Reportero: “Solo quería preguntarte: mientras leías el guión, no pensaste en ningún momento: ¿qué hacen todas estas mujeres aquí, pensaba que esto era una película de hombres?”.
Tom Hardy: “No, en ningún momento. Es bastante obvio.” [Conferencia de Prensa del 68 Festival de Canes]
Han pasado treinta y seis años desde la ridícula muerte de Jessie en Mad Max – Salvajes de autopista (1979) diseñada únicamente para motivar la venganza de Mel Gibson. Treinta y cuatro años desde que el Guerrero de la Carretera (Mad Max 2, 1981) apartase la mirada de la violación y asesinato de una mujer en mitad del desierto para hacer un trato con un moribundo por gasolina.
El maltrato y la esclavitud sexual –no necesariamente limitado a las mujeres- es un recurso utilizado en películas post-apocalípticas porque no hay forma más gráfica para remarcar la caída del ser humano, su retroceso cultural a un estado más primitivo.
La saga Mad Max la ha utilizado como decoración y curiosidad desde sus inicios, por ejemplo en El Guerrero de la Carretera nos encontramos con un individuo sin nombre ni diálogo que va encadenado a la motocicleta de uno de los villanos; Wez. En la tercera entrega Mad Max – Más allá de la cúpula del Trueno (Mad Max Beyond Thunderdome, 1985), cuando el protagonista se presenta en la ciudad gobernada por Aunty Entity, y ofrece intercambiar sus “habilidades” por información, se asume automáticamente que pretende entrar a trabajar en el burdel y el personaje The Blaster es una persona claramente de inteligencia limitada esclavizado por The Master.
En otros casos la esclavitud sexual se utiliza como McGuffin para empujar al protagonista a la acción. En estos casos las víctimas suelen ser mujeres indefensas y su liberador, el hombre heroico. Cuanto más moderna la cinta, los personajes femeninos reprimidos tienden a ayudar al héroe de una u otra forma. Pero prácticamente nunca son instigadoras y ejecutoras de su propia liberación.
No obstante existe una conspiración feminista en Hollywood que se está encargando de destruir las películas de acción de hombres y les da a al sexo débil el papel de héroe, dejando al hombre en el papel de copiloto inútil sin nada que hacer. Esto es claramente visible en la nueva película de George Miller MAD MAX Fury Road.
Para quienes no estén familiarizados con la película, un breve resumen: Imperator Furiosa, una camionera con la cabeza afeitada y un brazo robótico, se dispone a atravesar el desierto post-apocalíptico en busca de un utópico Lugar Verde (the Green Place) en el que vive el Clan de las Muchas Madres (Many Mothers). La acompañan las cinco esposas del Caudillo Imortan Joe, quien hará todo lo posible para evitar su huida.
La comunidad machista identificó esta infiltración feminista en su universo para hombres y puso rápidamente el grito en el cielo, llamando a un boicot de la cinta varias semanas antes de que se estrenase. Fury Road es una película de mujeres que mete sensiblería innecesaria destinada a arruinar la saga.
Sin embargo, la saga Mad Max ha dado una importancia considerable a la mujer. Desde la abuelita protectora en la primera película, pasando por Warrior Woman de la segunda hasta la líder Aunty Entity.
¿Qué diferencia hay entre ellas y Furiosa?
Todas estas mujeres empujan e inspiran al protagonista de una u otra manera a la acción.. Cada una, fuerte a su manera, son papeles secundarios. En el caso de Fury Road, Furiosa es la protagonista indiscutible de la película. Furiosa lleva a cabo la liberación de las mujeres y Max se encuentra sin comerlo ni beberlo en plena persecución de Furiosa, y más adelante, sentado en el asiento del copiloto, incapaz de conducir el Camión de Guerra.
La teoría de que hay una conspiración feminista en Hollywood ‘arruinando’ las películas ‘para hombres’ con su agenda puede parecer exagerada, pero no es nueva ni tiene intención de desaparecer. El machismo es un movimiento social, arraigado en la educación y cultura de prácticamente todo el mundo. Desde hace un tiempo la gente machista está mal vista, se la considera retrógrada y moralmente criticable. Eso no ha evitado que continúe existiendo y en Internet es fácil encontrar sus opiniones ampliamente respaldadas.
Un extenso artículo fue publicado en un blog en el que gente de color, mujeres y homosexuales tienen vetado comentar. Naturalmente mucha gente ha saltado ante estas opiniones. Artículos y comentarios han nacido impulsados por la absurdidad o la certeza de las palabras en ese blog. Los actores y guionistas han sido sometidos a preguntas sobre el tema. Se han hecho análisis de las cintas post-apocalíticas y la presencia de las mujeres en ellas, comentando sobre el hecho de que son escenarios en los que siempre se acaban perdiendo los avances sociales conseguidos por los movimientos feministas. La llamada al boicot se ha considerado un inteligente movimiento de márquetin – mucha gente se ha visto empujada a las salas de cine por esta polémica más que por interés hacia la película. Otros han arqueado las cejas preguntándose si de verdad es necesario tanto alboroto por dos horas de carreras de coches.
No se puede negar que haya corrientes políticas y filosóficas en cualquier forma de expresión artística, por estúpida o comercial que pueda parecer. El arte es un medio mundialmente utilizado para reivindicar las opiniones del autor. Si hubiera una conspiración feminista en Hollywood, no cabe duda que habría escogido el mejor sitio en el que asentarse, porque no hay lugar con mayor influencia en nuestra vida que la capital del cine americano.
Pero, en caso de que este frente feminista dedicado a la destrucción del cine de hombres –entendemos que se refieren al de acción– existiera, me gustaría hacer una pregunta: ¿qué están haciendo exactamente?
Propongo un ejercicio sencillo: nombrar veinte películas de acción americanas que hayan sido estrenadas en los últimos quince años. Las primeras veinte películas que vengan a la cabeza. ¿Cuántas de estas cintas están protagonizadas por mujeres?
¿Es muy difícil? Bien, otro sencillo ejercicio: veinte películas de acción americanas que hayan sido estrenadas en los últimos quince años que cumplan los cuatro criterios del test Bechdel:
- En la película salen al menos dos personajes femeninos
- Dichos personajes tienen nombre
- Dichos personajes se hablan la una a la otra en algún moment
- Dicha conversación tiene que tratar de algo más que no sea un hombre (no limitado a relaciones románticas, pueden, por ejemplo estar hablando del padre, el hermano, etc.)
Claramente las feministas infiltradas en Hollywood deben estar ocupadas haciéndose la permanente o tomando daiquiris en la playa, porque a mi, personalmente, me resulta prácticamente imposible llenar las dos listas.
Sin embargo, lo más fantástico del tema es que Mad Max Fury Road, que se ha hecho icónica súbitamente por el hecho de ser un barco bandera del feminiso y las conspiraciones comunistas en Hollywood; que pasa el Test con hasta ocho personajes femeninos con nombre que hablan de cosas que no son hombres y posee un protagonista femenino, queda automáticamente descalificada. Esta película, cuarta en una saga que algunos consideran como icono del cine de acción americana es, en realidad, australiana.