Hace muchos años que se lleva hablando del futuro comercial de la música y cómo puede afectar al gran negocio que gira en torno a ella. Las discográficas crean nuevos formatos para acabar con la piratería que tanto daño está haciendo a esta factoría que ha visto como las ventas han disminuido estrepitosamente en los últimos años. A pesar de que muchos artistas han decidido aliarse con el enemigo, otros buscan la manera de crear nuevos formatos y acabar con las descargas ilegales.
El grupo Radiohead fue uno de los precursores en cuanto a compartir material gratuitamente. Allá por 2007, la banda británica decidió subir a la red su trabajo In the rainbows y que la gente se viese en la disyuntiva de si pagar por él o no. Esa nueva jugada reportó al grupo un total de nueve millones de dólares, todo ello en pagos voluntarios por parte de sus fans. En 2011 la banda Kaiser Chief dio un paso hacia delante con un nuevo formato en el que ponían a disposición de sus fans digitalmente 20 canciones para su nuevo disco y estos elegían 10, creando así un disco propio. Otros que han decidido compartir su material gratuitamente han sido U2. Los optaron por subir a la nube de Apple su último disco y compartirlo con todos los que utilizasen esta aplicación. Para muchos este método no es legítimo y no funciona, ya que se sale de las directrices que nos han marcado siempre las grandes discográficas. Para otros, este tipo de difusión musical es el futuro, ya que muchos ven en ello una manera de dar a conocer su obra, dejando a un margen los negocios y disfrutando de lo que realmente es la música.
Otros, mientras tanto, prefieren ser más precavidos y aliarse con lo que parece el futuro de la música online: el streaming. Si hace varios meses, Taylor Swift fue noticia por haber eliminado toda su discografía de Sportify, alegando que este tipo de servicios reducen las ventas de discos (quizás sea esa la razón o quizás sea un acuerdo en exclusiva con Beats Music, un nuevo servicio musical de Apple), otros como Jay-Z deciden crear su propia plataforma online. El rapero ha creado el servicio de música streaming Tidal, con el apoyo de las grandes figuras musicales del momento como Coldplay, Rihanna, Madonna, Daft Punk, Beyoncé o Kanye West. Este nuevo servicio es muy similar a Spotify con la única diferencia en cuanto a precio. Mientras Spotify ofrece a los usuarios una versión gratuita con anuncios, Tidal es exclusivamente de pago y aún más cara que la anterior. Quizás este modelo avalado por las grandes estrellas de la música pueda funcionar en Estados Unidos, pero está claro que será muy difícil que pueda acabar con el reinado de Spotify en Europa.