Obras de Picasso, Diego Rivera y Carlos Enríquez se reúnen, quizá, por primera vez, en un mismo espacio. Pero no son los únicos. Joan Miró, Alfaro Siqueiros, Fidelio Ponce, Antonio Saura, Rufino Tamayo y Amelia Peláez comparten también la misma estancia. ¿La ocasión? Una excelente propuesta expositiva que acogió el Centro Hispano-Americano de Cultura de La Habana, a propósito de su décimo aniversario.
A ambos lados del Atlántico es el título de esta muestra, integrada por veinticinco obras de artistas españoles, mexicanos y cubanos, pertenecientes a los fondos del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Bajo la curaduría de Yanet Berto, Manuel Crespo y Roberto Cobas, especialistas del Museo, y la coordinación general de quién escribe estas líneas, esta exposición propone una selección plural y representativa de algunos de los más importantes artistas hispanoamericanos. Todas las obras utilizan el papel como soporte, pero disímiles son las técnicas que lo intervienen.
La exhibición se divide en tres espacios temáticos, según los países representados: Cuba, España y México. Los protagonistas de la vanguardia cubana inician el recorrido. La selección destaca aquellos artistas de una marcada influencia española en su obra: Amelia Peláez, Carlos Enríquez, Arístides Fernández y Fidelio Ponce de León. Le siguen después los pintores de la Península. En este caso, más que una comunidad de influencias, el conjunto expone hitos del arte ibérico de trascendencia internacional: obras de Picasso, Miró, Saura, Genovés, Lucio Muñoz y Eduardo Úrculo se suceden. Paradigmas del surrealismo, del expresionismo, la abstracción y el arte pop, que sintetizan lo mejor de la producción hispana de la pasada centuria.
Por último, México exhibe una amplia colección, con piezas que van desde los representantes del movimiento muralista, como Diego Rivera, Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo, para continuar con los grabados de José Luis Cuevas, Mariano Paredes, José Raúl Anguiano y Abelardo Ávila, hasta llegar a las obras más recientes de Eloy Tarcisio y Alejandro Pérez Cruz. A ambos lados del Atlántico propone, pues, una mirada panorámica al arte producido en las dos orillas, recorrido visual que nos acerca a las conexiones y diferencias que caracterizaron a cada tradición nacional expuesta. Dentro del circuito de exposiciones habaneras, esta exhibición constituye un evento exclusivo, una cita de renombrados artistas que ofrece una coyuntura especial al espectador: la mayor parte de las piezas nunca antes han sido expuestas. Por otra parte, son pocas las ocasiones en que el público cubano puede disfrutar de los originales de estos pintores, en particular los provenientes de España y México.
La invitación queda hecha para que visite el Centro Hispano-Americano de Cultura si por estos días se encuentra en La Habana, para que disfrute de una muestra singular, una oportunidad única para conocer la obra de algunos de los más importantes artistas hispanoamericanos.