diario vivir de su comunidad, sus creencias y su entorno. Posteriormente, al artista le fueron encomendadas obras específicas por encargo, financiadas por la gente con alto poder adquisitivo, la realeza o las instituciones religiosas. Fue así como el artista adquirió entonces un estatus especial y empezó a moverse en las altas esferas económicas de su sociedad.
Posteriormente empiezan a aparecer nuevos oficios que siguen ligados al artista y sus creaciones. Los galeristas comienzan a generar la compra y venta del arte, concentrando en un solo lugar obras de arte y clientes. Los anticuarios se dan a la tarea de rescatar piezas antiguas y nace así el trabajo de restauradores, arqueólogos y viajeros que compran piezas "especiales" en el extranjero, para después revenderlas en las grandes urbes, dotando a las piezas de cualidades exóticas que elevaban su valor comercial. Empiezan a surgir los coleccionistas, que llenaban sus gabinetes con las obras que iban comprando, dando lugar a la exhibición de su riqueza y buen gusto. Y, para dar estructura a este mercado, se empiezan a realizar las subastas, dándole un lugar muy importante a los comerciantes enfocados en la compra y venta del arte basados en los fines comerciales y también en su "buen ojo".
Durante el Renacimiento, se hace necesario abrir estos lugares que albergaban las colecciones y se da lugar así a los museos, que con el paso de los años han requerido y propiciado la especialización de su personal, dando lugar así a los oficios de curadores, museógrafos, investigadores, etc. Y, para sustentar y hacer crecer este gremio, se ha requerido la creación de medios de comunicación especializados, críticos de arte, mecenas, patronazgos, sociedades de amigos, etc. Dando lugar así a que el arte constituya toda una industria altamente lucrativa.
Si bien a veces es un tanto complejo entender como una obra, aparentemente de elaboración fácil y sencilla, llega a costar millones de dólares, no queda más que analizar dicha pieza como todo un reflejo de la sociedad y la época en dónde fue creada, y de todas las personas que propiciaron la venta de dicha pieza, desde el argumento creativo del artista, el criterio del curador y del crítico que fomentaron su difusión y exhibición, el interés del museo o institución que le dio un espacio, el contexto de la subasta y el perfil y estatus del comprador.
Por ello, es más digerible analizar por qué la pieza Mierda de artista, realizada por Piero Manzoni, se ha vendido en 124,000 euros. La obra consiste en una lata de 5 centímetros de alto y 6 de diámetro y contiene 30 gramos de excremento. Fue producida en 1961 y representaba justamente una crítica al excesivo incremento del costo de una pieza, basado únicamente en la firma de un artista.
Esta industria, al igual que la de la moda, valora altamente una firma, pero para que dicha firma exista y tenga renombre, requiere del trabajo de todo un gremio de especialistas que forjan un estatus.
Algunas de las obras de arte más caras:
Nafea faaa Ipoipo, de Paul Gauguin
Realizado en 1892
Óleo sobre tela, 101.5 x 77.5 cm
Venta privada en febrero de 2015
Adquirido por la familia real de Qatar
300 millones de dólares (264,86 millones de euros)
Los jugadores de cartas, de Paul Cézanne
Realizado entre 1890 y 1894
Óleo sobre tela, 130 x 97 cm
Venta privada en 2011
Adquirido por la familia real de Qatar
250 millones de dólares (191,6 millones de euros)
Les femmes d'Alger, de Pablo Picasso
Realizado en 1955
Óleo sobre tela, 66 x 57 cm
Subasta en Christie's Nueva York en mayo de 2015
Adquirido por un comprador anónimo
179.365.000 dólares (160.276.188 euros)
Número 5, de Jackson Pollock
Realizado en 1948
Óleo sobre tela, 103 x 266 cm
Venta privada en noviembre de 2006
Adquirido por el millonario mexicano David Martínez
140 millones de dólares (109,1 millones de euros)
Retrato de Adele Bloch Bauer, de Gustav Klimt
Realizado en 1907
Óleo sobre tela, 153 x 133 cm
Venta privada en junio de 2006
Adquirido por el magnate de los cosméticos Ronald Lauder
135 millones de dólares (107 millones de euros)
El grito, de Edvard Munch
Realizado en 1895
Pastel sobre tabla, 79 x 59 cm
Subasta en Sotheby's Nueva York en mayo de 2012
Adquirido por la familia real de Qatar
119,9 millones de dólares (91.000.000 euros)
Vaca Roja, de Francisco Toledo
Realizado en 1975
Óleo y arena sobre tela, 334.6 x 203 cm.
Adquirida por un comprador anónimo
Subasta en Christie's Nueva York en noviembre de 2011
750,000 dólares
Raíces, de Frida Kahlo
Realizado en 1943
óleo sobre metal, 30.5 x 49.9 cm.
Adquirida por un comprador anónimo
Subasta en Sotheby's Nueva York en
5.6 millones de dólares