"Cuando juegas al Juego de Tronos, o ganas o mueres. No hay término medio". Así avisaba la ávida Cersei Lannister a un Ned Stark que estaba comenzando a conocer los peligros que entrañaba ser uno de los hombres con más poder de los Siete Reinos. A pesar del dominio masculino en las pasadas temporadas en las que tuvo lugar la guerra de los cinco reyes, esta quinta temporada cuenta con el protagonismo máximo por parte de las mujeres. Tras la muerte de Tywin Lannister, los Siete Reinos quedan a manos de la más poderosa y temible de las mujeres de poniente, la reina madre Cersei. Marcada desde niña por haber nacido mujer en un mundo de hombres, Cersei siempre ha demostrado sus ansias de poder y cuan capaz es de hacer cualquier cosa para conseguirlo, incluso ser cómplice de la muerte de su marido. A pesar de tener la apariencia de una mujer dura, fuerte e inquebrantable, la muerte de su primogénito y de su padre han marcado totalmente a uno de los personajes más odiados por los espectadores pero a la vez más admirados por los críticos. Quizás muchos ven en ella la imagen de una mujer cruel que disfruta con el dolor ajeno, incluso de sus familiares. Otros ven a una mujer atormenta que es capaz de hacer cualquier cosa por mantener a sus hijos a salvo.
Ese afán de protección hacia sus hijos puede que sea la razón por la cual ha sido el tormento de Sansa Stark, otro de los personajes más importantes de esta quinta temporada. La heredera del norte ha tenido que lidiar desde la primera temporada con los tormentos a los que ha sido sometida por parte de la familia Lannister. A pesar de ser la prometida del rey Joffrey, la vida de Sansa siempre ha corrido peligro en Desembarco del Rey y ha sido sufridora de numerosas vejaciones en la corte del rey. En esta temporada no ha sido menos y, a pesar del giro argumental respecto a los libros, presuponíamos que íbamos a conocer a una Sansa mucho más valiente y fuerte, pero su vida sigue siendo un bucle de tragedias y dolor para la joven Stark.
Mucho más distinto es el viaje de su hermana Arya. Tras cuatro temporadas vagando sin rumbo por los Siete Reinos, la pequeña Stark ha demostrado que es la más valiente de la familia. Repetir todas las noches los nombres de todos los que le hicieron daño con el fin de acabar con ellos es su sino. Ese fin último queda demostrado con la muerte del Perro al que, a pesar de haberla ayudado tras perder a su familia, Arya no le perdona la muerte del hijo del carnicero. La más valiente de los Stark ha dejado los Siete Reinos y su pasado atrás, comenzando a labrarse un nuevo yo bajo la atenta mirada del Dios de Muchos Rostros y de sus seguidores.
Otra de las grandes protagonistas de la saga, Daenerys Targaryen, tiene un papel más que importante en esta temporada. La que llegó a Meeren como salvadora y liberó a los esclavos de sus amos, será incapaz de poder dominar esta ciudad que vive aterrada por “Los hijos de la Arpía”, un grupo de asesinos que buscan desequilibrar el reinado de la madre de dragones. Daenerys siempre ha demostrado ser una mujer racional y con ayuda de su consejo ha tomado las mejores decisiones que ha podido sobre su reinado más allá del mar Angosto, conquistando varias ciudades y ganándose el apoyo del pueblo. Esta vez, se verá envuelta en la disyuntiva de seguir adelante con sus convicciones e ideales o ceder a las imposiciones de un pueblo que no acepta los nuevos cambios de su reina. La Daenerys que hemos conocido en el pasado deberá dejar paso a una mujer mucho más comedida que tendrá que volver a aprender a gobernar si quiere conseguir sentarse en el Trono de Hierro.