La música va evolucionando con los años, en el siglo pasado veíamos cómo de un género musical nacía otro con características nuevas pero parecidas. En esos tiempos la búsqueda por innovar empleando elementos tradicionales de diversos países era el pan de cada día, los artistas musicales de la época buscaban ser distintos y perseguían la innovación a toda costa. Un ejemplo de ese tipo de músico es Paul Simon, quien a menudo incluía instrumentos que para occidente eran desconocidos, su mejor selección donde se destacó con estas influencias sudafricanas fue su disco Graceland. Pero eso es el pasado, músicos como Paul Simon son solo un recuerdo, pero es imposible hablar del presente sin haber, aunque sea, mencionado algo del pasado. Hablemos entonces, sobre la música actual.
Latinoamérica ha pasado de consumir géneros musicales tradicionales a adoptar algunos que nos unen en cultura: salsa, cumbia, merengue e incluso ballenato, son algunos de los géneros que compartimos los latinos. Hay muchos más, pero en el pasado esos fueron los más comunes; por ejemplo, la cumbia es muy escuchada en Argentina, Bolivia y Perú, uniendo en cultura a esos tres países. Algo similar pasada con el ballenato, que es muy escuchado en Colombia y Venezuela. Ahora, si nos ponemos a hablar de la salsa y el merengue, tendríamos que extendernos demasiado, debido a que son los géneros más escuchados en todo el continente. Sin embargo, falta el género más importante: el reggaeton. Es sobre este género sobre el que quiero dedicar un párrafo completo, ya que en la actualidad es el más escuchado en los países de habla hispana.
El reggaeton surge en Puerto Rico, entre críticas, persecución e intentos de prohibición. En sus inicios era un ritmo que innovaba, se podía apreciar en los primeros temas de Vico C, con quien se podría decir que inició el movimiento, hasta los artistas más emblemáticos: Wisin & Yandel, Don Omar y Daddy Yankee. Estos tres artistas buscaban crear sonidos nuevos, música bailable. El objetivo era claro, tenía potencial, incluso consiguió posicionarse como un fenómeno mundial, por lo que no tardó en expandir sus talentos. En poco tiempo teníamos a cientos de artistas cantando sobre los mismos beats y letras cada día más transgresoras, una característica de la composición del reggaeton que en sus inicios les hizo ganar tanta persecución moral. El género fue poco a poco simplificando su fórmula hasta convertirse en un mensaje vacío y una elaboración mediocre. Hago esta afirmación apartando a los grandes que siempre se mantuvieron en la búsqueda de evolucionar.
Es aquí donde el reggaeton toma dos rumbos: los que deciden fusionarse con el pop y los que deciden mantenerse en el mismo género underground pero radicalizando sus letras. En este punto comienza la debacle cultural de nuestro tiempo, fueron más los que quisieron abrazarse a la hipersexualización que los que tomaron una vía más moderada y con una mejor propuesta artística.
Muchos artistas vienen dejando las letras de lado para invertir mucho más en la imagen del artista que en propuesta artística, lo que deja mucho que desear en la música comercial que consumimos hoy en día. No es que me desagrade el reggaeton, pero sí es cierto que poco a poco el género parece estar perdiéndose en un vacío creativo, algo que no sucedía en los primeros temas de sus pioneros. Hoy, todo gira en torno a la persona que canta más que en la letra o su contenido y el problema es que lo que se consume no genera un aporte real a nuestra sociedad.
Hay algunos artistas como Maluma que vienen apostando por otra forma de hacer reggaeton, una con mayor propuesta lírica. También está el caso de Justin Quiles que toda su vida ha jugado a incorporar beats únicos a sus temas musicales haciéndolos una experiencia auditiva. En Venezuela, tenemos a Lagos, una propuesta difícil de definir porque se mueve entre géneros musicales, pero que cuando saca un tema de reggaeton consigue crear una pieza recordable. Y eso es a lo que se debería aspirar, crear música que vaya más allá de lo bailable, que persiga la trascendencia y que deje un legado musical. Hay muchos ejemplos de músicos que están haciendo un gran trabajo a nivel musical, más allá de su imagen como artista. Hablo de artistas latinos, para no entrar en un terreno muy amplio.
En conclusión, tenemos artistas buenos y malos, los géneros musicales no son para todo el mundo y puede gustarte lo que a mí no. Pero a lo que se aspira, es a que nuestra sociedad tenga suficiente criterio para poder consumir lo mejor de cada artista y no solo consumir porque lo produjo ese artista. Aún estamos a tiempo de hacer las cosas mejor en este siglo. Tainy lo está haciendo, Rauw Alejandro lo está haciendo y puedo hacer una lista larga de artistas que están dejando una huella imborrable en nuestra música.