Cuando tenía 13 años de edad, Carlos Alcázar compró su primera cámara fotográfica y empezó a tomar fotos. Después se hizo asistente del director de fotografía del CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos), y del CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica), Milosh Trnka, durante siete años. Posteriormente trabajó como asistente del fotógrafo Walter Reuter durante dos años.
Empezó su carrera haciendo publicidad llevando a cabo fotoreportajes para Time Life, People, TLIMSA o Time Life International, entre otras, para después convertirse en fotógrafo documentalista.
Por su amplia trayectoria, le es difícil ubicar algún trabajo fotográfico como el mejor o más significativo de su carrera, ya que la diversidad de trabajos realizados le ha brindado un sinfín de experiencias únicas. Me platica que fue director fotográfico del Maratón Náutico del Río Balsas y del Maratón Usumacinta, durante dichos trabajos él volaba tres o cuatro veces al día en helicóptero y tuvo varios percances, lo que hizo de esa experiencia algo que lo marcó de una manera muy particular. También recuerda lo satisfactorio que fue para él hacer el trabajo fotográfico de la exposición 30 siglos de esplendor, en el Museo Metropolitano de Nueva York, que constituyó un recorrido por la historia del arte mexicano.
Así mismo, me menciona con entusiasmo que cuando estaba haciendo la Enciclopedia de las ciencias, para la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) / UAM (Universidad Autónoma Metropolitana), le tocó estar en los institutos de investigación de la UNAM donde descubrió que estaban haciendo un equipo para el robot Curiosity que fue enviado a Marte para hacer trabajos de investigación. Le tocó además ver el proceso de la implementación del telescopio milimétrico Alfonso Serrano, en la Sierra Negra, del estado de Puebla, en México, que “probablemente sea uno de los proyectos a nivel mundial más interesantes que haya hecho la humanidad”. El día que se inauguró estuvieron invitados solo cien personas, entre los que estaban integrantes de la empresa Ferrostaal, compañía alemana dedicada a la industria de la construcción de plantas industriales y petroquímicas; Alfred Kärcher, quién es uno de los científicos más importantes en la actualidad; gente de la NASA, de Japón e Italia. “En ello radica la satisfacción del documentalista, en estar siempre en lugares trascendentales, y en conocer a personas sumamente interesantes”. Me comenta que siempre está en contacto con personas creativas: "Cuando no estoy trabajando con un premio nacional, estoy trabajando con un poeta, con investigadores, con artistas, etc., y ello te obliga, por curiosidad, a meterte en su medio para conocer más lo que te va enriqueciendo como persona".
Le pregunto acerca de qué tan difícil es en México el trabajo de la fotografía, a lo que me responde que particularmente él empezó su carrera con el pie derecho, básicamente por sus maestros, además de que empezó trabajando en publicaciones muy importantes. Su primer trabajo fue en la revista Artes de México, en su primera época, lo que le dio acceso a trabajar con colaboradores importantes que lo fueron llevando a trabajar en publicaciones destacadas dentro del ámbito del arte en México. Explica que en la actualidad las cosas han cambiado mucho, porque hoy hay innovaciones tecnológicas que ponen en la mano de los usuarios comunes una tecnología muy avanzada y compiten de alguna manera con los fotógrafos profesionales, desde luego que no es una competencia real, pero si les crea una mella importante hoy en día a los jóvenes que quieren entrar en este ámbito. Su generación es de fotógrafos que iniciaron en la década de los 70's, en donde el equipo necesario para la fotografía profesional no era tan accesible como lo es hoy. También me dice que los fotógrafos ganaban mejor antes que hoy en día. Específicamente ahora él trabaja más por gusto que por dinero, "el placer que provoca llevar una cámara es una satisfacción muy grande y me divierto mucho trabajando".
Le pregunto cómo vivió la transición de la fotografía análoga a la fotografía digital, me responde que fue complicado aprenderlo porque él era bastante experto en la película, y lo digital en sus inicios todavía no funcionaba tan maravillosamente como hoy. Entonces dicha transición de "dejar de tener una calidad extraordinaria a empezar con una medio calidad es un paso difícil que implica pérdida", pero actualmente él percibe que lo digital ya llegó a una excelente calidad.
Además este trabajo le ha brindado la oportunidad de realizar proyectos para las empresas Ford Motor Copany, Industrias Carabela Motocicletas, Campells Mexico, Casa Pedro Domecq, Carl Zeiss Mexico y trabajos a nivel internacional como la edición del libro La Coca Cola de México, editado por la Fundación Coca Cola en Atlanta; realizar las fotografías para un libro de Francisco Toledo o trabajar con entidades como la Whitechapel Art Gallery de Londres, el Museo Reina Sofia de Madrid y el Instituto Galileo de Madrid, con el que colaboró en la edición y fotografía del libro de Rubén Leyva Conjugando el tiempo.
También realizó el trabajo fotográfico para la Enciclopedia de las Ciencias Cosmos para CONACYT, UNAM, UAM y Gobierno del D.F.; las fotografías para la Enciclopedia del Arte Mexicano de Salvat y para la Enciclopedia Historia de México de Salvat, entre otros.
Actualmente está desarrollando un proyecto para fotografiar arquitectura e interiores para el libro Interiores de Anthony Foster en Florencia, Italia.
Sin lugar a dudas sus fotografías son de tan extraordinaria calidad y belleza que provocan en las personas que las miran determinadas emociones que solo se logran a través de ver los objetos con cierta luz, en un ángulo específico y resaltando cualidades únicas de las piezas, lo que genera en el espectador una nueva y diferente lectura del objeto o escena fotografiado, dando lugar así a cuestionarnos en donde radica la belleza de un objeto, en el objeto en sí, o en la fotografía del mismo.